Como en varias veces lo he comentado, en la actualidad México está atravesando un momento en el que se considera necesario e indispensable el proporcionarle un poco de paz, atendiendo a los problemas que en el momento lo aquejan; por doquier existen eventos que dan cuenta de la crisis que impera en el territorio y que conforman la palabra precisa que describe hacía al exterior a nuestra nación: Inseguridad.
En efecto, a ojos de otras naciones, México es el país de las playas hermosas, de la vegetación envidiable por otros territorios, de la gente alegre e ingeniosa, de la hermandad, la solidaridad, pero ahora, lamentablemente y para muchos, México es sinónimo de corrupción e inseguridad, aunque en la realidad está cambiando.
Sin duda alguna, el problema que nos atañe, puede ser resuelto en el mediano plazo o quizás deban pasan muchas generaciones para que nuestro amado país llegue a dar indicios de mejoría y esperanza en la calidad de vida de las personas, en un contexto de seguridad y de confianza para los mexicanos y para los extranjeros que tanto disfrutan de los tesoros que ofrece su geografía y la calidez de su gente; sin embargo, queda más que claro que todo proceso de transformación, lleva consigo un sin número de acciones que a todos nos conviene emprender si esperamos el día de mañana llegar a realizar un cambio positivo.
Ha sido de un gran gusto el haber tenido la experiencia de constatar personalmente una de las buenas acciones que ha tenido a bien emprender el gobierno federal, con el objeto de encontrarle una solución al conflicto que nos invade. Me refiero a lo acontecido en el pasado periodo vacacional en diversas casetas de cobro, aeropuertos, centrales camioneras, centros comerciales y playas del país; lugares en los cuales se pudo sentir la presencia de una nueva fuerza de seguridad que sin duda alguna puede constituir una pieza clave para el éxito de las misiones de seguridad que sean emprendidas por el presente gobierno.
Ahí, en esos puntos en donde concurre un sin número de nacionales y extranjeros cuyo único propósito es el alejarse de los diversos contextos en busca de un ambiente de relajación y confort para el cuerpo y el alma, es donde fueron vistos y operaron con un firme compromiso de acercamiento y atención a la ciudadanía, aquellos jóvenes que en la actualidad se encuentran en un proceso de formación que los conducirá a servirle, de la forma en que su alma se los exija, a la nación que los vio nacer y que tanto los necesita para inyectarle ese oxigeno que demanda. Me refiero a los nuevos cadetes de gendarmería que constituyen un pilar de gran envergadura en el Plan de Seguridad planteado por el Presidente Enrique Peña Nieto.
Con la leyenda “Policía Federal. Cadete” estampada en un chaleco color anaranjado y una gorra propia de la dependencia policial, daba cuenta que se estaba ante una autoridad, pero con una sensación de amigabilidad, que era constatada con el acercamiento que hacían con la población en general; dicha situación generaba un ambiente, según mi apreciación, de seguridad y confianza a los que nos encontrábamos alrededor.
Acciones emprendidas como estas, sin duda alguna cuentan con el respaldo de la sociedad en su conjunto, máxime que estamos ante la presencia de un cuerpo policiaco que está siendo entrenado por la Comisión Nacional de Seguridad a cargo del Dr. Manuel Mondragón y Kalb, que traen a bien la imagen de que las cosas se están haciendo bien, sin embargo, como ciudadanos, tenemos el compromiso firme de vigilar y constatar que efectivamente las acciones emprendidas por el gobierno, son acciones propositivas y que en su momento sean tangibles y mayores los beneficios obtenidos, permitiendo así la confianza en los diversos actores políticos que han sido elegidos y con ello el apoyo directo a sus proyectos propuestos.
Les comento que Acapulco fue mi destino, ahí fue donde advertí lo que les escribo, me pareció increíble cómo es que después de haber sufrido los embates de los huracanes Ingrid y Manuel, la ciudad está en pie y el camino que me llevó a aquella, se encuentra totalmente restablecido. México va por buen camino, pero aún falta mucho por hacer, por lo que no debemos dejar de actuar; si los homicidios dolosos, a cifras del gobierno federal tienden a la baja en un 20% en relación al año anterior, hay que buscar y exigir abatir y bajar estadísticas que nos impactan, seguir vigilando y exigiendo a nuestras autoridades resultados, porque sin duda, vamos por buen camino y ese camino será eficiente en la medida en que la ciudadanía se compromete con la cultura de la legalidad.
@Fschutte