Feminicidios: nuevo reto
En 1981 se realizó el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en Bogotá, Colombia, donde se tomó la decisión de instaurar el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres.
Se eligió ese día en recuerdo a tres hermanas: Minerva (34), Patria (36) y María Teresa Mirabal (25), nacidas en Ojo de Agua, República Dominicana, que fueron asesinadas por el régimen militar del general Rafael Leónidas Trujillo, quien controló esa isla entre 1930 y 1961.
La historia de estas mujeres es muy común y corriente hasta nuestros días. En 1949 fueron invitadas a una recepción en honor del general Trujillo. Durante la velada, la belleza de Minerva cautivó al dictador y comenzó a cortejarla, sin mucho éxito. Trujillo continuó invitándola, pero fue rechazado por la joven.
Ella, además, decidió exigirle al “generalísimo” Trujillo que terminara con el acoso judicial en contra de Pericles Franco, que fue uno de los fundadores del Partido Socialista Popular, encarcelado varias veces y muy amigo de Minerva.
Ante las negativas de Minerva, Trujillo mandó a vigilar celosamente a la familia y mandó a detener al padre. Minerva y varias de sus amigas terminaron varias veces en la cárcel. Minerva se casó con Manolo Tavárez (estudiante de derecho y opositor al régimen de Trujillo) en 1955.
“Los levantamientos sociales acontecidos en América Latina a finales de la década de los 50, en especial la revuelta organizada en contra de Fulgencio Batista en Cuba, provocaron la creación de un movimiento en contra de la dictadura de Trujillo en la isla. Éste llevó por nombre Agrupación 14 de Junio, por una expedición armada de Cuba que llegó a Dominicana en esa fecha“ (Gaceta UNAM 24/XI/2020).
Tavárez fue el primer presidente de la Agrupación 14 de Junio. Minerva y sus hermanas jugaron un papel clave en la disidencia y eran conocidas como “Las Mariposas”.
Trujillo no tardó en detener a todos los involucrados en la creación de la Agrupación 14 de Junio. Cientos de detenidos y muchos muertos fue el resultado del enojo de Trujillo.
“La presencia de varios miembros de las familias más acomodadas de la isla entre los presos, incrementó la presión social ante el gobierno de Trujillo… Muchos fueron liberados, aunque la vigilancia gubernamental y el acoso policíaco continuaron en su día a día. Manolo Tavares y otros miembros del movimiento quedaron tras las rejas” (Ibid.).
Minerva, Patria y María Teresa fueron apresadas después de visitar a sus parejas en la cárcel. Fueron interceptadas el 25 de noviembre de 1960 por un grupo de agentes. Fueron golpeadas brutalmente. Fueron ejecutadas y arrojadas en un barranco. Murieron junto al conductor, Rufino de la Cruz.
El asesinato de las tres hermanas conmocionó a la sociedad dominicana. Trujillo buscaba callar a los rebeldes. Pero la muerte de las tres jóvenes incrementó la presión a su gobierno. El cuádruple asesinato quedó impune, pero aceleró la caída del dictador.
Trujillo fue emboscado el martes 30 de mayo de 1961 por un grupo de disidentes. Y la historia de República Dominicana cambió.
En conmemoración del crimen, en 1999, las Naciones Unidas instituyó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer y, en su país, se convirtieron en un icono de la lucha contra la violencia machista.
“Es importante no olvidarlas porque, por lo general, las luchas de las mujeres son invisibles, tienden a borrarse, ocultarse, a ignorarse, a pasarles un velo de opacidad”, dijo su hija Efe Minou Tavárez Mirabal, en ese día.
El 25 de noviembre quedó registrado como una fecha emblemática y hoy se celebra en todo el mundo.
Pero los problemas del machismo siguen. La violencia contra las mujeres sigue. Y los responsables de esos asesinatos quedaron libres en un corto tiempo.
Vivimos en el reino de la impunidad… ¿Qué hacer?
La historia y el presente
El pasado 25 de noviembre me tocó dictar una videoconferencia para Chiapas, en el Centro Estatal de Prevención Social de la Violencia y Participación Ciudadana (CEPSV y PC) sobre Mujeres, Seguridad y Violencia.
Pero, más allá de eso, ese día volvió a estallar la violencia de las mujeres en distintas ciudades. En la CDMX aparecieron nuevamente “las encapuchadas” que se enfrentaron a los policías.
Derribaron las vallas que protegían el Palacio Nacional. Se brincaron la reja de la catedral y realizaron pintas contra la Iglesia. Rompieron vidrios. Marcharon contra la violencia de género y realizaron muchos destrozos.
Dejaron claro su hartazgo en contra de los feminicidios, las desapariciones y los abusos.
Es muy parecido a lo que sucedió el 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer) y el 9 de marzo, cuando se realizó el Paro “Un día sin Nosotras”.
Además, hace unos meses, aparecieron las encapuchadas que tomaron un edificio de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en el centro de la ciudad.
La 4T no ha tenido más manifestaciones de mujeres debido a la pandemia del COVID-19. Y no sabrá qué hacer cuando esta termine.
No es un tema sencillo y se puede volver inmanejable. Hay abusos en el gobierno, en las empresas, en las universidades, en la calle, en el transporte… pero sobre todo en las familias.
Todos los días ocurren 10 feminicidios en el país y las mujeres están hartas. Y lo gritan. Y lo pintan. Y destruyen monumentos.
¿Por qué no entender el reto de este grave problema de forma distinta?
¿Qué hacer?
¿Cuáles son las formas que la sociedad acepta en las movilizaciones sociales?
¿Por qué la violencia institucional permanece sin ninguna consecuencia?
¿Cómo apoyar a las mujeres y disminuir los feminicidios?
Entre la violencia del Estado y la violencia contra los monumentos, debe haber algo mejor que recuperar los escombros.
La Cueva del Delfín
Los días de las mujeres crecerán y aumentará la violencia en esos días. Al gobierno de la 4T le falta una estrategia clara. O cambia… O acabará en el hoyo.
¡Vientos huracanados!, si no me aplican el derecho de piso nos veremos por acá la próxima semana.
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