Donde se aprende a soñar

 

Muchos lectores me habían pedido que hablara de “12 princesas en pugna”. Con dos años en cartelera y un público cautivo cada jueves en el Teatro Julio Prieto no pude resistirme a ser testigo de este ya fenómeno en la cartelera mexicana. Al estar en la función entendí el por qué de su permanencia y  convocatoria: el encanto de este montaje se debe en gran medida a una historia muy bien contada.

Es una comedia que conecta con las audiencias actuales debido a la anécdota y el lenguaje. “12 princesas en pugna” reúne a las protagonistas más emblemáticas de los cuentos (principalmente de versiones hechas por Disney) para hablar de su vida después del “final feliz”. Estas mujeres idealizadas por la cultura se enfrentan al amor del día a día, al verdadero, a aquél que no resiste los instantes mágicos.

Cenicienta convoca a todas sus amigas princesas para desahogarse de sus penas de amor y dinero sin imaginar que todas las asistentes estarían en una circunstancia muy parecida. Sin el “final feliz” y con los problemas propios de la cotidianidad de los cuentos, todas viven con las sobras de un gran sueño.

Todo el planteamiento parece muy fácil de diseñar, los diálogos efectivos dan la apariencia de una escritura espontánea, de hecho, la selección y construcción dramática de cada una de las princesas tienen la facha de sencillez. Pero desarrollar una obra con estas características tiene una enorme dificultad.

Quecho Muñoz, el escritor, logra tres cosas que cualquier escritor de comedia desearía: personajes entrañables, un ritmo adecuado y una profunda crítica social. La reinterpretación de Muñoz de los grandes cuentos es una magnífica oportunidad para hacer personajes que conecten con la audiencia porque se tocan las expectativas de una relación amorosa.

Las risas provocan que el público se vea reflejado en Campanita, Bella, Jazmín o cualquiera de las princesas para descubrir sus virtudes y defectos cuando se vive el amor. La lectura de la obra realmente va hasta el tuétano de las formas de amar y ser amado (hasta amarse a uno mismo). Ser princesa es el símbolo perfecto de las expectativas sociales, cuando este título es demasiado o insuficiente.

Todo esto sucede en un ritmo vertiginoso. Las escenas son efectivas en cuanto a la duración y la forma de dialogar. Cada uno de los doce personajes tiene un momento brillante; las referencias a sucesos actuales o momentos de improvisación están en los episodios adecuados. Lo que Muñoz logra con “12 princesas en pugna” es un cosmos muy personal e irrepetible.

 

princesas 1

 

 

Por eso la decisión que él mismo fuera el director del montaje es acertadísima. Sabe muy bien qué debe comunicar cada una de las princesas, cuáles son las rutinas físicas necesarias para provocar momentos de risas  y cómo hacer más impactantes los momentos climáticos. La transformación del papel al escenario da volumen a todos los episodios porque se resalta la actoralidad y el ritmo.

Las interpretaciones mantienen un alto nivel de energía para llevar el pulso del montaje. La corporalidad y el trabajo vocal de las actrices son aspectos dignos de señalar porque con ellos logran caracterizar a las princesas de una forma evidente. Varios gestos hacen más entrañables a todos los personajes y, por lo tanto, más disfrutables para el público.

“12 princesas en pugna” es un éxito indudable. Las filas enormes de la taquilla que sostienen una temporada de un solo día a la semana (el jueves) lo demuestra. No sólo el triunfo es para la producción de este montaje sino para los directores del Teatro Julio Prieto porque lo posicionan en un lugar privilegiado dentro de la cartelera a pesar de los recurrentes argumentos para no acudir a una función teatral.

No se pierdan esta divertida comedia de Quecho Muñoz. Con un juego simple habla de lo complejo qué puede ser la vida en pareja y la presión social para vivirla de determinada manera. “12 princesas en pugna” es teatro mexicano que está al servicio del público del día de hoy, para divertir con sus alegrías y preocupaciones, para reírse de las verdades y los cuentos donde se aprende a soñar.

 

“12 princesas en pugna”

Escritor y director: Quecho Muñoz

Teatro Julio Prieto (Eje 4 Sur Xola 809, esquina Nicolás San Juan)

Jueves 20:30 hrs.

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