La ilustración ha perdido presencia, está sometida a formatos que no atienden propósitos artísticos, que están más cercanos a la publicidad.
Ciudad de México.- La ilustración es una narración visual paralela a la narración literaria, puede ser tan poderosa que se convierta en una obra autónoma, en algunas ocasiones trascienden las lecturas del texto y se posicionan como la única visión que hay. El trabajo del ilustrador es muy difícil porque tiene que alcanzar esa fuerza y en muchas ocasiones no lo logra, y se queda al margen de la narración o es un acompañante. Con la preponderancia del diseño, la ilustración ha perdido presencia, está sometida a formatos que no atienden propósitos artísticos, que están más cercanos a la publicidad, así que la ilustración queda como una estampa accesoria al texto. John Tenniel fue el artista creador de las ilustraciones de Alicia en el País de las Maravillas y Alicia a través del Espejo, los libros de Lewis Carroll. Trabajó en los dibujos a partir de largas discusiones con Carroll en las que por ejemplo, se negó a usar la modelo que el escritor le sugería, manteniendo su condición autoral como dibujante. El proceso técnico fue muy complicado dibujo a lápiz, luego a tinta china, transfer a madera, grabado, hasta que lo llevaron a electrolitos. Las obras son tan completas que determinaron por más de un siglo la estética de la historia, les dio vida a los personajes, los hizo verosímiles e iconográficos. Esto lo consiguió con impresión en blanco y negro, diseño sobrio y destacando los momentos dramáticos de la historia. Sin los efectos de diseño y el color digital de la actualidad, que parece que son más importantes que el arte del dibujo y de la literatura. El dibujo de Tenniel tiene una fuerza sin temores, poética y casi grotesca, el rostro de la Reina es obeso, cruel; los bosques sofocantes, hay la decisión de hacer arte, no pedagogía, sin esa estética blandengue de los libros actuales, que parecen cursos de motivación, no historias, que cambian la calidad literaria y visual por convertirse en terapia infantil. No podemos pensar en las historias de Alicia sin estos grabados, la tenemos como algo real gracias a arte de Tenniel, tal vez influyó que venían del periodo victoriano en el que no se aplicaban las teorías de la pedagogía para escribir libros infantiles. Los grabados de Doré que marcaron la Divina Comedia y los dibujo y pinturas de Honoré Daumier sobre el Quijote, que se convirtieron en un canon, sin embargo, la trascendencia de la ilustración se fue diluyendo con los años. El arte parece que ya no tiene sitio para los dibujantes, les regatean el estatus de artistas y es la ilustración el gran escaparate de su obra y su talento lo deben hacer valer, alejándose de las imposiciones comerciales y pedagógicas, para que esta disciplina artística mantenga su valor. El libro ilustrado es un museo, una galería, se despliega para que tengamos contacto con el arte, para que lo estudiemos con el ritmo de la lectura. Los que quieran hacer pedagogía en libros blandos y con estética de revista, se los enviamos a la Reina de Corazones para que se entretenga con ellos.