El vuelo del helicóptero. ¿Revolución legitima en Venezuela?

A través de la historia, los gobernantes han hecho uso de un sinfín de artimañas con tal de perpetuar su estadía en el poder. Desde descalificar a la oposición, hasta planear un auto-atentado que legitimase el uso de la fuerza pública. Lo ocurrido ayer en Venezuela, puede que sea un ejemplo de dichas prácticas autoritarias, muestra de que los pueblos solo tienen dos caminos para establecer el cambio de paradigma: el dialogo con los gobernantes o la revolución.

Desde los inicios del chavismo bolivariano, hace ya más de 18 años, el discurso populista siempre implícito en un dejo de militarización del Estado ha sido la estrategia perfecta para perpetuar de nueva cuenta una dictadura en Venezuela.

Si hacemos memoria, el 11 de abril del 2002, un grupo de oposición presidido por Pedro Carmona se sublevo frente al Palacio de Miraflores confrontándose con simpatizantes de Chávez, dejando más de una decena de heridos. Tras un singular rumor de que Chávez había renunciado a la presidencia, Carmona quizo tomar posición del cargo, lo que tuvo como desenlace que el 14 de abril de dicho año, Hugo Chávez retomara su papel como presidente, legitimando su posición hasta el día de su muerte en 2013.

El supuesto ataque golpista de ayer, junio 27 del 2017, vía sobrevuelo de helicóptero sobre el Palacio de Miraflores en Venezuela, parece una analogía de lo ocurrido hace 15 años. Para todos es bien sabido que la mayoría de los medios venezolanos se encuentran en un estado de estatización, por lo que un anuncio por televisión resulta sumamente tajante, ya que hasta ahora, no existe una versión ajena al intento del Golpe de Estado.

Maduro sabe que su gobierno tambalea, y, a diferencia de otras naciones que se han encontrado en una situación similar, por ejemplo, México, el gobierno venezolano no ha encontrado una alternativa ajena a la violencia para apaciguar a la muchedumbre. Por tal motivo, la vía más práctica para poder legitimar el uso de la fuerza pública parece ser el auto-ataque, una práctica que le puede otorgar a Maduro la legitimación de la dictadura.

Sin embargo, lo anterior solo es una especulación con base a la historia del chavismo. Si el pueblo en realidad ha tomado el uso de la violencia como respuesta a la dictadura, mucho me temo la legitimación del uso de la fuerza será igual de valida. Venezuela se encuentra en una encrucijada que ha dejado pocas alternativas, aunque el Golpe de Estado sea fidedigno, Nicolás Maduro ha encontrado la excusa perfecta para violentar al pueblo. El resultado: una inminente revolución.

Todo parece indicar, y tal vez, sin tener conciencia de la situación, que Nicolás Maduro podrá justificar su lucha. Sin duda, Venezuela se encuentra ante la inminente perpetuación del chavismo o ante una lucha digna de Bolívar.

Les comparto mi sentir. ¿Qué podrá suceder entonces si no es que haya más daño interno inmediato? ¿Cómo detener tanta locura del poder?

Samuel Podolsky

@sampodol

spodolsky@elsemanario.com

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