En la película “The Matrix” hay un momento crucial donde se presenta un concepto para tomar una decisión utilizando una pastilla roja y una azul. El mensaje nos comparte que, si decides por la azul, te quedas donde mismo atrapado en “el sistema” donde crees tener el control, te sientes seguro y tienes certidumbre. Por otro lado, si escoges la pastilla roja, te liberas del sistema y entras en un espacio de incertidumbre donde podrás aprender, descubrir y acceder a nuevos potenciales, pero sólo viviéndolos por ti mismo sin saber cuáles son o qué sucederá.
Este concepto podemos llevarlo en su totalidad a lo que vivimos día a día. Cada momento es el resultado de una decisión tomada que, a su vez, va creando la realidad de cada uno y así también la colectiva. Por supuesto, la pastilla azul es la de la comodidad, la del miedo de aventarnos a cambiar, la de los paradigmas instalados, la que nos permite vivir una y otra vez lo mismo, quejándonos una y otra vez de eso mismo.
En colectivo, la pastilla azul es lo que nos permite seguir en la construcción del sistema, el cual creamos todos aunque pensemos que alguien más lo crea para nosotros. Éste se forma de la suma de las realidades individuales que creamos y vivimos en su mayoría de forma inconsciente. Analizando un poco, podemos observar que, por lo tanto, la sociedad y su comportamiento es el reflejo de la suma de todos los individuos. Si algo sucede, todos somos parte.
Por ejemplo, el ya trillado tema de la pelea de El Canelo es una forma de mostrar lo que es México en su máxima expresión. ¿Realmente ganó el Canelo? No importa, lo que hay que observar es cómo vivimos en la mentira de “un sistema” que estamos creando. Al final muchos vimos la pelea, y la mayoría sabía dos cosas. Una, que técnicamente había más posibilidades de que no iba a ganar y, dos, que se la iban a dar por ganada. La pregunta es ¿por qué seguimos dándole tanto interés a este tipo de eventos que ha demostrado ser un show y una mentira? Al final sucede que el boxeador ‒que realmente es muy bueno‒, no tiene la culpa; sólo es parte de la Matrix.
Si realmente nos interesara un cambio, empezaríamos por no ver el show; no crearlo. Le hemos dado tanto interés a cosas que nos distraen de lo más importante que terminamos creando situaciones desagradables para nosotros. A veces caemos por el orgullo, siendo éste un reflejo inconsciente de la desvalorización que nos tenemos, lo cual ha lastimado mucho a México.
Acabamos de vivirlo en Monterrey con las barras del fútbol, aún y que se dice que tiene la mejor afición de México, terminó en un evento lamentable. Después del caos, en lugar de traer un aprendizaje colectivo con un cambio en la sociedad, termina sólo en la búsqueda de los culpables, evidencias, chismes, enojos que se convierten en leña para el próximo fuego. Esto sucede en todo el país, en diferentes situaciones.
¿Acaso no nos damos cuenta de que cada día nos separamos más como sociedad? Es necesario observar que pasando el shock del evento de caos, seguimos decidiendo por la pastilla azul. ¿A qué le tememos?
Por supuesto que a la incertidumbre. Dentro de esta “Matrix” que hemos creado en nuestro inconsciente colectivo, creemos que el no saber qué va a pasar mañana es malo y nos pone en riesgo frente a todos nuestros temores. Sin embargo, realmente lo que hemos hecho es limitar nuestra creatividad, nuestra libertad de experimentar para poder aprender cada vez que nos caigamos. Tampoco hemos visto hasta dónde vamos a aguantar con lo que sigue, que cada vez se nos puede presentar más cerca o más fuerte, para hacernos despertar, para hacernos conscientes de lo que estamos creando y de lo que tenemos que hacer.
Todos los días pasan eventos que nos representan como sociedad, pero los vemos aislados porque no nos sentimos parte, porque estamos de alguna manera adormilados con distracciones que no nos permiten estar conscientes de los mensajes que nos traen.
Si ya hemos visto que unidos somos fuertes, ¿por qué esperar a que suceda el caos para hacerlo? Estamos viviendo una etapa de separación en la sociedad que permite incrementar la violencia, la escasez, la competencia, la corrupción, etcétera, y seguimos en la comodidad de la pastilla azul.
¿Cómo podemos cambiarlo? ¡NO SÉ! Pero precisamente por eso tenemos la oportunidad de tomarnos la pastilla roja de la incertidumbre; de la invitación a explorar en lo más profundo las experiencias que tenemos que vivir para alcanzar los potenciales del ser humano y con esto, salir del sistema. Romper con lo establecido y reconocernos conectados a todo y a todos. Todo esto para abrirnos al aprendizaje sin miedo y aportar a la evolución consciente de nuestra especie para no dejarla desaparecer sin el intento. Ésta es una decisión sin juicios ni emociones. Tú ¿qué pastilla vas a tomar?… ¿la roja o la azul?
Muy buena analogía
Felicidades
Gracias por tus comentarios Oscar, saludos
Con todo respeto, no entiendo si como estratega usted en el ámbito político, que ha participado en campañas electorales presidenciales, estatales como municipales, ofreciendo me imagino su coaching en liderazgo público como es que no les ofreció la pastilla roja en tiempo, a los que asesoró o simplemente no entendieron su comunicación persuasiva en un cambio total para el bien de México. Simplemente es una reflexión.
Buena reflexión Carlos, hay quien decide tomarla y quien no… inclusive hay quien la toma y al verse en el túnel del aprendizaje decide regresar a la comodidad… al final como individuos cada decisión que tomamos dependerá del compromiso de cada uno de llevarla a cabo, sobretodo cuando lo hacemos cosncientemente.. gracias por tu reflexión
Me gustó la analogía, además si nos vamos hacia atrás porqué algunos escogen la pastilla azul y otros la roja. una posible respuesta es la que dió José Ortega y Gasset en su libro “La revuelta de las masas”, decía él que la incertidumbre hacia el futuro, causaba en muchas personas de su época mucha angustia, antes de la segunda Guerra Mundial, por lo que buscaban entregar la responsabilidad de sus decisiones a alguien más, en otra persona, y decía que entregar todas responsabilidad en una persona (Duce, Fuehrer, Generalísimo) iba a ser la ruina de Europa, y pues pasó los gobiernos fascistas y la tragedia de la Segunda Guerra Mundial.
el Poeta T.S. Elliot, decía que “el hombre no aguanta tanta realidad”, así que creo que por eso se inventó los dioses, o los caudillos, o el destino, finalmente las mentiras o paradigmas que nos contamos para tranquilizarnos. Así que tomar la pastilla roja, no cualquiera.
Gracias por tu aportación Xavier