La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), ha logrado desde este 6 de marzo la acreditación institucional por parte del Alto Consejo Francés de la Evaluación de la Investigación y de la Educación Superior (HCERES), entidad que evalúa los programas universitarios y las instituciones de educación superior en ese país. Es la segunda universidad en el continente americano en obtener tal reconocimiento. En 2017 ya había alcanzado tal distinción el Tecnológico de Costa Rica (TEC).
Bajo la conducción del rector Francisco José Herrera Alvarado ‒un líder que trabaja con mesura, prudencia y humildad; y un férreo “amante” del diálogo con todos los sectores de la institución‒, la máxima casa de estudios del país avanza en un proceso pleno de integración y trabajo conjunto con los grandes circuitos educativos internacionales (hay estrechos vínculos, por ejemplo, con la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM). Este proceso en la búsqueda de la acreditación arrancó hace un año y requirió, entre otras cosas, de una autoevaluación de toda la institucionalidad y la visita de representantes del organismo “galo” para conocer in situ diversos escenarios en los que se desarrollan las distintas faenas en Ciudad Universitaria para evaluar los mismos.
Indiscutiblemente que esta noticia alienta e impulsa en la búsqueda de la mejora continua y, por ende, la excelencia. Creo que en la época en la cual transitamos requiere de la interrelación a todos los niveles de contrapartes educativas para una efectiva integración en la sociedad del conocimiento en la cual nos encontramos inmersos.
Es de hacer notar aquí que este centro de enseñanza se encuentra desde 2005 en un proceso de reforma continua, buscando encontrar soluciones a las más variadas debilidades endógenas y exógenas, ocasionados casi siempre por sectores “ideologizados” de izquierda que han buscado de alguna u otra manera, generar caos para proyectar una imagen pulcra de “defensa de los intereses públicos”.
Bajo mi punto de vista, la conquista de la excelencia en el plano educativo pasa por criterios que van desde el ser meticuloso hasta la reinvención de las prácticas y técnicas que permitan “romper” los círculos tradicionales de corrupción, intimidación y “desgastadas” confrontaciones ideológicas para dar paso al espíritu crítico y así transformar nuestra realidad mediante la proactividad, el emprendedurismo y la inventiva para evadir, por ejemplo, los efectos adversos del fenómeno de la automatización que se nos viene encima.
Siempre he creído que los centros de enseñanza superiores deben tener una interrelación-colaboración más fluida y “cercana” con las empresas e instituciones del mercado laboral a fin de potenciar en los profesionales universitarios las competencias básicas y transversales condiciones de transicionalidad hacia una “inserción” efectiva, “empática” y organizada a los presentes o futuros centros de trabajo. De la misma forma en que las instancias gremiales podrían tener un papel más “activo” en la búsqueda de soluciones a los desajustes sociolaborales.
De manera tal que, el reconocimiento HCERES es en sí mismo un impulso para el trabajo mancomunado (tanto con instituciones educativas superiores del país como del exterior), lo cual viene irremediablemente a fortalecer ‒en doble vía‒ la transferencia de conocimientos y la búsqueda del pragmatismo.
En definitiva, la prospectiva es entonces una herramienta clave que nos puede dar “pistas contundentes” sobre el camino a recorrer para posicionar a la UNAH en lugares predilectos en donde prevalezca la tolerancia y la promoción de la pluralidad de ideas; el liderazgo positivo para impulsar los cambios a lo interno de las diversas unidades académicas; y, que abra al mismo tiempo “los cerrojos” universitarios que de una u otra manera han imposibilitado el acceso educativo en condiciones de igualdad a sectores vulnerables del país.
Posdata: De acuerdo con datos que socializa el Programa de Servicios a Estudiantes con Necesidades Especiales (PROSENE), este domingo 10 de marzo son atendidos 35 aspirantes de este sector poblacional, para realizar la Prueba de Aptitud Académica (PAA) que posibilita el ingreso a la UNAH.