Juego estratégico de los magnates, bajo la lupa

Actores dominantes del mundo contemporáneo, las decisiones de los multimillonarios inciden en el destino de millones de personas pues operan en todos los sectores y latitudes. El gran juego geopolítico de esos opulentos personajes se traza en tácticas y estrategias que proyectan su influencia global, como confirmó la eficaz campaña electoral del empresario inmobiliario, Donald John Trump, para alcanzar la presidencia estadunidense. La mayoría de ellos maniobra lejos de miradas indiscretas para incidir en gobiernos, alza o baja de precios de commodities, crear o desechar tecnologías y cierre o apertura de mercados y rutas. Son la expresión geopolítica del capitalismo en el siglo XXI.

No se puede negar la fascinación que ejercen esos personajes. Explorar quiénes son y cómo trabajan los nuevos dueños del mundo es tarea a la que se dedican, aunque sin confesarlo abiertamente, desde los profanos en política, economía y finanzas, hasta los conservadores más radicales y militantes de la más intransigente izquierda. ¡Y cómo no hacerlo, si esos ricos entre ricos son el uno por ciento de la población mundial!

Existe un glosario específico para aludirlos: barones, szlachta (nobles ricos polaco-lituanos), magnates – de magnos: poderosos en negocios e industrias del siglo XV-, tycoons, mogules, oligarcas, potentados, multimillonarios, acaudalados o adinerados. Conocer cómo consiguieron sus fortunas y de qué forma las mantienen e incrementan es un ejercicio multidisciplinario donde se analizan y contrastan fuentes e información.

Algunos magnates provienen de dinastías, como los acereros alemanes Krupp que de fabricar cañones a mitad del siglo XX hoy dominan el mercado de electrodomésticos y la industria germana; o los Walton (Christy, Jim, Alice y Rob, propietarios de WalMart, cuya fortuna supera los 122,6 mmd) que encabezan el ranking global de familias más acaudaladas de Estados Unidos de Forbes.  Otros, irrumpen en la escena por su ingenio y destreza, como el empresario inmobiliario y turístico chino Wang Jianling poseedor de una fortuna estimada en 32 mil millones de dólares.

Su secreto

Para convertirse en los grandes diseñadores de la arquitectura económico-financiera mundial, prácticamente todos esos magnates establecieron tres prioridades: 1) Poseer información cualitativa, 2) Poseer fortunas que les allane el camino a adquisiciones estratégicas y 3) Establecer redes de acción a nivel global. Lo que ningún manual enseña es algo que está a la vista con sólo examinar la trayectoria de los CEO’s de las principales empresas: abarcar varios sectores muy redituables pero aparentemente incompatibles.

Según el Índice de Multimillonarios de la Agencia Bloomberg y el Índice Inmobiliario de Lamudi, los sectores emergentes son: biotecnología, salud, turismo y diseño. Así vemos que los 10 potentados más ricos están en el sector tecnológico y que, en conjunto, su fortuna suma unos 632 mmd. Bill Gates, el fundador de Microsoft, es el más rico del planeta con 86,4 mmd, seguido por el líder de Amazon, Jeff Bezos, (55,4 mdd) y Marc Zuckerberg de Facebook (44,8 mmd). Se conoce menos que detrás de cada tablet está Zhoy Qunfei, creadora de Lens Technology que posee más de 7,4 mmd.

Bajo la llamada “gestión de management” los tycoons han apostado a integrar varios sectores estratégicos (energético, alimenticio o farmacéutico). Y así, vemos empresas multisectoriales como la ampliación del Canal de Panamá y del Canal de Suez, el saneamiento del río Rhin, el sistema de tránsito inteligente de Suecia, la explotación de yacimientos profundos, el tránsito de buques-tanque y contenedores marítimos y nuevas vías ferroviarias. Por encima de todo, los magnates respaldan los tratados comerciales bilaterales y regionales.

La extraña combinación de contenedores, artículos médicos y de belleza ha dado 34 millones de dólares (mmd) al hongkonés Li Ka-Shing. Desde Nigeria, Aliko Dangoterimonio (15 mmd) provee al mundo de alimentos, petróleo y gas, cemento, textiles e inmuebles y desde Malasia, Robert Kuo (15 mmd) controla el transporte marítimo, la producción de aceite de palma y caña de azúcar. En ese mosaico destaca el extravagante empresario chino Chen Guangbiao (5,5 mmd) que enriqueció con el reciclaje de escombros y sólo fracasó en adquirir el The New York Times.

En esa constelación brillan otros dos tycoons multisectoriales. El español Gerard López, que acumuló su capital con fondos tecnológicos, las telecomunicaciones y el comercio electrónico, y hoy construye una ciudad en el Ártico al tiempo que hace ostentación de su excelente relación con el presidente ruso. Otro es el empresario inmobiliario hongkonés Lee Shao Kee (26 mmd) cuyos intereses se extienden a los rubros turístico, restaurantero y electrónico.

El Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, definió a esos potentados como el 1 por ciento. Según la organización Oxfam, ese exclusivo club del uno por ciento más rico del mundo, estaría integrado por 62 magnates. No pocos de ellos son latinoamericanos y ¡por supuesto! Los paisanos mexicanos figuran en su seno. Conocer más el juego estratégico de los magnates es tarea del periodismo e internacionalistas.

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