Lo que se cuentan los hombres

 

Jorge Ortiz de Pinedo es un héroe en el mundo del teatro. Su voluntad, esfuerzo y coraje por levantar proyectos teatrales parecen inagotables; la visión que tiene para conjuntar un texto interesante para las audiencias contemporáneas, directores con un alto oficio y actores con una buena técnica además de un nombre atractivo para la marquesina es fuera de lo común.

Todas las salas donde se presentan sus montajes están a reventar y siempre hay muertos y heridos en la taquilla para conseguir un boleto. Esto demuestra no sólo su destreza para hacer que funcione una obra sino su herencia familiar en donde existe un profundo amor y respeto a las tablas.

Existen muchos productores y empresarios que se dedican al teatro pero pocos con la pasión de Jorge Ortiz de Pinedo. Su preocupación principal radica en contar historias que inspiren, impacten, conmuevan. Está convencido que el teatro está hecho para verse y nunca escatima esfuerzos por convocar a públicos grandes y heterogéneos.

En los últimos proyectos, a lado de su hijo Pedro también como productor, se confirma un balance ideal entre la rentabilidad y la propuesta escénica. Todas las piezas están unidas para llegar al público y disuadirlo de ver una obra que está a la altura de cualquier opción de entretenimiento y diversión.

En esta ocasión, Jorge y Pedro Ortiz de Pinedo están al mando de “12 hombres en pugna”, una reposición del montaje del 2008 donde también fueron productores en el Centro Cultural Helénico. Ahora se presentan en el Foro Cultural Chapultepec con la firme intención de posicionar este lugar como uno de los principales focos teatrales de la ciudad.

La historia de este espacio se cuenta con una sucesión de montajes irregulares. Ya sea por una escasa convocatoria o deficiencias escénicas graves, el Foro Cultural Chapultepec no tiene hasta ahora un montaje que le brinde fuerza y contundencia entre el público. La anterior temporada la encabezó “Tomar partido” con Humberto Zurita y Rafael Sánchez Navarro donde empezaban a existir rasgos evidentes de una cálida recepción.

Con “12 hombres en pugna” este lugar se anota su primer gran éxito porque la familia Ortiz de Pinedo mezcla los factores necesarios para que la obra se vuelva atractiva al público. El primer elemento que llama la atención es el elenco.

 

doce hombres 2

 

 

Nombres como Héctor Suárez, Roberto Sosa, Darío T. Pié, Fernando Ciangherotti y Gustavo Rojo entre otros legitiman el montaje y hacen que la marquesina se vuelva espectacular. Después del cuadro de actores se encuentra una historia conmovedora.

Durante las resoluciones de un juicio, doce hombres, como el título lo apunta, discuten sobre la culpabilidad de un joven que se le acusa de asesinar a su padre. El drama surge cuando un hombre está convencido de la inocencia del muchacho ante una mayoría ansiosa por imponerle un castigo al acusado por su casi irrefutable responsabilidad.

El texto, de Reginald Rose, es de los cincuenta y viene de Estados Unidos. Con más de medio siglo a la distancia se le nota la edad y un sentido cultural sólo creíble en su país de origen; por ello, la adaptación hecha por Pedro Ortiz de Pinedo es valiosa porque logra actualizarla y le da a los parlamentos los matices necesarios de verosimilitud y cercanía con las audiencias actuales en la medida de lo posible.

En esta versión existe una clara intención por reflejar un mosaico de posibilidades sobre la masculinidad. El juicio es sólo un pretexto para incidir en las formas emotivas de los hombres. Con cada personaje se presentan patrones de conducta con tendencia a la ejecución, al pragmatismo, a lo empírico y con muy poca relación a una vida interior. La pugna real se da entre lo que se espera por ser hombre y lo que se siente ser hombre.

La dirección de José Solé es formidable. Tiene elementos de tragedia griega al representar a este jurado como coro ante un hecho funesto; el ritmo y la tensión dramática están presentes en cada interacción; el clímax que se logra es el adecuado para impresionar a los asistentes cada noche.

El elenco es fuerte en su técnica vocal y corporal. Cada uno de los doce hombres se diferencia del resto y  hace clara su participación en el juego dramático. El regreso de Héctor Suárez a los escenarios teatrales es fuera de serie; su interpretación es magistral y demuestra su extraordinario oficio.

Vale la pena mencionar también a Darío T. Pié, Gustavo Rojo, Fernando Ciangherotti y Darío Ripoll porque en ellos recaen todos los rompimientos escénicos más importantes y con ellos se logra ecualizar la energía para llegar hasta el final. José Solé, con este trabajo de dirección, vuelve a posicionarse como uno de los mejores directores de este país.

“12 hombres en pugna” es un espectáculo que es capaz de atrapar a las audiencias actuales y, sobre todo, conmoverlas. Es interesante cómo Jorge Ortiz de Pinedo logra un montaje sólido para explorar la psique masculina en circunstancias límite y, de esta manera, dejar al descubierto todos los presupuestos culturales dominantes en nuestra manera de entender el mundo y relacionarnos con él.

 

 

“12 hombres en pugna”

De: Reginald Rose

Traducción: Pedro Ortiz de Pinedo

Director: José Solé

Foro Cultural Chapultepec (Mariano Escobedo 665, colonia Anzures)

Viernes 20:45 hrs.,  sábados 18:00 y 20:30 hrs., domingos 17:30 y 19:45 hrs.

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