México sigue inmerso en la violencia. Me queda claro que la inseguridad no empezó durante los gobiernos del PAN, pero también que durante estos dos últimos sexenios, el fenómeno delincuencial creció de manera insólita.
Me parece que gran parte de la violencia en que vivimos, proviene de una pésima educación que durante años se ha dado a la mayoría de los mexicanos, tanto en las escuelas como en las familias y por supuesto, a través de la televisión el modelo a seguir ha sido desafortunadamente el peor: la falta de valores morales que encierren justicia, orden, nacionalismo, compasión, amor por el prójimo, honestidad y valentía. Todo ello nos ha llevado a que cada vez el fenómeno de la violencia se dé más tempranamente. El hostigamiento en las escuelas, se traduce posteriormente en hostigamiento en el trabajo y son muchos los niños que cuando son adultos no saben dirimir sus problemas mediante el diálogo; la intolerancia es la constante y ello deriva en violencia.
El pueblo en muchos lugares ha decidido armarse y convertirse en la ley; esto implicaría un Estado fallido. Sin embargo estoy seguro que el actual gobierno tomará las medidas necesarias para que este fenómeno no siga en el resto de los municipios.
La creación de un mando único, permitirá que nuestro país tenga un mayor orden, pero para ello también habrá que pagar mejor a los policías e integrarlos a la sociedad, usar cada vez más los sistemas de inteligencia policial en lugar de usar sólo la fuerza, sembrar en nuestros niños y jóvenes valores Morales y democráticos, dar más y mejores oportunidades de empleo a los ciudadanos, erradicar la pobreza y generar empleos.
También es importante señalar que mientras el poder judicial siga siendo el freno de la justicia, la impunidad seguirá vigente y con ello el triste fenómeno de no denunciar, por lo que podemos anticipar que la violencia no dejará de existir y la delincuencia menos.
La verdad es que estamos viviendo en un país en donde no hay cabida a la paz, mientras la seguridad pública y la justicia se pongan del lado de los ciudadanos. Casi nadie se entera de las matanzas que siguen dándose en los poblados que no son de interés para la prensa, que por cierto son la gran mayoría. Sólo a manera de ejemplo puedo comentar que el El Ajusco en la misma Ciudad de México: se siguen dando los secuestros, frecuentemente son arrojados cadáveres en sus alrededores, la extorsión y el narcomenudeo también, la tala clandestina es de todos los pobladores evidente y conocida, nadie vigila este parque nacional, y los pobladores aún sabiendo quienes son los los malosos, no se atreven a denunciarlos y en vista de un sistema de justicia incapaz de protegerles, por otra parte, pudiendo hacer uso de la policía montada ,en virtud de ser un área sin caminos para los automovilistas, esta no existe en esa zona; de hecho existe un retén en donde los agentes policíacos viven en condiciones vergonzosamente indignas y así pasa en gran parte del nuestro país.
Mucho he insistido en un observatorio ciudadano, y a pesar de que hemos sido muchos quienes lo hemos solicitado, nuestras autoridades han hecho caso omiso de este tema.
Pareciera que les da miedo que los ciudadanos seamos capaces de poner en evidencia los gravísimos errores que se cometen a diario en materia de seguridad pública.
Yo creo que ya basta de seguir soportando la inseguridad, la impunidad, de seguir siendo víctimas de policías y ladrones; ¿hasta cuando los mexicanos seguiremos soportando esta situación? ¿Es necesario que todos nos armemos para detener a la delincuencia?; ¿cuál sería entonces la diferencia ante la ley?
Los últimos eventos en donde vemos violaciones y ejecuciones, son los que evidencian ante la opinión pública. Lo que no sale en los medios son los secuestros, desapariciones, extorsiones y demás delitos que a diario son cometidos con toda impunidad.
Poca gente sabe que existen en México más de un millón de viviendas desocupadas debido básicamente a que grupos delincuenciales se ha perpetrado en ellas. No sabemos cuánto cuesta a nuestra economía la cantidad de comercios que se cierran debido a las cuotas solicitadas por los extorsionadores. Lo que se denuncia sigue siendo, no más allá de un 20% de los delitos y sólo el 3% es llevado a los tribunales. ¿Es así como podemos seguir pensando que México tiene remedio en el corto plazo?
Por ello la participación ciudadana es fundamental, aunque ello signifique poner en evidencia a algunas autoridades.