El caso en el que una mujer había acusado el extravío del riñón que donó a su hija se resolvió con la aparición del órgano. Los argumentos refieren que pese a un fuerte menú de estudios, hubo problemas orgánicos que impidieron su trasplante.
Ciudad de México.- Perla no solo perdió la oportunidad de tener el riñón de su madre, por la anatomía de sus vasos sanguíneos la única opción que tiene en puerta es someterse a un programa de hemodiálisis crónica como única opción posible de vida.
El caso de la menor que no obtuvo el riñón donado por su madre acaparó los reflectores mediático en días pasados cuando se supo por declaraciones de la mujer, que el órgano había sido extraviado por el Hospital General en Ciudad Juárez, Chihuahua.
En declaraciones hechas por Gastón Ramírez, director del Centro Estatal de Trasplantes (Cetra), el riñón nunca se extravió y se encuentra en la Fiscalía General del estado, porque ya no es traspantable, de hecho, tras haberse comprobado la imposibilidad de colocarse en la menor, Ramírez confirmó que los órganos tienen un periodo de vida, entonces el objetivo es enviarlo a los departamentos de patología para un estudio y se reporte en qué condiciones llegó.
“Ojalá y todos los trasplantes fueran exitosos”, ufanó Ramírez, quien aseguró que el órgano nunca se extravió, por el contrario, se mal interpretó su pérdida por la madre, pues cuando se habla de perder o extraviar, en el léxico médico se refiere a que no se pudo llevar a cabo con éxito el trasplante.
“Se hicieron todos los estudios, hay muchos problemas en los cuales un trasplante no funciona: inmunológicos, técnicos; hay un error de interpretación se hicieron todos los estudios donde se determinó que sí son compatibles”, afirmó.
El protocolo de trasplante indica que cuando el órgano no es compatible o el trasplante no se puede culminar, regresa al Departamento de Patología del hospital en el que se esté llevando a cabo el procedimiento.
“El médico encargado firma un documento testificando el recibimiento de esta pieza, previo a un estudio histopatológico”, explicó el médico.
En días pasados José Alfonso Yamamoto, coordinador nacional del programa de Trasplantes del IMSS, reconoció una cifra alarmante: cuatro de cada diez personas fallecen en espera de la donación de un órgano.
“El problema de salud en México es la insuficiencia renal crónica y los problemas de enfermedades de la córnea. Actualmente hay más de 8 mil pacientes en espera de un trasplante renal, de los cuales, 55 a 60 por ciento son pacientes del IMSS, en córneas es caso el mismo número de personas que esperan córneas, de ellas, 30 por ciento están en el instituto”, afirmó el funcionario.
Al día de hoy, de acuerdo al Centro Nacional de Trasplantes solo se tiene registrado mil 359 trasplantes de riñón, 81 de hígado y 21 de corazón.
Tráfico de órganos
En México el tráfico de órganos está tipificado dentro de la Ley General de Salud en donde se prohíben acciones como la manipulación de órganos, tejidos y sus componentes de seres humanos vivos o de cadáveres.
Su atención está además identificada dentro de las acciones legales que se emprenden en contra de la trata de personas.
En mayo pasado, el doctor Elías Carranza Lucero, director de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), reconoció en la Cámara de Diputados que uno de los temas de mayor gravedad a nivel mundial, y que afecta sensiblemente a México, es el delito de trata de personas en sus múltiples modalidades, en especial la explotación sexual, el tráfico de órganos y el trabajo esclavo, que es indispensable atender.
En 2014 la diputada Lilia Aguilar Gil advirtió que en México existen 363 municipios en condiciones de alta vulnerabilidad para la trata de personas y las entidades con mayor riesgo son el Distrito Federal, Baja California, Chiapas, Chihuahua, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo y Tlaxcala.
Por Octavio N. Cervantes.