Angye López, ocho meses en prisión pese a una culpabilidad cuestionable

Lilia Angélica López Negrete fue a Colombia siguiendo su sueño de convertirse en una gran bailarina, sin embargo el destino jugó en contra. Actualmente lleva ocho meses en prisión por supuesta introducción de drogas al país, pese a que su culpabilidad es cuestionable.

México (elsmeanario.com).- Lilia Angélica López viajó a Colombia con el sueño de crecer como bailarina, pero al regresar a México se enfrentó con una pesadilla; al igual que Oscar, Ángel de María y Ernesto fue acusada de querer ingresar drogas al país.

A diferencia de los otros tres jóvenes, Angye –como la llama su familia– no tuvo la fortuna de que se demostrara su inocencia en poco tiempo, por lo que lleva ocho meses en prisión; primero en el Penal “El Rincón” de Tepic, Nayarit y después su padre logró que la transfirieran al de Santa Marta, donde se encuentra actualmente.

Su historia, es casi idéntica a las otras víctimas de siembra de maletas cargadas con droga y también comienza en un vuelo procedente de Sudamérica. La diferencia fue que la mochila señalada de estar cargada con la substancia ilícita sí pertenecía (al menos por ese vuelo) a la joven de apenas 21 años.

Angye, quien estudiaba el segundo año de Danza Folclórica en el INBA, viajó por invitación en diciembre de 2014 a Pereira, Colombia, a realizar un casting con la posibilidad de conseguir una beca.

Regresó a México a bordo de un vuelo de la aerolínea Avianca, tras una escala en Bogotá. Ya en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) fue detenida por elementos de seguridad para después ser acusada de llevar tres kilos de cocaína en su maleta.

Lamentablemente ella no pudo negar la propiedad de la maleta –prestada por un profesor debido a que la suya se rompió durante el viaje–, sin embargo, su culpabilidad es seriamente cuestionable pues en los dos aeropuertos en los que estuvo en Colombia el equipaje pasó por tres filtros de seguridad; uno de rayos x, otro detector de droga y al final le abrieron las valijas. No hubo ningún problema sino hasta llegar a México. ¿Qué pasó?

Angye denuncia en diversas entrevistas telefónicas con medios que en el proceso sufrió abusos, desde antes que se demostrara que la maleta contenía droga, fue esposada y todo el tiempo la tuvieron mirando contra la pared y el personal de seguridad fue agresivo. La historia no fue diferente cuando la trasladaron a la SEIDO y mucho menos al ser ingresada a prisión.

Su proceso ha sido muy espinoso, en un principio la familia contrató al exprocurador federal Pablo Chapa Bezanilla, sin embargo, el abogado no tuvo avances en el caso, ni siquiera se ocupó de recabar pruebas de inocencia, denunció Jorge López, padre de la joven. La “ayuda” no funcionó, por el contrario, sólo perjudicó su proceso.

Luego del caso de Óscar Montes de Oca, ella y su familia vieron una luz de esperanza, por lo que también decidieron levantar la voz, buscar apoyo en las redes sociales y pedir que los medios de comunicación también escucharan su caso.

Profesores y compañeros de la Angye iniciaron una campaña en las redes sociales para apoyarla. Actualmente existen tres hashtag #AngyeLibre, #AngyeEsInocente y #AngyLibre. Además se creó un grupo en Facebook y una petición en la plataforma Change.org que hasta el momento lleva más de 16 mil firmas colectadas.

También, Óscar al salir de prisión anunció que apoyaría su causa, misma acción que tomó la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) al ofrecer asesoría jurídica a la familia.

Además, la atención de los medios y la respuesta en redes ya motivó a las autoridades a poner atención en su caso. El jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera y la secretaria de gobierno Patricia Mercado se reunieron con el padre de Angye y también ofrecieron su apoyo.

Por su parte, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) inició una queja de oficio por posibles “violaciones a los derechos humanos”.

Sin embargo, esto parece no ser suficiente, pues según Mancera, hasta el momento no hay pruebas suficientes que demuestren su inocencia, por lo que es necesario conseguir los elementos probatorios para que se revalore el caso y logre su libertad.

Tras ocho meses de dificultades, parece que por fin tendrá su primer audiencia, está programada para el próximo 2 de septiembre, de acuerdo con el consejero jurídico del Gobierno del Distrito Federal, Manuel Granados. Sin embargo, el camino para lograr su libertad aún parece largo.

El caso de Angye como el de los otros tres jóvenes que sufrieron acusaciones parecidas, no sólo son injusticias, aquí el problema son las autoridades ya que quedaron expuestas serias deficiencias al interior del AICM, pues es evidente que ni las autoridades de la terminal aérea ni la Policía Federal cuentan con protocolos adecuados para este tipo de situaciones, o peor aún, sí existen, no los aplican.

La falta de una investigación oportuna sólo deja pensar que al interior de estas instituciones hay corrupción, pues la sustitución de maletas o la siembra de productos ilícitos tuvo que ser realizada por personal de las aerolíneas o de las terminales aéreas. Así lo hace suponer el hecho de que todos los casos pasaron por filtros de seguridad al abordar el avión, entonces el problema está entre el despegue y el aterrizaje.

Además, en ninguno de los casos se respetó la presunción de inocencia, en el caso de Angye, las autoridades argumentan que no se han encontrado pruebas que demuestren su inocencia pero, ¿acaso es  ley o regla en un proceso judicial demostrar la inocencia? ¿Las autoridades no deberían preocuparse por demostrar la culpabilidad (si es que la hay) en lugar de exigir lo contrario?

Entonces, de qué sirvió la reforma judicial y las presuntas mejoras en derechos humanos que tanto se han presumido. Son cuatro casos los aquí expuestos, uno aún pendiente por resolverse, pero seguramente hay muchas otras historias que no conocemos.

Urge que como sociedad le exijamos al gobierno federal, legisladores, gobiernos locales que se establezcan mecanismos que eviten que se violen los derechos humanos, incluso los derechos como usuarios que tenemos al usar este tipo de servicios.

Es evidente que hay fallas, corrupción e ilegalidad dentro de las aerolíneas y terminales aéreas, no esperemos a que exista otro Oscar, Angye, Ernesto o Ángel de María para volver a preocuparnos.

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