La Gran Apuesta (The Big Short)

Hace unos días vi la película “La Gran Apuesta” (The Big Short) que habla de cómo un reducido grupo de financieros de Wall Street logró anticipar la catástrofe financiera que acabo azotando a la economía mundial en el 2008; impulsada, fundamentalmente, por las llamadas hipotecas “subprime”.

Lo interesante de la película no es que unos “genios” pudieron ver lo que otros tantos no, sino los vicios y complicidades que se construyen para sustentar un gran problema estructural e institucional.

Hace unos días el Foro Económico Mundial – World Economic Forum (WEF) presento su reporte global sobre tecnologías de la información (Global Information Technology Report) que abarca al sector de las telecomunicaciones y en donde México registra la posición #76 de entre #139 naciones respecto a su régimen regulatorio.

El reporte del WEF señala lo que todos los “genios” del sector vemos y que el sistema institucional de nuestro país no quiere, que los reguladores no regulan, que el incumbente de las telecomunicaciones de nuestro país sigue dominando de manera anticompetitiva a la competencia, que el regulador no logra ser “efectivo” y que nuestro país no camina en sentido correcto ni a la velocidad necesaria para no perder el tren del desarrollo marcado por la  llamada “4ta Revolución Industrial”.

En “La Gran Apuesta”, los “genios” financieros de Wall Street que llevan a cabo esta gran apuesta en contra del sistema, se dan cuenta con el paso del tiempo, que no están ante una falla normal del mercado, sino que ésta falla es realmente una serie de complicidades fraudulentas construidas, una a una, en base a grandes intereses económicos muy apartados del interés común, en donde todas las piezas de la maquinaria están comprometidas, empresas calificadoras de riesgo, auditores, reguladores y autoridades, medios de comunicación, etc.

Así como en la película aquí descrita, el sector de telecomunicaciones en nuestro país no logra asestar que estamos nuevamente ante un gran problema institucional, el mismo de siempre. El IFETEL y sus comisionados no logran o no quieren darse cuenta de lo que los “genios” vemos, que no hay regulación efectiva  y que los logros de la reforma no son logros regulatorios (en la pagina web del IFETEL hay un video al respecto)  y que sin autoridad no hay reforma que valga para dar certeza, en un marco de competencia, a los jugadores de la industria.

En otro capítulo de la película referida, hay un momento en donde uno de los  financieros que logra ver esta catástrofe en ciernes; reflexiona de cómo ve a las personas en la calle alegres, sin preocupaciones, sin estar conscientes del gran tsunami que se avecina. En el caso de México, pienso lo mismo. El sector de telecomunicaciones es de gran importancia para el desarrollo de un país y de seguir por el camino que hasta hoy el IFETEL y la SCT han trazado, tendrá consecuencias negativas para todos.

El problema es qué, a diferencia del tsunami financiero descrito en la película, aquí el perjuicio es gradual, como la parábola de la rana que es metida a una olla con agua a fuego lento y no logra ver que al final morirá hervida. Si queremos entender mejor esto, veamos los estados financieros de Pemex y al sector energético de nuestro país.

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