Juan José recurrió al análisis de los toros desde la posición interna, primero como aficionado desde niño, luego fue por 25 años monosabio y posteriormente acumuló más casi 30 años como comentarista y cronista taurino.
Me comentó su esposa Chelita lo emocionado que estaba por el inicio el domingo 7 de julio de la tarde inaugural de novilladas en La México. Dice su compañera de toda la vida, que lo notó nervioso y con la interrogante de si su salud se lo permitiría, ya no fue posible, Dios lo requirió antes para adelantarse en el paseíllo de la vida terrenal, ya no vio triunfar con una oreja a cada uno al Mojito y a Edgar Badillo con los novillos de San Marcos.
En su preferencia como aficionado taurino sobresalió la que le tuvo a Paco Camino, al que vio desde su debut en la plaza del Toreo de Cuatro Caminos. En 1978 le tocó participar en la transmisión de la corrida de despedida de la Plaza México de Paco Camino al lado de Manolo Martínez y Eloy Cavazos. Momento muy emotivo pues fue monosabio durante la tarde de la presentación del Niño Sabio de Camas en Cuatro Caminos en 1961 y años más tarde narraba las incidencias de la corrida.
Juan José escribió entre otros medios en El Heraldo de México y ahora con su otra afición, el box, colaboraba en las transmisiones de Cadena Tres, fue también locutor comercial y eslabón entre las generaciones de los cronistas legendarios y los de ahora pues trabajó entre otros con el longevo Mago Septién.
A su esposa, hijos, nietos, familia y cauda de amigosun abrazo fraternal. Lo extrañaremos.