En medio de multimillonarias penalizaciones contra los excesos cometidos por las instituciones financieras, fue aprobada, el martes 10 de diciembre, la llamada “Volker Rule”. Esta norma está destinada a limitar las operaciones financieras realizadas en beneficio propio por los bancos de Estados Unidos (USA) y a las facilidades con que cuentan para efectuar operaciones con “hedge funds” (The NYT, Tuesday, December 10, 2013, by William Alden, What’s in The Volcker Rule). La disposición tiene como fin de atemperar los riesgos de “Big to fail”, que han terminado por imponer elevados costos fiscales y sociales.
Con la crisis financiera internacional, quedó en evidencia que la desregulación de USA había incrementado el nivel de riesgo del sistema económico-financiero en su conjunto. Esta desregulación, que se inicio en los 1980’s, prácticamente culminó 20 años después. La desregulación implicó, por una parte, el transitar de una banca especializada a una banca universal. Es decir, de una banca y sistema financiero abocado sustancialmente a realizar actividades específicas de intermediación, se pasó a realizar cualquier tipo de operación financiera, atravesando del depósito y ahorro a las operaciones de inversión y financieras. Con ello, las instancias reguladoras y de supervisión no sólo perdieron atribuciones, sino también no contaron con capacidad técnica para vigilar el riesgo y la calidad de las operaciones bancarias de un sistema más complejo.
De esta manera, el capital comercial e industrial terminó vinculado al capital financiero, dado que la línea de operación entre la banca con la bolsa, en este caso Wall Street, desapareció. Con ello, el riesgo de la banca se exponenció, al extremo de poder realizar a nombre propio operaciones bursátiles de alto riesgo, como son las operaciones de productos derivados. Por lo que los bancos implicaron per se un elevado riesgo financiero, independientemente del peligro que deberían significar las operaciones que realizara con su clientela.
Así, la racionalidad bancaria tradicional, conservadora y de largo plazo, mudó a una racionalidad financiera corto plazista, inmediatista de elevadas ganancia, pero de mayor riesgo. Con ello, el riesgo se elevó para los usuarios de los servicios bancarios y para las mismas instituciones financieras, pero también para la economía en su conjunto. Esta situación desembocó en el salvamento de los grandes bancos e instituciones financiera (Big to Fail), terminando por imponer un costo social y fiscal considerable, que aún se encuentra en muchos casos en proceso de litigio.
Bajo este proceso de creación y ampliación de riesgo, fue manifiesto que el eje central de la inseguridad financiera y económica pasaba necesariamente por el vínculo funcional entre los bancos y Wall Street, entre la banca y la bolsa, entre las operaciones comerciales y las financieras de inversión. Romper tal nudo gordiano resultó ser la acción gubernamental más lógica para reordenar el sistema financiero y bancario y disminuir su riesgo, para prevenir nuevas crisis financieras y costos fiscales. Tal como en su momento se hizo a raíz de la crisis de 1929.
Fehacientemente, ello sólo podía ser posible con una regulación focalizada, con reglas específicas de operación bancaria y financiera, a la par que con una nueva supervisión para el acatamiento y cumplimiento de las nuevas reglas en vigor. Tal fue el compromiso de inicio del Presidente Obama, en el que la reparación y del sistema financiero y bancario y la protección del consumidor fue el fin último, y las regulación y reglas concretas los medios para ello.
En este contexto, la Volcker Rule (VR) es considerada como parte de la Ley Dodd-Frank, aprobada en 2010, cuyo propósito ha sido básicamente reformar el marco de operaciones de Wall Street y proteger a los consumidores. La VR es tan sólo una de las 400 (Rules-reglas) que implican esta Ley y entrará en vigor en 2015. Fundamentalmente establece una línea de separación ente las operaciones bancarias del día con día y las operaciones financieras de Wall Street (Dealbook, NYT, Regulators Complete Votes on Rule to Curb Bank Risk, BEN PROTESS and PETER EAVIS, December 10, 2013).
De esta manera, la VR prohíbe las operaciones de bolsa en beneficio propio de los bancos, práctica que es conocida como “proprietary trading” (operaciones de propiedad o propietarias). De igual manera, restringe las facilidades para invertir en “hedge funds”, que normalmente se efectúan vía Wall Street. Ambos casos fueron el núcleo de la implosión del sistema bancario y financiero de USA y la causa del contagio hacia otros países. Además, impone un análisis anual de los CEO (Chief Executive Officer) de los bancos.
Obviamente, los bancos en USA podrán seguir desarrollando operaciones bursátiles en beneficio de terceros, es decir de los clientes, denominadas como “market trading” (operaciones de mercado). De igual forma, podrán continuar realizando aún en beneficio propio operaciones con papel u obligaciones gubernamentales, en virtud de su calidad financiera y bajo riesgo. Con esto se busca que los bancos alienten su operación hacia las operaciones naturales de intermediación de mercado y asuman operaciones propias de bajo riesgo.
Paul Volker, quien encabezó la FED (Reserva Federal de USA) durante la crisis económica de los 1980’s, dijo “En el final, la intención y el espíritu de la Ley debe venir a ser ´la segunda naturaleza´ para los supervisores y los bancos también”. Dijo que “El resultado debe ayudar al proceso de restauración de la creencia y confianza en las instituciones de la banca comercial.” Estas declaraciones se dan, por otra parte, en relación a las acciones que las autoridades de la Unión Europea (UE) y de USA han aplicado contra determinadas instituciones financieras, dadas a conocer en las últimas semanas.
Efectivamente, se ha dicho que la VR se concentra en el riesgo tomado por las operaciones financieras de derivados de JPMorgan-Chase, inicialmente develadas el año pasado, las cuales han venido a ser conocidas como la “ballena de Londres”. La perdida generada resultó ser de varios miles de millones de dólares, inicialmente estimada en $2 mil millones de dólares.
Más recientemente, este mismo banco ha tenido que enfrentar una resolución judicial por sus riesgosas prácticas financieras seguidas, que se conocieron con la crisis financiera (The NYT, JPMorgan Settlement Offers Look Into Mortgage Machine, November 19, 2013). La demanda, iniciada desde 2008, ha implicado una resolución judicial del monto de $13 mil millones de dólares, como producto de las pérdidas que el banco impuso a sus clientes, instituciones financieras hipotecarias y clientes cuyas hipotecas no pueden pagar por las tasas de interés vigentes. Por lo que la multimillonaria penalización será en beneficio del Departamento de Justicia de USA, de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos, de la Agencia Federal de Financiamiento de la Vivienda, hasta de clientes con hipotecas vigentes. Se considera que esta resolución ha sido la resolución financiera más costosa en USA.
En el mismo sentido, la UE multó a un grupo de instituciones financieras de escala global, por un total de $2.3 miles de millones de dólares, en virtud de que se coludieron para fijar la tasa de interés de referencia en su beneficio, a partir de la LIBOR (London InterBank Best Offered Rate). Con esa manipulación se afectó la tasa europea, conocida como Euribor, entre otras tasas de interés de referencia.
La multa afectó especialmente a bancos del Reino Unido (UK) y de USA, particularmente en este último caso a JPMorgan-Chase. Aunque las investigaciones continúan a nivel de los reguladores nacionales, se considera que ha sido la multa más alta aplicada en Europa (Europe Sets Big Fines in Settling Libor Case, DealBook, NYT, December 4, 2013).
La Volcker Rule, cuya aprobación algunas personas estiman tardía, y más tardía aún su aplicación hasta dentro de dos años, tiene una gran trascendencia, dado que igual que la regulación emergida con la crisis de 1929, separa claramente a los bancos de las instituciones de la bolsa. Con lo que los bancos deberán volver a su negocio tradicional y Wall Street deberá quedar desvinculado funcionalmente de los intermediarios bancarios.
Por ello se estima que el riesgo deberá caer, obligando a que las operaciones de derivados se realicen en beneficio y riesgo del mercado y no de los propios bancos. Con esto se pone un dique al riesgo financiero general de la economía, cuyo costo ha terminado siendo socializado por la vía de los recursos fiscales del gobierno. La VR es simple pero focalizada en sólo 77 páginas, por lo que no parece tener más recovecos que la discusión de su aplicación.
Ojalá y eso lo aprendieran otros países, como bien lo ha enfatizado el Secretario del Tesoro de USA, Jacob J. Lew, al señalar que “Nosotros presionaremos otras jurisdicciones para igualar nuestros robustos estándares – incluida Europa y transversalmente Asia” (The NYT, Thursday, December 5, 2013). De ser el caso, nuestro sistema financiero deberá ser adecuado, aún cuando recientemente se sigue festinando la llamada reforma financiera mexicana, cuyo texto puede resultar para muchos no sólo extenso, sino también engorroso.
El riesgo sistémico de las operaciones sintéticas de los bancos asentados en México bien puede ser ya una luz amarilla, en el caos del tránsito que vive el sistema bancario nacional.