Hoy es lunes 2 de julio de 2018 y son las 06:00 a.m. Parece que todo está en calma. Nuestra selección mexicana de fútbol ha sido parte importante para el estado de ánimo en este momento clave para el país. México amanece esperando el resultado de las elecciones, aunque en las redes sociales ya aparezcan varios ganadores. El INE dijo claramente que tendría la noticia certera hasta el amanecer del día siguiente, el día que México no cambió, sólo cambió su próximo presidente.
El día de ayer se han llevado a cabo las elecciones más inciertas de nuestra historia. Ya son las 8:00 am y el INE ha dado los resultados. Como estamos divididos en tres, más de la mitad de los mexicanos siente que su voto no fue útil porque no resultó ganador su candidato, y la mayoría lo dieron a su preferido quien les dijo que sería útil con él. Nuestra selección juega sus octavos de final en una hora y tenemos algo en qué distraernos mientras vamos entendiendo qué sucedió el día de ayer, lo que, de repente, para muchos no debería importar tanto.
Al final de cuentas, esto ya pasó y sentimos que México tiene que seguir sin afectar el resultado de las elecciones o si pasamos o no al quinto partido en el mundial 2018, aunque tengamos esperanzas en nuestra selección de fútbol. Ya hemos hablado tanto de estos dos temas que sólo queda una cosa: seguir adelante. Casi nadie está seguro de que nuestro futuro presidente y sus secuaces puedan resolver los grandes temas a los que se enfrenta México, casi nadie lo estaba antes de ayer, como quiera que sea. Seguirá la incertidumbre como bandera principal impulsada por el miedo y el enojo colectivos.
En nuestro país existe un gran número de personas que vive más latente esta incertidumbre, aun cuando todos los candidatos presidenciales prometieron que les iban a regalar dinero, no se sabe qué va a pasar con quien ganó. Muchos de ellos tienen una pequeña esperanza y creen que un nuevo presidente puede salvarles de sus problemas; pero hay algo en su interior que no los hace más felices; esto ha pasado antes y, por alguna razón, conocen su realidad, ya que sin importar los resultados saben que seguirán viviendo en la desigualdad y el abandono. Pero, bueno, queda una esperanza, así que es momento de prepararse para ver el mundial.
Nuestra selección mexicana salió con todo este día y lo mejor es que, en el primer tiempo, nuestro equipo se entregó con el corazón y eso nos regala momentos de felicidad entre amigos, compañeros de trabajo o familia. Hay algunos que siguen enojados porque no ganó su candidato, muchos de ellos son los que no creen que la selección vaya a ganar, ven el mundo desde la perspectiva de cómo les ha ido, en lugar de verlo para mejorar.
Salí a caminar por la calle en el medio tiempo, siento que algo va a pasar, no sé por qué. Aprovecho para ir a una tienda de conveniencia, donde soy el único cliente presente y los empleados ven las repeticiones del primer tiempo en una pequeña televisión. Aprovecho para preguntarles, “¿saben quién ganó la presidencia de México?”. Y sólo me responden “qué importa, todos son iguales”. No lo puedo creer, ¿acaso soy el único que estuvo atento a la temporada de elecciones? Mejor compro una botella con agua y me decido a salir del mismo México que vi la semana pasada.
Por la tarde de este lunes cardiaco ya estamos llenos de memes, chats y videos con la mejor creatividad del mundo, la de México. Qué buenos somos para eso, los mejores. Pudiéramos ganar mucho ante el mundo con ese potencial creativo que tenemos, pero sólo lo usamos como una salida a nuestras emociones y nuestros paradigmas, para vivir el inconsciente colectivo de la polarización, y como no lo vemos ni aprendemos, esto sigue creando lo que vivimos.
Ganó quien tenía que ganar las elecciones y también quien tenía que ganar el partido. Nos queda una sola cosa, despertar de este sueño sin dejar de soñar. Es momento de salir adelante y no mirar atrás; hoy tenemos que crear nuestro futuro con lo que tenemos en el presente, empezar a descubrir el México que sí somos, haciéndonos conscientes de nuestros verdaderos potenciales. Con todo esto, hemos aprendido que somos cada uno de nosotros los que podemos crear un mejor país.
Este 2 de julio la selección mexicana nos ha mostrado que lo más importante es luchar con el corazón. Es un día en que los mexicanos probamos de todo un poco para aprender conscientemente, pero ya anocheció y es momento de dormir y tener sueños chingones. Mañana tendremos una nueva oportunidad para despertar y vivir más conscientes, sólo depende de nosotros, de nadie más, ni de la selección de fútbol, ni de nuestro nuevo presidente.
Excelente!!!
Ya me vi.
Gracias
Gracias Sandra!!
Siempre tan certero y concreto, GRAN PLUMA!
Gracias Juan Carlos
Hoy depende de mi ayudar a crear un mejor Mexico. Por lo pronto, reenviaré tu excelente columna a todos mis seres queridos. La claridad meridiana, con que nos explicas, de nuestra responsabilidad de tener el México de nuestros sueños, nos invita a tomar conciencia cada día de que despertamos en una cita con la historia y la grandeza. La historia que cada día somos responsables de escribir a la altura de nuestros más grandes sueños!
Felicidades por la lucidez y la pluma!
Gracias Esteban