Piranesi en su laberinto

Se pueden pasar horas viendo los grabados de Giovanni Battista Piranesi. Además de la genialidad de su pintura, sorprende la cantidad de elementos que el observador descubre en cada visita. Para mí, sus mejores obras son las que nos pierden en escenarios del inconsciente. Estar frente a ellas es incursionar en los sueños de su autor; la fantasía se convierte en una realidad alterna, palpable.

El libro de Susanna Clarke, Piranesi, es un viaje tan maravilloso como los grabados del pintor veneciano. La casa en donde vive el protagonista es inmensa. Sus galerías se conectan por vestíbulos medio en ruinas y el agua entra por todas partes. El ruido del mar es constante como el corazón de una madre que protege al niño en su vientre. Agua de mar y agua dulce en abundancia. Peces, algas y aves. Para el Piranesi de Susanna Clarke, vivir en ese entorno es un privilegio, lo que no quiere decir que sea fácil. Sobrevivir implica ser ingenioso y tener empeño, cualidades que nuestro protagonista tiene de sobra: hay que buscar comida, fabricar herramientas y ropa, prepararse para los embates de la naturaleza, cubrirse del frío… Pero no todo es sobrevivencia. Una de las labores que Piranesi disfruta es cuidar de los huesos de los difuntos que ha encontrado en los corredores. La casa cuida de él y él cuida de los muertos.

portada de piranesi

El único ser humano vivo aparte de él vive en una galería separada. A diferencia de Piranesi, el otro no siente empatía por los difuntos, las aves o las estatuas que pueblan los grandes espacios. Lo único que le interesa es encontrar poderes perdidos a través de los siglos. Es un mago científico, un maestro. Piranesi obedece sus órdenes y lleva un recuento preciso de lo que ve. Calla cuando debe callar, acude a los llamados y llena página tras página, hasta que se da cuenta de que a él los poderes no le interesan. Su vida tiene suficiente sentido.

A partir de esta revelación, la novela cambia. El otro hace creer a Piranesi que corre el riesgo de enloquecer si no sigue sus instrucciones. La más importante, huir de un extraño que llegará en cualquier momento y cimbrará sus creencias. Y sí, el extraño llega, pero no es el enemigo, sino el rescatador. El problema es que Piranesi no quiere ser rescatado de la morada en donde el otro lo ha mantenido preso. ¿O la verdadera cárcel será la razón que impera fuera de ella? Como el extraño que llega a buscarlo, el lector empieza a dudar. Las certezas se diluyen cuando el inconsciente aflora. La división entre la locura y la cordura ya no es tan clara. El sueño y la vigilia, la realidad y la fantasía…

Susanna Clarke ha escrito una novela que requiere de toda nuestra atención para transitar por caminos repletos de vericuetos. Al terminarla, quedan ganas de recorrerlos de nuevo; la sensación de lo mucho que no vemos a pesar de tenerlo frente a nosotros. Piranesi está hecho con la maestría de una escritora capaz de cerrar una historia osada sin dejar cabos sueltos. En las últimas páginas, cada elemento de la trama cobra sentido y el lector se despide con renuencia de Piranesi. La nostalgia por la casa de las estatuas permanece.


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Virginia Kras...

Me interesa este libro Esta traducido al español?que editorial lo publica?

awideopenroad

Lo publica Bloomsbury. Aun no hay traducción al español, pero parece que lo ha comprado Salamandra, al igual que los libros anteriores de Clarke, asi que solo nos queda esperar!!

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