ÉRASE UNA VEZ, un pequeño pueblo de Sinaloa de nombre Ixpalino, en donde iban caminando con rumbo a la Guaidoma, Renato y su abuelo, “El Papá Alberto”. Era temprano y no les había dado tiempo de desayunar, a Renato ya le rugían las tripas de hambre, y de pronto vio en el camino que colgaba de una rama un par de mangos, un poco verdes, pero listos para comer con buena hambre. Pronto, trepó dos peldaños de la cerca y los tomó. Inmediatamente corrió a compartir su hallazgo con su abuelo. Y le dijo, “Papá Alberto, Papá Alberto, aquí te traje un mango para que lo desayunes en el camino”. El Papá Alberto volteó a ver a Renato con rostro serio y de molestia, y le preguntó, “Renato ¿De dónde has tomado esos mangos?”. Renato sorprendido respondió, “De una rama del camino”. Entonces Papá Alberto cuestionó a su nieto, “¿Y las raíces de ese árbol estaban dentro o fuera del cerco?”. Renato empezaba a comprender el punto del abuelo y contestó con temor: “…dentro del cerco Papá Alberto”. No había acabado de responder Renato, cuando recibió un fuerte cuartazo en el rostro. El “Papá Alberto“ jamás le había golpeado, era la primera vez, pero era una lección de vida. “Lleva esos mangos al dueño de la propiedad donde nacieron, entrégaselos con estas monedas y ofrécele una disculpa, de tu parte y de toda la familia. Y entiende de una vez: ‘sólo es tuyo lo que has comprado y ganado con tu trabajo’. Lo demás no lo es y siempre tiene dueño. Sí lo tomas es robo. Y en esta familia no somos ladrones. ¿Entendiste Renato?”. Así lo hizo el muchacho y tal experiencia habría de marcarlo toda la vida.
Esa lección de vida ha venido a mi mente con los recientes acontecimientos trágicos por su resultado en pérdidas humanas, pero no menos trágicos por mostrar una vez más la torcida moral de nuestro “Pueblo Sabio”; en un país donde la ley es letra muerta y la incompetencia del gobierno federal deforma incluso la moralidad de sus decisiones.
Más de 70 muertos van por haber hecho un acto contra toda lógica… jugar, nadar, recolectar un producto de alto riesgo, que prende con facilidad incluso en sus vapores. ¡Cómo el colapso moral de nuestro pueblo lo ha llevado a actuar contra la ley natural más básica! Temerle al fuego, al dolor más fuerte, y a la muerte más horrorosa… Morir quemado. Y aún así, el “Pueblo Bueno y Sabio” hizo lo ilógico… nadar en su botín líquido con destino a su propia muerte.
Caso no menos terrible es el sucedido en la carretera hacia Veracruz. Un accidente vehicular provocó que un camión cargado de vacas obstruyera el camino… Y como marabunta salieron a depredar todo y contra todos… a matar y destazar una vaca a pie de carretera como si fuera una escena apocalíptica de zombis…
Éste es el mismo “Pueblo Bueno y Sabio” de las normales de Ayotzinapa que secuestraron autobuses y conductores por semanas. El mismo que si les da hambre asaltan trenes con granos o el camión de Bimbo, Coca Cola o Sabritas… bajo el pretexto de ser estudiantes o pueblo pobre perseguido por el capitalismo depredador… ¿Y qué es lo que ellos hacen? ¿Acaso no es la depredación más salvaje e inmoral?
EN PERSPECTIVA, no podemos olvidar que si queremos salvar a México tenemos que anteponer el interés general sobre el individual. Y esto va para cada uno de nosotros, pero muy especialmente para las autoridades. ¡No se confundan!
Muy bueno y aleccionador artículo!!Y la historia muy significativa sobre todo por los que conocimos al protagonista de la misma.
Gracias Señora Maria Elena. Es necesario reconstruir los valores fundamentales, en particular, el de la honestidad. Nuestro país ya no aguanta más esta Moral tan relajada.
Muy bueno Roberto.
El cultivo y fomento del tipo de mexicano que han optado por la delincuencia como firma de vida, tiene sus orígenes en un mal planteamiento de las políticas públicas de nuestros gobernantes, pero sobre todo, por a ver sembrado la corrupción como modelo de vida. De ahí que las nuevas generaciones lo han adoptado como forma de subsistencia.
Nos corresponde de manera individual, como bien dices para sacar a México de la barranca.
Es correcto Juan Diego. Seamos buenos mexicanos y formemos mejores hijos. Como un amigo me mencionó en alguna ocasión para persuadirme a ser Padre: “No pienses en que país dejas a tu hijo. Piensa que le dejas tu hijo a México”. Ese cambio de perspectiva, parafraseando a John F. Kennedy, me persuadió a ser Padre. Hoy he formado una gran mexicana que me llena de orgullo, educada en los valores de la Tenacidad, el Trabajo y la Fraternidad, que han guiado a mi familia desde el siglo XIX.
Aprecio mucho el tiempo que le dedicas a leer mis artículos y más aún tus siempre valiosos comentarios.
¡Abrazo hasta Oaxaca!
Muy interesante la reflexión, en definitiva ‘sólo es tuyo lo que has comprado y ganado con tu trabajo’. Lo demás no lo es y siempre tiene dueño. Sí lo tomas es robo” No hay que confundirse y si debemos trabajar y respetar a los demás, trabajar en conjunto como mexicanos para sacar adelante este país
Es correcto Ale. Ese es el único camino cierto.
Muy interesante escrito estimado Roberto Arriola…….
Gracias por publicar
Abrazo Estimado Colega!
Roberto muy bueno el artículo, la verdad es que eso del Pueblo Sabio no es mas que una frase demagógica que evade la responsabilidad y tapa a incompetencia de tomar decisiones técnicas. Recordarás que los grandes politólogos dicen que la realidad es que la masa se equivoca.
Ciertamente Doctor! Usted sí sabe. Entre los filósofos de la política la democracia siempre fue una mala idea; sólo superada por la desastrosa anarquía. Curiosamente estamos entre ambas.