Tercer Informe de Gobierno. Reto social: pobreza y hambre

En la antesala del Tercer Informe de Gobierno, el acento social ha tenido que atender el mismo problema de la pobreza, aunque presenta nuevas cifras en su combate y presencia.

Ciudad de México.- La secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, visitó la Cámara de Senadores, en el marco del Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

En 2014, con ocasión del análisis de la política social en el marco del Segundo Informe de Gobierno, Robles resumía que a lo largo de entonces casi dos años, se pusieron en marcha aspectos fundamentales: combatir el hambre, reconocer que en México hay hambre y que millones de mexicanos no pueden ejercer su derecho básico a la alimentación.

Una población de 7.1 millones de mexicanos que viven en condición de pobreza extrema alimentaria y a la que había que atender, porque nadie que padezca hambre puede ser productivo; nadie que padezca hambre puede salir adelante. Ningún niño o niña, sin una alimentación adecuada, puede rendir frutos en la escuela y tener un futuro de prosperidad”, destacó en su momento la funcionaria federal.

En ese corte de caja, contados en 21 meses de operación de la Cruzada Nacional contra el Hambre, Robles hablaba de tres millones de mexicanos comían mejor. 

Partiendo de los pobres de 2012

Partiendo de la cifra de pobres de 2012 publicada por la Coneval, contaba Robles en el segundo año de Gobierno Federal, “si consideramos los datos de la pobreza en los últimos 30 años, observamos que la línea no se ha modificado substancialmente: 53 millones hace 30 años; 52 millones en el año 2012, que es el último en el que hay una medición de la pobreza”.

No basta con el rediseño de las políticas sociales (dijo en ese entonces Robles cuando se cambió el nombre del programa Oportunidades por Prospera), para que las políticas sociales tengan éxito, tiene que haber un mayor crecimiento de la economía, una mayor generación de empleo, de ingresos y una mejor distribución del ingreso”.

Y en esta afirmación coinciden muchos, entre ellos el secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación a la Política de Desarrollo Social (Coneval), Gonzalo Hernández Licona.

Para Hernández, es muy difícil pensar en reducir la pobreza sistemáticamente cuando hay poco avance del ingreso, estimó, en los últimos 25 a 30 años, siendo esto, asegura, “el talón de Aquiles de la política pública mexicana”.

Tercer año de gobierno, nuevas cifras

En el 2015 existen instrumentos para ver cómo ha cambiado la situación. Al menos eso reconoce Robles.

Prueba de su afirmación es que, para este año, se reportó que la tendencia del índice laboral de la pobreza cayó en 2015, mostrando una disminución que significa mayor adquisición de la canasta alimentaria con el ingreso laboral.

Estas son buenas noticias. No es casual esta reducción”, exclamó Robles cuando explicó las cifras durante su comparecencia en la Cámara de Senadores.

Tiene que ver con que en nuestro país hay mayor inversión, hay más empleo, hay más consumo de las familias y se paga menos por servicios como la luz, como la telefonía, para poner algunos ejemplos”, clarificó.

Para Robles, en 2015 México se encuentra en otro panorama, es un entorno económico internacional tan desfavorable.

El último índice, que lo acaba de dar a conocer apenas hace unos días Coneval, mantiene esta tendencia a la baja de la pobreza laboral”, explicó.

Y es que en la antesala del Tercer Informe de Gobierno, mientras que índices como la pobreza extrema han logrado contenerse con programas como la Cruzada contra el Hambre, nuevos focos se han encendido en áreas urbanas alertando de la pobreza que en estas zonas se ha aglutinado, por lo que ahora el Gobierno Federal debe de reenfocar la ejecución de los programas.

En las zonas urbanas. Esa pobreza invisible. Ecatepec, un ejemplo: tres por ciento, 100 mil hombres y mujeres en condición de pobreza”, enlistó Robles.

Tenemos que seguir trabajando en la pobreza urbana, es el gran reto, porque hemos construido instrumentos para la pobreza rural y la pobreza indígena; pero no hemos logrado tener el modelo que nos permita ser asertivos en cuanto a la pobreza urbana”, reconoció la secretaria de Desarrollo Social.

La funcionaria reconoció que en las zonas urbanas viven el 71% de la población pobre y el 55% de la población en pobreza extrema.

Faltan muchos retos; desde luego, hay mucha tarea por hacer, estamos hablando todavía de varios años que quedan por tratar de aminorar de manera sensible esta pobreza y disminuir dramáticamente la pobreza extrema de nuestro país”, promete la secretaria.

Por Octavio N. Cervantes.

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