Lotería Mexicana

Qué interesante es este período que nos separa sólo por dos semanas de la ceremonia de toma del poder por la nueva administración. Me siento como en mercado de pueblo, de barrio, de colonia durante fiestas, cuando se canta la lotería.

Llama la atención en este juego (¿?), que la mayor parte de las barajas están expuestas y muchas de las planillas ya ocupadas por frijolitos. Sólo unos cuantos espacios quedan vacíos esperando que el gritón en turno llame para ocupar posiciones en ésta, tan cantada lotería mexicana.

La primera carta es la Sirena morena cuya voz serena, popular, reconocida ya, pareció llamar a todos. Poco a poco, sin embargo, deslumbrados muchos, se va cayendo en cuenta que sólo unos cuantos privilegiados (¿?) son los interpelados por la voz y ocuparán posiciones en este viaje al imaginario propuesto y a la realidad de la nueva administración.

lotería mexicana
Imagen: Tecnodiva.

Nunca, que yo recuerde, habíamos visto esto de un gobierno electo con tanta influencia antes de tomar posesión. Qué largo ha sido el sexenio de López Obrador, he escuchado decir…

Y bueno, no es exactamente que ya se gobierne, desde luego, pero sí que se maneja y establece la agenda, incluida la de la presidencia vigente. La voz pregonera se escucha en todos los rincones y a muchos aparece el cantante, que como trovador medieval interpreta y recuenta, explica y glosa lo que ocurre en esos cabildos de sombra todavía, donde las decisiones se cogitan y en algunos casos se aplican.

No hay duda, todos sabemos quién manda aquí. Nos queda claro con el plebiscito por el nuevo aeropuerto, con la iniciativa para revisar las comisiones bancarias, con los nombramientos de casi todos los puestos superiores en las secretarías, con las votaciones en el congreso, con el anuncio de la constitución moral, aquí, señoras y señores, manda el Peje. El que todo lo mira y mucho lo ordena: el Peje, nuevo personaje de la baraja, aunque resta por ver cómo se referirán a él, las masas de mexicanos que lo adulan o lo critican. Pero la lotería es de colores, no es blanca o negra y deberemos aprender todos a movernos en la paleta de los grises y los tonos.

Hace unos días la apodada marcha de los poquitos, la tardía marcha de los catrines fue una movilización bastante fútil porque si bien no a falta de sentido, sí de discurso, de narrativa. Chiquita porque fueron pocos, dicen que 5 mil “fifís”. Y no es que no cuenten, sino que no saben, no han aprendido a hacerse valer.

Andrés Manuel López Obrador.

Basta echar una ojeada a lo inocuo de las mantas, de sus arengas, de su despropósito explícito. La sociedad civil, ésa, por lo menos, no está organizada, debe pasar al segundo piso conceptual, donde desde el diálogo, la creatividad, la investigación y el acuerdo, pueden armarse mejores estrategias.

La marchita-marcha dio, como en otras ocasiones, lugar al encuentro de amigos, que se solidarizan y contribuyen al recíproco anquilosamiento de sus visiones angulares de black & White, ventilando cartelitos pintados, tomándose fotos, que se visten para aparecer con sus tintes de sencillez republicana, escondiendo su habitual sofisticación. La multitud fresa del buenísimo mexicano, no logró, sin embargo, la expresión necesaria para hacerse ya, no digamos valer, sino sentir.

La crítica debe, lo creo firmemente, expandirse, sofisticarse, hacerse pertinente y percutir, porque los asuntos de la nación son muchos y no todos los ciudadanos parecen estar en la misma tesitura y entender que vivimos en un país, pluri-nacional, vasto, diverso convulso, en guerra, pero quizá también ejemplar, posible, mejor.

Las próximas dos semanas son importantísimas para unificar en lo interno del nuevo gobierno, la narrativa, y en lo externo para meditar, discutir, prepararse, entender que esta transformación anunciada, va viento en popa y con rumbo.

Beatriz Paredes, hoy oposición, habló fuerte y bien en el congreso, la crítica fue más que una de La llorona, la de un llamado de atención para volver y, sobre todo, para no desapegarse de lo básico del Estado de derecho y las instituciones. Corte y queda, como se dice en lenguaje de cine.

senadora
Beatriz Paredes (Foto: e-Consulta Tlaxcala).

Los líderes morenos tan unidos en la votación están ‒se anuncia en redes‒ en varios casos, a las mentadas y no parece haber por el momento voluntad conciliadora. En los niveles medios igual que en las altas esferas cercanas al poder central, unos suben la escalera y otros la bajan todos los días.

Y los hay que juegan a ser más papistas que el pontífice, lanzando pedradas a los compañeros, como los improperios a Alfonso Romo, desde la cancha de Paco Taibo II: el diablito. Todo está en el aire y esperando a que suene la del badajo: la campana y que concluya el “asalto” y se llame a cada cual a sus esquinas. No, si hacer equipo no es fácil.

Y en medio de las entregas de oficinas, la preparación de los libros blancos, muchos burócratas a punto de des-emplearse e incluidos los del más alto nivel, están sacado ya el paraguas para aguantar la lluvia, sobre-mojados con las críticas que les vienen, los desamparos y los pagos que deberán hacer a sus buscadores de cerebros para que les consigan chamba.

Y los que no aguantan la presión ya le están pegando a la botella, siempre dispuesta a recoger frustraciones y recibir amigos en desgracia.

Los financieros del nuevo régimen, mientras tanto, esperanzados en el petróleo y en el valor de el barril, algunos por lo menos, esperan empujar los grandes proyectos, buscando centavos hasta por debajo de las aguas profundas y los impuestos someros.

El país se mueve y cada quien con su cada cual se pega al que más conviene para ver si alcanzan a ser protegidos por las ramas del árbol que más sombra les ofrezca.

Los militares afanosos, orgullosos, disciplinados nuevamente, representados en la figura de El soldado, garantizan y amplían con la guardia nacional sus empleos. Recuperan blancos y verdes, nuevos espacios, se reparten las nuevas tareas de seguridad y se protegen bajo la bandera que busca cobijar a todos.

lotería mexicana
Imagen: Gama.

Más tranquilos otros, escuchan la música del bandoneón, a sabiendas que en esto de las loterías siempre hay segundas tandas, nuevos bailes, lecciones, tangos, milongas y rancheras.

En las cámaras los legisladores han pasado por los sanitarios, una cuestión de lavarse bien para levantar la que todos esperan: la mano, sólo obediente, primaria en ocasiones y muchas veces irreflexiva. Nadie se mueve de sus posiciones mientras en casa a muchos ‒se bromea‒ les ponen los de el venado.

El tiempo de los saltos de la rana se acabó. El lento suicidio de los partidos políticos convino a muchos y provocó migraciones. Ya no es tiempo de cambios de partido, pero sí, en cambio, de querellas internas en los mismos. En alguno, el borracho enojado renuncia y la tela de la araña hace “Marko” para nuevos convidados.

Hay mucho de angustia en esto de la lotería política, pero El gallito, no deja de cantar y anunciar nuevas maiceadas. Pero viene una cartilla moral y hay sustanciales modificaciones constitucionales que serán para todo el mundo: el que transa no avanza.

Las nuevas leyes no tendrán a el valiente que las quite, aunque las oponga. Pero cuídense todos que el alacrán de la corrupción anda suelto y siempre hay un negrito en el arroz para sorprenderse o dejarse sobornar.

Habrá, desde luego, a quien no caliente ni el sol cuando emerjan los verdaderos problemas, porque recordemos todos que la corona dura poco y siempre hay una flecha que alcance el veleidoso corazón.

Lotería en Papantla
Jugando Lotería en Papantla, Ver. Foto: Gastón Melo.

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Comments

  1. Muy interesante tu artículo usando un juego tradicional mexicano. Me identifico mucho con la forma como lo escribes y como me siento. En la actualidad considero que los ciudadanos de México estamos jugando lotería con este gobierno pensando en los “regalos” de papá gobierno.

    Saludos

    Ian

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