¿Malos augurios del Banco Mundial para América Latina?

Recientemente el Banco Mundial (WB, en inglés) dio a conocer sus proyecciones del Global Economic Outlook. Las proyecciones son menores a las originalmente estimadas, afectando especialmente a los países en desarrollo. Por lo que la institución financiera internacional les urge a redoblar sus reformas nacionales (WB, June 10, 2014). Estas recomendaciones evidencian que más que problemas coyunturales o del ciclo económico, el WB identifica para los países en desarrollo problemas estructurales, en medio de una crisis que sigue sin ser totalmente superada.

Los augurios del WB sobre el futuro económico de la región latinoamericana no resultan nada halagüeños, habiendo reducido el pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México para 2014 a 2.3%. Porcentaje menor al último ajuste reciente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de 2.7% de crecimiento anual. Situación que refleja los magros resultados obtenidos en el pasado reciente por México y que lo han ubicado como uno de los países de menor dinámica productiva de la región.

Obviamente, las proyecciones económicas del WB sobre los países en desarrollo se inscriben en un análisis de la economía mundial, en especial de las economías de mayor peso relativo y de aquellas de más rápida expansión. En este contexto, el WB señala que el mal tiempo en Estados Unidos (USA), el reequilibrio económico de China, la crisis de Ucrania y el lento progreso de las reformas estructurales, son algunas de las causas más importantes que contribuyen a un tercer año de menor crecimiento para los países en desarrollo.

Las tasas de crecimiento de los países en desarrollo se mantienen modestas, ha dicho el Presidente del WB, Jin Yong Kim, para crear los trabajos necesarios y mejorar el nivel de vida del 40% de los más pobres. Por lo que claramente los países en desarrollo se deben mover más rápidamente e invertir en reformas estructurales para lograr una base más amplia para el crecimiento económico, a niveles necesarios para terminar “la extrema pobreza en nuestra generación”.

El BW disminuyó el pronóstico de crecimiento para los países en desarrollo de su estimación de enero de 5.3% a 4.8%, esperando un firme crecimiento en 2015 y 2016, de 5.4% y 5.5%, porcentajes superiores a 5%, después de casi cuatro de menor crecimiento. Por otro lado, se espera que China crezca este año 7.6%, pero ello dependerá del éxito de sus esfuerzos de reequilibrio económico. Por lo que si en Asia, apuntó, hay un fuerte aterrizaje económico sus impactos negativos se sentirán ampliamente.

Según el Banco, a pesar de la debilidad económica en USA en el primer trimestre, la recuperación en los países de altos ingresos está ganando ímpetu económico. Por lo que estas economías se espera que crezcan 1.9% en 2014, acelerándose a 2.4% y 25%, en 2015 y 2016, respectivamente. En tanto, la Zona Euro (ZE) se espera que ascienda el crecimiento a 1% y en USA es esperado aumente el PIB en 2.1% en 2014, menor a la estimación previa de 2.8%.

La economía global se estima crezca a mayor velocidad en lo que falta del año, por lo que es proyectada una expansión económica de 2.8% para este año, mejorándose a 3.4% y 3.5% en 2015 y 2016, respectivamente. De esta manera, es esperado que el crecimiento de las economías de altos ingresos mejore las perspectivas económicas mundiales, al pasar de una contribución del crecimiento global de 40% en 2013 a alrededor de 50% en 2015 y 2016.

Específicamente, el WB ha señalado que el “crecimiento se mantuvo más bien inalterado en América Latina y el Caribe en 2013, gracias a la estabilización o caída de los precios de los productos básicos, la desaceleración sostenida en China, la baja en el crecimiento del PIB de los Estados Unidos en el primer trimestre y los problemas internos” (Perspectivas económicas mundiales Cambio de prioridades, construir para el futuro, Banco Mundial, Junio de 2014). Sin embargo el debilitamiento regional se mantendrá, afectando las exportaciones de bienes en varios países.

La institución ha señalado que los resultados del primer trimestre de Brasil, México y Perú apuntan a una actividad económica floja debido a una variedad de razones, tales como la disminución del PIB de USA y la desaceleración de China Particularmente enfatizó como una causa del mal resultado del primer trimestre para México al reciente aumento tributario. Hecho que ha sido negado por autoridades y ciertos comentaristas.

Por otra parte, según el Banco, la actividad industrial de comienzos de 2014 hace ver un repunte en el crecimiento regional. En tanto, la depreciación de varias monedas regionales ha continuado, como resultado del anuncio de USA de seguir reduciendo su inyección de liquidez. A pesar de ello, los flujos brutos de capital hacia la región han aumentado, especialmente hacia los mercados de bonos internos, obviamente como causa del diferencial de tasas de interés con respecto a los países de altos ingresos.

En contra posición, la inflación importada por la depreciación de los tipos de cambio todavía es baja en toda la región. En muchos países, las políticas fiscales y monetarias se han mantenido flexibles como parte de los esfuerzos por fomentar el crecimiento. Por lo que se espera, según el WB, que el crecimiento regional se fortalezca, pasando de 1.9 % en 2014 de crecimiento del PIB, a 2.9 % en 2015 y 3.5 % en 2016.

Estos resultados halagüeños, de acuerdo a la institución financiera, se explicarían por la recuperación que están experimentando los países avanzados, lo que apoyará las exportaciones regionales, como también el aumento de los ingresos por turismo y de remesas hacia la región. Ello sin dejar de lado que la depreciación de las monedas ayudará a lograr mayor participación regional en un mercado mundial en expansión.

De acuerdo a lo anterior, aun cuando a partir de 2015 y 2016 se espera una recuperación mundial y para la región latinoamericana, las previsiones de 2014 resultan poco halagüeñas. Estas previsiones indiscutiblemente manifiestan el pasado reciente de crecimiento, en el que México resaltó por sus exiguos resultados.

americalatina

En la década 2000-2009 México resultó la tercera economía de menor crecimiento de la región, después de Haití y El Salvador (Tabla 1). Tal bajo desempeño de México se observó desde 1994, tal como fue explicado en este espacio con cifras de la CEPAL. Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Panamá, entre otros, fueron los países de mayor crecimiento de la región. Bajo esta dinámica, casi todos esos mismos países experimentarán en 2014, se prevé, crecimientos arriba de 4%, manteniendo tal paso en los años subsiguientes.

En el concierto regional, México verá relativamente mejorar su crecimiento, especialmente con respecto a 2013. El WB estima que México en 2014 crecerá 2.3%, menos de lo originalmente estimado de 3.4%, después de ajustarlo en enero a 3%. Como una clara de tendencia de mejora con respecto a 2013, considera que la economía mexicana crecerá 3.5% y 4% del PIB en 2105 y 2016.

De acuerdo a esta estimación, México, como la segunda economía en tamaño de la región, mantendrá una tasa superior a la brasileña en 2014, 2015 y 2016; situación que ha prevalecido desde 2011. Con ello México alcanzará cinco años de tasas de crecimiento del PIB superiores a Brasil. Lo que hace a la economía nacional más robusta que la economía carioca, pero que en su consecuencia social sigue generando más pobreza.

Es claro que las expectativas de crecimiento de México no se han cumplido desde hace ya 17 meses. Es también claro que a pesar del crecimiento del gasto, el déficit público y una mayor deuda, el presupuesto público federal no parece tener el efecto multiplicador que se esperaría tuviera sobre la economía. La calidad del gasto público se manifiesta en una baja inversión y en un menor crecimiento en el renglón de la construcción.

Las políticas en marcha no parecen ser pertinentes. La política fiscal y financiera, son políticas con efectos de corto plazo. La primera ha sido adversa en el primer trimestre del año, como lo apunta el WB. La segunda asume un carácter recaudatorio y persecutorio. Ambas inducen a un crecimiento de la informalidad, lo que habrá de afectar la dinámica normal de la economía.

México una vez más en 2014 no cumplirá con su expectativa y capacidad de crecimiento. Otras economías de la región, como desde la década pasada, habrán de lograr altas tasas de crecimiento, sacando a cientos de miles y millones de ciudadanos de la pobreza, logrando así un crecimiento con equidad. Una vez las condiciones externas parecen promisorias para el mundo, para América Latina y México. Ojala que nuestro país las sepa aprovechar; pocas veces se repiten las oportunidades.

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