Felinae/felis/gato

 

Cuando Andrew Lloyd Webber escribió “Cats” jamás imaginó su impacto en la historia de los  musicales. Una anécdota sencilla, como presentar una pandilla de gatos humanizados que esperan la muerte como redención, se convirtió en un espectáculo icónico con miles de seguidores en todo el mundo.

Webber nació en el underground  londinense y sus primeros trabajos tienen impresa una transgresión poco vista en su generación. Su debut en la escena con “José el soñador” y “Jesucristo Superestrella” no sólo conmocionaron por partituras entrañables sino dividieron la simpatía del público por su poco recato al abordar temas religiosos.

 

Andrew Lloyd Webber
Andrew Lloyd Webber

 

 

El éxito y prestigio del compositor se extendió a cuentagotas hasta llegar a Estados Unidos. Para la década de los ochenta, después de vivir la aceptación y desaprobación de la crítica, Webber complació a una audiencia numerosa con una historia que no hería susceptibilidades ni golpeaba la moral. La llamó “Cats”.

A partir de aquí, el compositor se montó en una avalancha de reconocimientos y ovaciones; el montaje fue uno de los más venerados en Broadway y Londres. Logró ser traducido a un considerable número de idiomas. Después de 1981, el año de su estreno, “Cats” se convirtió en un hito de los musicales por la comunión impecable de la técnica vocal y coreográfica.

Con sus gatos Webber alcanzó el punto más alto de su carrera. Le siguieron títulos como “El Fantasma de la ópera” o “Loveneverdies” que no continuaron con la originalidad y maestría de este rey midas del musical; se estancó en una serie de historias cursis, demasiado edulcoradas y poco interesantes sin ninguna atracción musical de peso.

“Cats”, dentro de la trayectoria de Webber, no sólo representa su aguda capacidad para divertir al público sino enmarca su espectáculo con mayor alma. El éxito comercial, el enorme número de representaciones y las múltiples reposiciones en varios países de esta obra confirmaron el enorme talante que tiene cada personaje, canción y secuencia musical.

En la historia del teatro muy pocas veces sucede este fenómeno. Para explicarlo no vale la pena algún argumento lógico, sólo es forzoso comentar la magia que sucede en el escenario cuando suben el telón y empiezan los primeros acordes de la obertura; cuando se expone el carisma de los personajes, los números musicales entrañables y su atmósfera irresistible.

Cuando esperaba la tercera llamada en el Teatro San Rafael para ver la reposición de “Cats” en México podía sentir como la adoración del público al espectáculo es casi como un culto. Algunos de los “fieles” habían llegado ahí porque habían visto el montaje mexicano de 1991, otros porque conocían a la perfección la partitura y unos cuantos (niños y adolescentes sobre todo) porque escucharon el fenómeno que fue en su momento.

 

Cats- El Musical
Cats- El Musical

 

El teatro estaba a reventar y, a pesar de las diversas razones por las que cada uno de los asistentes compró su boleto, las expectativas eran altas. Con la tercera llamada “Cats” demostró su enorme corazón frente a ese hervidero de deseos. Se repitió la magia y la admiración crecía con cada instante.  La generosidad del público frente al escenariose escondía detrás de los innumerables aplausos.

A nivel de estructura, es interesante ver cómo las audiencias actuales se conectan con la historia a pesar de no existir un conflicto dramático claro. Sin duda, la música desempeña una enorme labor para lograrlo; con las melodías el público se conmueve y entra en la convención sin exigencia de los ritmos acostumbrados. Cabe mencionar la pertinente adaptación de Marco Villafán para estar a la altura de nuestro lenguaje e idiosincrasia.

Para Gerardo Quroz, el productor, “Cats” es el mejor trabajo de su trayectoria. Cuenta con todos los recursos plásticos para lograr un espectáculo impactante desde la primera hasta la última escena. El trabajo de sonido es impecable; no hay fallas. La propuesta de iluminación merece un reconocimiento especial porque pocas veces se ve un diseño con una altísima complicación técnica.

El cuerpo de actores y bailarines es poderoso. Todo el trabajo corporal y vocal requiere precisión y sutileza, las cuales, se logran en cada función. La obraes un claro ejemplo del alto entrenamiento mexicano en musicales de tal naturaleza y formato.

Con este montaje se le hace justicia al trabajo de Lloyd Webber a cabalidad. La magia y el encanto se vive en cada representación. El público sale emocionado por la música. “Cats” es un éxito asegurado y tiene por delante varios meses de llenos para conmover e impactar.

 

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