¿Correcto o incorrecto? ¿Prudente o imprudente?

Mucho ha sucedido en estos últimos días pero les voy a comentar sobre dos eventos recientemente acontecidos.

Uno fue la visita de Mario Vargas Llosa a México, lo que seguramente aconteció como parte de la promoción de su obra Tiempos recios. Cuando una gran figura literaria realiza una nueva publicación, las editoriales organizan giras internacionales para incentivar las ventas. Eso y la realización de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara probablemente hayan motivado la visita del Premio Nobel.

En el Museo Memoria y Tolerancia se llevó a cabo una presentación de su libro y al terminar, probablemente a instancias de la prensa, emitió comentarios acerca de nuestro actual gobierno a lo que en su respuesta, lo etiquetó de nacionalista, y por tanto, retrogrado y antidemocrático. Creo que sí tenía libertad para hacer esos comentarios, y más él siendo un hombre que tiene una larga experiencia política, tanto en la teórica como la práctica –además que existe una regla no escrita en la que los extranjeros tienen la libertad de hacer todo tipo de comentarios–, por lo tanto parece correcto lo que hizo, sin embargo, creo que es imprudente, porque siendo su visita con motivos literarios, sus comentarios no fueron los más adecuados.

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Fotografía: RPP.

Al parecer su partición en la FIL versó sobre Conversaciones en la catedral, su gran novela, que cumple 50 años de haber sido publicada. Por cierto, de ahí viajó a Guatemala, escenario donde se desarrolla Tiempos recios, y su presencia causó controversia, siendo que se esperaba que fuera unánimemente bien recibida, hay grupos que siguen considerando que Arvenz sí era comunista y su derrocamiento fue adecuado así como se consideró conveniente el asesinato de Castillo Armas, cosas veremos; lo que hizo que las opiniones sobre su estancia guatemalteca fueran muy diversas y lo mismo aplaudidas que abucheadas.

Respecto a los comentarios que dio Vargas Llosa sobre el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no fueron oficialmente contestadas, muchos de sus corifeos lo hicieron, además que su esposa, la Sra. Beatriz Gutiérrez Müller, emitió una respuesta en sus redes sociales, en los que desacredita al escritor y sus comentarios, llamándole entre otras cosas “panfletario”; creo que es correcto que exprese su opinión, porque todo mundo es libre de escribir en las redes sociales, sin embargo, cuando se tiene como cónyuge a una personalidad importante, no considero que se deba defenderlo públicamente en redes sociales, porque en realidad debilita la figura de su pareja en lugar de fortalecerla.

También hay que puntualizar que se equivoca al llamarlo “panfletario”, porque Vargas Llosa no escribe panfletos, sus obras de ficción tienen un gran reconocimiento, tal vez sus memorias pueden ser discutibles, pero son posiciones sólidas, bien explicadas y sostenidas; sus escritos semanarios en muchos periódicos son muy leídos y con ellos se conforman periódicamente libros. Se puede estar o no de acuerdo con él pero escritor de panfletos no es. Es más, dos de sus grades obras La fiesta del chivo y Tiempos recios tienen como argumento los crímenes de gobiernos latinoamericanos de derecha y su caída. Por cierto, yo espero que el alquiler de la sala del Museo Memoria y Tolerancia haya corrido a cargo de la Editorial.

El otro suceso que me llamó poderosamente la atención, fue el mitin que se llevó a cabo en el Centro Cultural Ollin Yoliztli, alrededor de Evo Morales, y por lo que pude ver, se desarrolló de igual forma que todas las reuniones de ese tipo de la izquierda –yo asistí a varios mítines de ese tipo a fines de los años 60 y durante los 70 del siglo pasado–, de manera clásica, suceden con una serie de oradores que hacen alabanzas y halagos del personaje homenajeado y que terminan con los autohalagos y autoalabanzas que el personaje se hace a sí mismo; debo decir que un cambio que refresca este tipo de reuniones es que el presídium no es ya una mesa, ahora unos sillones aligeran el escenario.

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Piedra Ibarra, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

En esta reunión que comento, participaron algunos universitarios y pienso que su participación fue correcta, lo hicieron a título personal y la institución a la que pertenecen se caracteriza por su diversidad y libertad. Por otro lado, la participación que me pareció incorrecta, imprudente y quizá impropia fue la de la presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, su nombramiento, muy reciente, sucedió en medio del escándalo y la polémica, pues utilizó el atril para elogiar a Evo Morales, sin percatarse que ya no es sólo una luchadora social, si no que ahora ocupa el cargo presidencial de un organismo fundamental del Estado Mexicano; la Sra. Piedra Ibarra no tomó en cuenta que el pueblo de Bolivia acusa a Evo Morales de faltas a los derechos humanos, y que ella debió mantenerse apartada, aunque fuera en contra de sus principios y sensaciones íntimas.


Lecturas recomendadas:
Mario Vargas Llosa, Tiempos Recios. Alfaguara. México, 2019.
Mario Vargas Llosa, La fiesta del chivo. Alfaguara México,  2000.
Mario Vargas Llosa, El pez en el agua. Seix barral. México, 1993.
Mario Vargas Llosa,  Contra viento y marea. Seix Barral. México, 1992.

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