Mis vistas a Ecuador

Por razones casi siempre académicas y desde hace ya más de veinte años, he podido recorrer varias veces América Latina y debo reconocer que siempre además de ser un privilegio, me han sorprendido lugares que incluso conocía con anterioridad.

Estoy regresando de Ecuador,  un pequeño gran país, que no deja de maravillarme tanto pos sus regiones geográficas como por su diversidad de climas que lo hacen sumamente atractivo. Este pequeño país es prácticamente desconocido para los latinoamericanos y sin embargo encuentra uno en él, mucho turismo europeo que se fascina con sus bellezas naturales y con su gente. El centro histórico de Quito está catalogado como patrimonio de la humanidad, su traza reticular recuerda su influencia española con sus callecitas muy angostas llenas de gente y entre esta, una población indígena que además de ser importante en número, siguen vistiendo orgullosamente sus trajes típicos.

La gente en Ecuador es muy amable, son dulces en su trato y tienen conciencia de la importancia que tiene la vida, desde en los negocios, en el placer y en el ocio. En Ecuador la mayoría de las personas trabajan para vivir, y no como en muchos otros países en donde la cultura laboral o empresarial, los hace vivir para trabajar y para aparentar lo que el modelo globalizador pretende.

Ecuador tiene montaña, de hecho la más elevada con respecto al sol es el Chimborazo con 6,300 metros sobre el nivel del mar, ya que la parte más ancha de la tierra es precisamente la línea ecuatorial. Tiene selva en plena Amazonia y su parte tropical en el Océano Pacífico, tiene unas playas extraordinarias. Merece la pena saber que es uno de los mayores exportadores de flores al mundo, en especial rosas; es un país lleno de leyendas como la de Taita Imbabura y Mama Cotacachi que merece la pena investigar. Cotacachi es un pueblo de artesanos en piel que deja a cualquiera con la boca abierta. Llegando desde la capital del país, un poco antes se pasa por Otavalo, donde hay un bellísimo mercado de artesanías y otro en donde el trueque se sigue practicando con productos de la tierra y animales. Guayaquil es precioso y qué decir de las famosas Islas Galápagos.

Ecuador tiene como moneda el dólar estadounidense, sin embargo tiene un gobierno socialista. Su presidente Rafael Correa es uno de los mejores oradores que he escuchado y aunque tiene cierto acento populista, ha permitido al Ecuador insertarse en el interés del capital extranjero, aunque no del todo ya que sacar el total de las utilidades de las empresas que invierten en este país, es bastante difícil. Con un crecimiento anual superior al 5%  tiene la menor tasa de desempleo de toda Latinoamérica. Alguna vez tuve la suerte de dar clases en Guayaquil y conocí ahí al rector de la Universidad Católica de Guayaquil, Don Gustavo Noboa, quien años después fuera presidente de ese país. Me tocó ver a Abdalá Bucaram a quien le decían el loco, bailando sin camisa en una plataforma de tráiler, cantando y con un grupo de chicas guapísimas y poco vestidas, mientras hacía campaña para la presidencia, la cual ganó.

En esta visita uno de mis alumnos fue Christian Wiese, un extraordinario arquitecto que ha tomado la arquitectura de su país, para crear arquitectura moderna con esa maravillosa reminiscencia; después de visitar con él el Templo de la Compañía, de origen Jesuita, ahora tan de moda, entendí mejor su trabajo como arquitecto y puedo decir que compite con los grandes.

De mis muchas visitas a Ecuador, todavía me queda mucho por aprender, muchos sitios que conocer, muchos cafecitos por tomarme con mis alumnos y mucha charla de la que seguir disfrutando.

Como pueden ver Ecuador es un país mágico lleno de contrastes mismo que merece mucho la pena conocer!

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