Insípida la política para controlar efectos de bebidas azucaradas en México

Un experto señala que no puede hacerse una política para luchar contra la obesidad y demás males en contubernio con la industria; tiene que hacerse una política con los institutos de salud y nutrición, libre de cualquier conflicto de interés y con bases científicas.

Ciudad de México (elsemanario.com).- Las bebidas azucaradas tienen una relación cercana con las enfermedades cardiovasculares, el sobrepeso y la obesidad, factores que restan hasta diez años en el promedio de esperanza de vida. Además, México es el principal consumidor de refrescos en el mundo, lo que produce 24, 100 muertos al año por consumo de estas bebidas.

Ante una “epidemia de obesidad”, la Alianza por la Salud Alimentaria dio a conocer los resultados preliminares del estudio sobre el efecto del impuesto en las compras de bebidas azucaradas en los hogares mexicanos durante 2014, realizado por el Centro de Población de la Universidad de Carolina del Norte y el Instituto Nacional de Salud Pública.

Y la pregunta es: ¿Cómo disminuir la obesidad, diabetes y demás dulces vicios?

Evidentemente, el primer paso es dejar de consumir bebidas azucaradas; pero ello no es suficiente. Debe implementarse una política integral. Así lo dijo para EL SEMANARIO Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor y miembro de la Alianza por la Salud Alimentaria.

En este sentido, Calvillo agregó que “desgraciadamente parte de la estrategia nacional para la prevención y el control del sobrepeso, la obesidad y la diabetes”, que se anunció en octubre del 2013 bajo esta administración, “ha sido secuestrada por la industria”, principalmente en dos aspectos que serían fundamentales:

El etiquetado frontal y la regulación de la publicidad dirigida a niños.

Alejandro Calvillo menciona que esas regulaciones se han hecho bajo los criterios de la industria.

En cuanto al primer punto, argumenta que el etiquetado -que entra en operación el 1 de julio- “es un etiquetado diseñado por la industria (…) un etiquetado que no entiende nadie”. El único estudio que se hizo se elaboró por el Instituto Nacional de Salud Pública “y encontró que ni los estudiantes de nutrición lo entendían”, ya que de 100 estudiantes de nutrición que se sometieron a la evaluación, sólo el 1.8 por ciento lo interpretó; es decir, el etiquetado no cumple con su principal función, que es la de informar el alto contenido de azúcar, grasas y sal.

El etiquetado, reitera, promueve altos consumos de azúcar, se hace con criterios de la industria y lo establece Cofepris.

Por otro lado, la regulación de la publicidad dirigida a niños, que está en televisión y en cines es una regulación llena de huecos, pues el Instituto Federal de Telecomunicaciones ha demostrado que los horarios que ven más los niños son los que están fuera de la regulación; la regulación es de 14:30 a 19:30 hrs., mientras que los infantes tienen su hora prime de 20:00 a 22:00 y excluye programas como telenovelas, series, concursos; destaca que lo que más ven los niños, son telenovelas.

De este modo, no puede hacerse una política para luchar contra estos males en contubernio con la industruia; tiene que hacerse una política con los institutos de salud y nutrición, libre de cualquier conflicto de interés y con bases científicas.

Calvillo enfatiza que han solicitado a través del acceso a la información que Cofepris explique cómo y cuándo es que se conformó el grupo de trabajo encargado de las planeaciones y regulaciones del etiquetado y la regulación de publicidad “y en documentos oficiales Cofepris nos contesta que no ha conformado ningún grupo de trabajo”.

Cofepris es responsable del diseño del etiquetado y de la regulación de publicidad, por ello es que “denunciamos este tipo de etiquetado”, se quedó, ahora es obligatorio, “es una victoria de la industria que no se ha dado en otro lugar del mundo”, pues las regulaciones correspondientes al Estado, las ha hecho esta industria.

La OMS establece que el máximo tolerable de azúcar es el correspondiente a 10 cucharadas cafeteras; aunque lo indicado, por salud, es que esas cucharadas no sobrepasen las 5.

Infografía de Alianza por la salud Alimentaria, que muestra los límites que establece la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la contradicción con las recomendaciones de la Cofepris.
Infografía de Alianza por la salud Alimentaria, que muestra los límites que establece la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la contradicción con las recomendaciones de la Cofepris.

Sin embargo, Cofepris en sus etiquetados establece como el 100 por ciento del requerimiento diario un aproximados de 18 cucharadas cafeteras, frente a 5 que recomienda la OMS; siendo, además, que no existe ningún REQUERIMIENTO diario.

Al respecto, Alejandro Calvillo, sostiene que

“en los últimos meses de 2014 las familias más pobres no sólo habían reducido el consumo de bebidas azucaradas en sus hogares sino que también estaban gastando menos en estas bebidas ya que la baja del consumo alcanzó 17% hacia el final del 2014, esto quiere decir que la reducción está superando al impuesto, y por lo tanto, el total del gasto en bebidas azucaradas es menor”.

En la entrevista para El Semanario, Calvillo argumentó que “cuando hablamos de una reducción del 17 por ciento”, hablamos de una reducción no sólo en consumo sino de un ahorro.

Además, en esta lucha contra el germen de las enfermedades cardiovasculares, las organizaciones demandan:

1.- Sea considerado el aumento del impuesto del 10 al 20% con lo cual se podría tener un mayor impacto en la salud de la población mexicana.
2.- Se elimine el IVA al agua embotellada en envases menores de 10 litros, con el fin de hacer económicamente más accesible el agua que las bebidas azucaradas.
3.- Que se aplique el recurso recaudado a la instalación de los bebederos de agua en las escuelas con sus sistemas de purificación, a la vez que se establece un programa integral de instalación de dispensarios de agua en espacios públicos y privados, así como una política integral de prevención.

Pero, ¿qué tanto afecta el incremento a las bebidas azucaradas para que los mexicanos dejen este consumo nocivo en refrescos y demás bebidas?

En ese sentido, el director de El Poder del Consumidor comentó que ese consumo lo seguiremos viendo, ya que “somos el país con el mayor consumo a nivel mundial”; pero tener una reducción de este consumo sí generan un impacto, hay que potenciarlaos, pues no solamente se trata de incrementar el impuesto, tiene que haber “una política integral donde tengamos campañas orientadoras”.

Claro ejemplo de ello, menciona, es la campaña “¿Te comerías 12 cucharadas de azúcar?”.

Si el impuesto se acompaña con buenas campañas, efectivas a los consumidores “entonces sí vamos a poder reforzar el impuesto”.

Aún con todo esto, el consumo ha disminuido debido al impuesto que entró en vigor el 1° de enero de 2014. La reducción promedio en compras fue de 6% alcanzando un 12% al final de ese año.

Las compras de bebidas azucaradas se redujeron en todos los niveles socioeconómicos sin embargo, fue mayor en el nivel más bajo alcanzando 17% al final del año. Además, los resultados indican que los impuestos a las bebidas azucaradas pueden coadyuvar en el cambio de comportamientos en bien de la salud pública.

Por Alberto Cedeño.

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