La eliminación de lo humano y la educación

La eliminación de lo humano, la eliminación de la interacción con los seres humanos, es uno de los efectos indeseables de la proliferación de los dispositivos y aplicaciones (apps) digitales.

avión, dispositivos

Recientemente leí un texto[1] de David Byrne (ex integrante del grupo musical Talking Heads) dedicado a analizar cómo los nuevos dispositivos digitales disminuyen la interacción social con otros seres humanos.

En la óptica de Byrne, los desarrolladores de las aplicaciones o apps perciben a menudo la interacción humana como complicada, ineficiente, ruidosa y lenta. Por ende, el diseñador de apps busca evitar al máximo la interacción humana y aceptemos que muchas veces nos vemos envueltos en dinámicas humanas en las cuales, las barreras a la comunicación, eludimos la interacción con nuestros congéneres.

Hay formas muy claras en las que los diseños de apps y dispositivos evidencian esta intención y sobre las que es conveniente meditar: al utilizar una aplicación para conseguir un taxi (por ejemplo) establecemos el destino, el costo del viaje, el nombre del conductor, la marca del vehículo y las placas sin interactuar con ningún ser humano. Al llegar al destino descendemos y es innecesario preguntar el costo del viaje o si es necesario pagar con billetes de baja denominación. Otro ejemplo interesante: al descargar música de una tienda en línea o consultar el catálogo digital de una biblioteca, la necesidad de acceder a contenidos se limita a seleccionar de un menú y hacer la descarga o la consulta. Cuando hacemos transacciones bancarias elegimos la cuenta de retiro y la de destino. Consultamos, transferimos, pagamos sin tener contacto con ser humano alguno.

En el horizonte se presentan ahora nuevas aplicaciones con las que se evita el contacto entre humanos: vehículos sin conductor, sistemas de contratación de servicios médicos, seguros de vida, inscripciones escolares, trámites gubernamentales y un muy largo etcétera.

Vivimos cada vez más cerca del grado cero de interacción con seres humanos. Y nuestra vida familiar y social se ve afectada por una interacción que media con dispositivos digitales, aun entre personas que se encuentran físicamente en nuestras cercanías.

Si bien esta nueva cultura que permea la acción individual y colectiva expresa la necesidad de una vida cómoda, flexible y libre, sin tener que tratar con personas que obran con lentitud, incompetencia, con laxitud exasperante o llana sevicia, también es cierto que la eliminación del contacto humano en todos los procesos de la vida cotidiana representa un fenómeno que hay que analizar con enorme cuidado.

educación y tecnologías en niños

Interacción social y educación

Como maestro de larga experiencia, puedo asegurar que la llegada de las tecnologías digitales al aula de los años 80 representó un reto de enorme envergadura. Estudiamos con pasión la mediación tecnológica en las actividades educativas y las posibilidades que ofrece al desarrollo intelectual de niños y jóvenes. Elaborar un video, un diario digital, ejercitarse en matemáticas, programar un robot, o integrar datos en una infografía son hoy en día formas en las que una herramienta digital posibilita no sólo aprender sobre diversas disciplinas y además desarrollar habilidades cognitivas y metacognitivas. Es decir, la aparición de dispositivos digitales en las aulas brinda nuevas posibilidades oportunidades para mediar el aprendizaje y la construcción de conocimientos.

Una de las mayores preocupaciones de los docentes que trabajan con este tipo de dispositivos y aplicaciones es que su uso tenga efectos negativos para sus estudiantes. Como toda mediación tecnológica, aquella en la que se utilizan dispositivos digitales puede tener efectos negativos. Nuestra responsabilidad entonces como educadores es estudiar estos dispositivos, su estructura, operación y la filosofía involucrada en su diseño. Meditar sobre las oportunidades que ofrece en educación.

Si nos atenemos a la inquietud de Byrne, es necesario analizar el proceso educativo en el que se introducen los dispositivos digitales, pues muchas apps están diseñadas para limitar la interacción con otros humanos.

La interacción social, como todos sabemos, es fundamental para el desarrollo de cualquier estudiante desde los niveles más básicos. El dilema para el educador es cómo puede mediarse el aprendizaje con dispositivos pensados para disminuir la interacción. El mediar el aprendizaje debe evitar toda filosofía del diseño de sistemas autónomos orientada a eludir el contacto con seres humanos, especialmente en educación. Más allá de su eficacia para realizar transacciones ágiles, el diseño de estos dispositivos digitales (en especial las apps o aplicaciones) puede representar un medio para aprender en un entorno que naturaliza la elusión del contacto con seres humanos. Es decir, son diseñadas para evitar situaciones en las que se pueda presentar un proceso ineficiente, para reducir al mínimo el contacto (por extensión extra lógica) con lo humano.

Aunque parece redundante, es importante que los docentes reflexionemos sobre la importancia nodal de la interacción social en los años de la formación escolar básica. Los niños y jóvenes no sólo socializan en la escuela. Su interacción con los otros les permite construir conocimientos de manera más profunda y significativa a través de la acción social y colectiva. Los estudios de Lev Vigotsky, descubiertos tardíamente en la década de los 60 del siglo pasado, nos permitieron comprender la relevancia del aprendizaje con los otros y a través de los otros, en un ámbito social. Las ideas de la formación social de la mente, presentadas por este autor ruso, juegan un papel fundamental en las teorías occidentales en materia de psicología social de la educación y el desarrollo intelectual. Un solo ejemplo: la necesidad de transferir a los niños y jóvenes la responsabilidad de sus procesos cognitivos, mediante tareas que involucran la interacción social.

La escuela es, junto con la esfera familiar, el lugar más importante para la socialización y la integración social de los seres humanos. La presencia de las nuevas tecnologías en la escuela plantea un problema fundamental: ¿hasta qué punto podemos permitir que la introducción de dispositivos digitales aleje a los niños y a los jóvenes de la interacción social? Ya en los hogares, las familias se quejan de la falta de comunicación entre sus miembros por la presencia de los dispositivos digitales. Los perciben como elementos que rompen la armonía y la convivencia.

De ahí que los educadores debamos introducir dispositivos y aplicaciones (apps) en el aula después de apreciar si en su diseño se busca disminuir o prescindir de la interacción con humanos. Si es adecuado su uso, debemos diseñar actividades de aprendizaje en las que las apps y dispositivos se empleen en un contexto de colaboración y sirvan al aprendizaje en grupo. Debemos diseñar actividades en las que la tecnología aporte a la interacción humana y al reconocimiento del valor que esta tiene para aprender a aprender y también a la realización de los ideales de todos y cada uno de nosotros. Desde el aprendizaje de las matemáticas hasta el desarrollo del criterio moral subyacente a la construcción de la ciudadanía, hay aplicaciones de enorme valor, pero requieren un enfoque pedagógico adecuado.

En cualquier lugar en donde haya más de dos personas hay educación. La pregunta es: ¿la escuela educa? La educación cumple una función más que instrumental, la escuela humaniza.

[1] Eliminating the Human, en http://davidbyrne.com

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Elisa Armendariz

Excelente análisis de una realidad que no vimos venir !!

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