“Es evidente que nuestra realidad financiera cambia y es evidente que eso nos obliga a tomar medidas responsables, nuestras prerrogativas van a disminuir en alrededor del 30%”, indicó la presidenta nacional del PRI.
Ya no es sólo la profunda crisis de legitimidad, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) atraviesa también por una crisis financiera que ha provocado el despido de varios de sus trabajadores.
La presidenta nacional del PRI, Claudia Ruiz Massieu, negó que los problemas económicos que atraviesan pongan en riesgo la existencia del partido, además de que remarcó que no será culpando o expulsando a integrantes como logre renovarse dicha fuerza política.
Remarcó, sin embargo, que el PRI deberá realizar ajustes en la nómina de su estructura, ya que tras el desastroso resultado del pasado 1 de julio, disminuirán sus prerrogativas en un 30 por ciento, pero suscribió que la institución no tiene ningún edificio hipotecado, pero sí créditos vigentes.
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“Es evidente que nuestra realidad financiera cambia y es evidente que eso nos obliga a tomar medidas responsables, nuestras prerrogativas van a disminuir en alrededor del 30%”, precisó.
Habrá despidos
Ruiz Massieu señaló que por el momento no se cuenta con el porcentaje exacto del personal y gasto que el PRI tendrá que recortar, pero se espera que sea en diciembre cuando las áreas de Finanzas, Contraloría y del Comité de Financiamiento del partido concluyan el plan de austeridad a aplicar, que también incluye en “un programa de generación de recursos propios”.
“Nuestras prerrogativas van a disminuir, eso nos obliga a hacer un ejercicio de reducción y de racionalización de nuestros recursos. ¿Habrá recortes en las estructuras burocráticas del partido? Sí los va a haber, porque no podemos mantener el mismo tamaño de estructura del partido”, señaló la presidenta en una rueda de prensa.
Cambios necesarios
Cabe destacar que este anuncio se realiza luego de que el pasado viernes, la Comisión de Diagnóstico del PRI diera a conocer su informe parcial poselectoral, en el que se evidenciaron decenas de reclamos de la militancia.
Una de las principales quejas fue, precisamente, la corrupción que se vive al interior del partido. Ruiz Massieu reconoció que el partido tardó en aplicar castigos a sus miembros, como ocurrió en el caso de gobernadores como Javier Duarte, pero insistió en que el PRI “no es ministerio público”.
“Dentro del partido se está hablando del tema de la corrupción como uno de los temas que más lastimó nuestra credibilidad con la ciudadanía. De hecho, lo quiero decir con mucha candidez: todo lo que se está diciendo afuera del PRI, adentro se está diciendo más fuerte y más duro”, señaló la presidenta nacional del PRI.
“Mis más de 6 mil militantes consultados por la Comisión de Diagnóstico también señalaron que ante candidatos externos se sintieron ignorados por el partido en los comicios y reprobaron el plan del PRI para ganar las elecciones. Sin embargo, dijo que no castigarán ni expulsarán a nadie por los resultados electorales porque la culpa no fue de uno, sino de todos”, indicó.