Fase 3, ¿qué nos implica como sociedad?

Ya estamos en fase 3, la más peligrosa según la OMS, pero ¿las medidas que se están tomando en nuestro país son las correctas? Sabemos perfectamente que nuestra gente es incrédula, no le gusta seguir reglas, se opone a todo lo que siente autoritario, lo hemos visto en estos días, se les “sugiere” en todo momento “QUÉDATE EN CASA” y ¿qué sucede?, como si fuera cualquier día festivo vemos mercados atascados de personas, vemos mucha gente paseando sin ninguna protección, ¿no han entendido el problema tan grave que esto representa?

La verdad, lo justifico, sí, lo justifico, recordemos los informes cuando nos recomendaban abrazarnos, salir, convivir, que nuestro país es inmune al virus, etc., los decesos (lamentables todos) se declararon como neumonía atípica, luego entonces es de entender por qué mucha gente que llevó a esta persona a la silla presidencial, haga caso omiso a las mismas; confía plenamente en lo que les dicen y jamás les podría interesar revisar las estadísticas que nos presentan cada día, no a partir de nuestra fuente nacional, sino las internacionales.

También es fácil decir “quédate en casa” cuando tienes o vives en un departamento de 400 m2, con áreas comunes grandes, jardín y tal vez hasta con alberca. Cuando tu propiedad es una casa con jardín inmenso, los hijos (si los hay) pueden jugar en el mismo, tal vez ellos no sientan ninguna diferencia, pueden convivir al aire libre, hacer carnes asadas, etc., pero ¿qué pasa con la gente que vive en un departamento de 80 m2?, o ¿en un cuarto de 4×4 metros y en el que viven más de 6 personas?, y lo más importante, que se alimentan de lo que el pilar de la familia logró llevar el día anterior.

confinamiento pequeño
Ilustración: holasoyka.

En estos casos, ¿cierto que es totalmente justificable ver a la gente fuera de sus casas?, si no se arriesgan a salir, mueren de COVID-19 o de hambre, pero la incongruencia total es el de “primero los pobres”. ¿Dónde está esa ayuda para tanto compatriota que vive en la informalidad, pero que también tiene necesidades? Es preocupante e inquietante qué pueda pasar con tantas personas como ellas que hay en todo el país.

Volviendo al tema de la información que nos proporcionan los medios –los cuales inclusive han sido parte de los memes en las redes sociales–, cuando vemos la línea fronteriza entre nosotros y Estados Unidos, y vemos la disparidad de casos infectados así como lamentablemente las pérdidas humanas, está claro para nosotros hacer “chistes”, es una de nuestras fortalezas, creatividades, se nos da de manera natural, así somos. Quizás hayan recibido un meme que decía que los estados fronterizos de Estados Unidos aceptaban tener 300, 400, hasta más casos de infectados, y de nuestro lado, 12, 15 o menos, y entonces comentamos, “que bueno que el COVID-19 no habla español, si no, serían más los infectados de nuestro lado” (¡increíble!). Realmente vemos con estos ejemplos que no tomamos las circunstancias en serio ni se le da la importancia que debería, pero la justificación siempre es de que “así somos”.

Ahora bien, en la fase 3 de esta pandemia, surgen muchas preguntas, algunas tal vez sin respuesta, pero, ¿qué va a pasar con toda la gente que trabaja en una empresa no considerada esencial?, ¿qué pasará con sus familias, su sustento?, ¿sus empleados?, ¿cuántas micro, medianas empresas tendrán problemas serios de liquidez, o se verán en la necesidad de cerrar de plano las mismas?, ¿habrá más violencia generalizada por no contar con lo necesario para subsistir?

El gobierno al fin hizo un anuncio: el “decálogo para la clase media” de “préstamos” para la gente más necesitada. Pero, ¿realmente esa gente requiere de préstamos? Si su negocio, su microempresa, está cerrada, ¿podrá pagar dicho préstamo?, estamos ante un panorama totalmente desalentador, incierto, impredecible, dado que no sabemos cuándo mejorará, ni cuándo empiece a darse la normalidad de la sociedad entera, no sólo para los micro y medianos emprendedores; es como si tomaran una dosis de arsénico al día, ya que, repito, no sabemos y no tenemos idea del despertar que se viene, del México que viviremos, desde luego será completamente diferente, habrá muchas empresas (las que sobrevivan) que optarán por el home office para reducir costos –pago de oficinas, teléfonos, internet, etc.–, por ende, habrá una sobreoferta de espacios en renta. Será totalmente diferente a lo que se tuvo antes de la contingencia y de los ordenamientos sugeridos por los especialistas.

home office
Ilustración: Dionne Kitching.

Pero me gustaría hacer un alto para una aclaración, supongamos que una microindustria tiene gastos fijos por 100 mil pesos mes, el gobierno ha lanzado con fanfarrias que les prestará la fabulosa cantidad de 25 mil pesos, la pregunta ¿de qué les servirá contar con un cuarto del flujo que requiere?, ¿de dónde sacará el resto para subsistir?, ¿qué pasará con las industrias que requieren mayor cantidad de flujo para seguir operando? Obviamente muchos se verán con la necesidad de despedir personal, cerrar sus empresas, o si bien les va, pueden hacerse pequeños para subsistir, y así lo harán; pero dado que afectará a la industria en general, ¿qué pasará con toda la gente desempleada?, si no hay trabajo, ¿de dónde sacará el dinero para el sustento de su familia? El tema es de sumo grave y, por desgracia, sin solución.

Será muy difícil para muchos de nosotros cambiar nuestra forma de saludar a familiares, parientes, amigos, compañeros de trabajo, todo por el temor de un contagio. Seremos mucho más escépticos, desconfiados, temerosos; nada será lo mismo y tendremos que adaptarnos a vivir ese nuevo orden al igual que cambiar nuestros hábitos de convivencia.

Pero pasemos de los dichos a los hechos Sr. Presidente, como un humilde participante que soy del Consejo de Administración que usted preside, de la manera más atenta le pido que se olvide por varios meses de sus ideas, intransigencias, traumas, que se enfoque a cumplir con la misión por la que fue contratado, por piedad, recapacite:

confinamiento en fase 3
Ilustración: Creative Gaga.

Su famoso tren maya que sólo surgió de algún sueño de infancia, para la mayoría de los mexicanos no tiene, ni pies ni cabeza. De su terquedad en una refinería con un costo de petróleo en el piso, que no vemos para cuándo se pueda recuperar y realmente ser una inversión con un retorno de la misma inaceptable, cuando al país le cuesta más extraer un barril de petróleo que importarlo y mantener al monstruo que significa nuestro saqueado PEMEX; y que por fin haga caso a “todos” los especialistas que le indican que su famoso aeropuerto de Santa Lucía será un fracaso. Le pediría, asimismo, que si bien por 18 años soñó con estar sentado en esa silla, que ahora que tiene el honor y le responsabilidad de hacerlo, lo haga con “cordura”, por un México mejor, que recuerde que tiene a más de cien millones de patrones, que el tercio comulgan con sus ideas populistas, pero el resto no (“la mayoría”), luego entonces, recuerde que prometió gobernar para todos y hoy más que nunca requerimos de un líder que una, que fomente la integración como nación, y no que divida”.

Realmente López Obrador tiene la oportunidad de pasar a la historia si esos recursos para sus proyectos que no tienen estructura ni sentido, los invirtiera al rescate de lo que sostiene este país, nuestra fuente productiva. La historia lo reconocería.  

También espero que el gobierno pronto pueda dar un merecido homenaje a nuestros verdaderos “HÉROES”: al personal médico que se ha mantenido en sus lugares de trabajo, y que gracias a su labor (lamentablemente NO reconocida), han logrado salvar vidas, las que sean, pero lo han hecho.

Sr. Presidente, creo que éste es el último llamado que tiene para evitar un fracaso rotundo de su afamada 4T, que la verdad para su servidor, no tiene ni base ni fundamento, ya que el pasado, pasado está, y en lo que lleva de su administración, no hemos notado ningún cambio positivo, no hay corruptos en la cárcel, no hay exfuncionarios a quienes se les haya quitado lo supuestamente robado, luego ¿dónde queda su tan célebre cruzada contra la corrupción? Es tiempo de CONGRUENCIA, ¿no le parece?”

Nos seguimos leyendo, hasta la próxima.


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Alfonso

Hay Flaco, todo muy cierto como lo planteas, pero no veo quienes podrían reunirse para lograr un cambio emergente y que sean escuchados o le pongan un hasta aquí ha nuestros Gobernantes encabezados por AMLO,
POR EL BIEN DE MÉXICO Y DE SUS POBLADORES.
Veo pequeñas asociaciones como FRENA, CHALECOS AMARILLOS y otras varias como MADERO del Pan que señala que la culpa es de nosotros porque no hacemos nada, pero al final el mismo no propone nada.

Saludos.

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