Se fue una época

Y no piense que estoy exagerando. Para quienes vivimos la temporada de novilladas que transcurrió entre 1982 y 1983 jamás se nos olvidará mientras vivamos, las tardes gloriosas con lleno hasta el reloj de La México en la disputa gallarda de las palmas de tres toreros que marcaron un hito en su ruedo.

El 16 de enero de 1983 se despidió Manolo de novillero alternando en mano a mano con Ernesto Belmont. Al novillo Bravío de la ganadería de su maestro Manolo Martínez quinto de la tarde, le cuajó una gran faena para obtener las orejas y el rabo del codicioso astado para dar una vuelta triunfal al lado del regiomontano (primera de su vida como ganadero en La México) y cerrar una brillante carrera novilleril que tenía como antecedente haber empezado desde niño como becerrista.

El 2 de diciembre de 2012 que se retiró de los ruedos, estos y muchos recuerdos más se me vinieron a la memoria por la última actuación de Manolo Mejía quién transitara con tranquilidad en el ambiente taurino al que ha dedicado toda su vida.

 Su padre Don Pancho (que por cierto ejecutó el Tancredo cuando pasó por el callejón Cardenche de Marco Garfias después de brincarse las tablas, último toro que lidió su hijo), su hermano y sus retoños le quitaron el añadido mientras su esposa María José con lágrimas en los ojos en la barrera despedía la carrera de matador ahora en retiro de Manolo.

Así se va la vida con quienes acaban y quienes comienzan. Suerte Manolo en lo que emprendas y gracias por los momentos que nos hiciste vivir en las plazas de toros que no fueron pocos.

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