Esto ocurre cuando recrean una cirugía cerebral de hace 2,300 años

Hace más de dos mil años se practicaba ya la trepanación del craneo, utilizando tan solo un rudimentario cuchillo de cobre.

Ciudad de México (elsemanario.com).- En Siberia, un grupo de científicos analizan tres cráneos encontrados que presentan heridas craneales, las cuales indican que sufrieron de algún tipo de cirugía hace más de dos mil 300 años.

Los investigadores encabezados por el doctor Aleksei Krivoshapkin, de la Academia de Ciencias de Rusia, indican que este hallazgo resulta altamente sorpresivo, debido a que las operaciones que fueron empleadas en los cráneos no concuerdan con el año en que este tipo de conocimientos llegaron hasta las montañas de Altai. Se plantearon dos opciones, o bien los antiguos nómadas descubrieron por si mismos la técnica de trepanación (la operación craneal más antigua que existe) o bien viajaron a Grecia para aprender esta cirugía en los centros médicos que existían, situación muy poco probable, si se tienen en cuenta los cinco mil kilómetros de distancia que existen entre un territorio y el otro.

El Instituto de Arqueología y Etnografía, lleva a cabo desde hace un año, en colaboración con cirujanos, arqueólogos y antropólogos un estudio que intenta determinar el rastro de las primeras cirugías craneales que existieron en el mundo, tras el hallazgo de tres cráneos, dos masculinos y uno femenino, que fueron encontrados en Siberia y presentaban marcas visibles de manipulación quirúrgica.

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Los cráneos presentan agujeros, de tamaño considerable, en sus estructuras y se ha concluido que esto se deben a la intervención quirúrgica de los primeros doctores cirujanos. Estos contaban con una primitiva herramienta con la que rasgaban el cráneo, hasta formar un agujero por el cual posteriormente podían proceder.

Krivoshapkin argumenta que es extremadamente raro que los cirujanos de ese tiempo presentaran diagnósticos tan precisos y que llevaran a cabo la manipulación del cráneo de una forma tan certera. Después de diversas pruebas realizadas, se determinó que el primer cráneo masculino oscilaba entre unos 40 o 45 años al momento de realizar la operación, el hombre había sufrido un trauma cerebral y desarrolló como consecuencia un coágulo sanguíneo, que probablemente le hacia padecer jaquecas, nauseas, vómito y problemas de movimiento.

En su caso, la operación pudo haber sido realizada con el fin de eliminar el hematoma que se había creado. Al encontrarse evidencia de crecimiento de hueso, se concluyó que la cirugía había sido un éxito y que esta persona vivió muchos años mas después de la operación.

El otro cráneo masculino no presentaba rastros visibles de trauma, en cambio se sospecha que mantenía un mal congénito de deformidad en el cráneo, que los doctores intentaron corregir.

En ambos casos se realizó un agujero en el cráneo, que permitió a los cirujanos acceder a la zona del cerebro dañada, cuidando de tal forma el área precisa para realizar la incisión, que ninguna de las articulaciones ni membranas fueron dañadas en el proceso.

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Se descubrió que aún cuando la técnica y los instrumentos variaban mucho comparados con los empleados por los antiguos griegos, está claro que el cuidado de los pacientes y la locación de la incisión manejaba una consideración ética similar a la propuesta por ellos.

En orden a recrear las prácticas de cirugía antigua, se realizaron una serie de exámenes encaminados a descubrir la forma de operar de los antiguos habitantes de Siria; a través de estos se descubrió que se removía la piel del esqueleto a través de ejercer gran cantidad de presión sobre este, posteriormente la trepanación era conducida en dos fases: la primera, con una herramienta filosa de corte que removía la capa superficial del hueso sin perforar el cráneo. La segunda, empleaba pequeños movimientos constantes para cortar un agujero en el cráneo.

Todas estas operaciones fueron hechas a partir de rascar o desgastar el tejido del hueso, incluso se puede observar la secuencia de acción como marca en los cráneos. Desde la perspectiva del doctor Krivoshapkin, los antiguos cirujanos se encontraban muy confiados en su acción, pues no hay rasgos de movimientos no intencionados, algo muy común cuando se corta hueso. Los cráneos examinados muestran que solo una herramienta era implementada en la operación.

Los arqueólogos no han encontrado ningún tipo de herramienta médica dedicada exclusivamente a esta función, sin embargo, en prácticamente todas las tumbas de cirujanos se hayan cuchillos de bronce.

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Según los investigadores, es importante recalcar que Altai solía ser un centro de trabajo con huesos de animales muy importante; estos artículos eran producidos y comercializados, por lo que las personas eran muy habilidosas en la creación de objetos a partir de huesos de animales. Trabajar con ellos pudo haber provocado que los habitantes entendieran los principios básicos del trabajo con este material y posteriormente les ayudó a realizar estas complicadas cirugías.

Como una de las fases finales de la investigación el doctor Aleksei Krivoshapkin recreó una operación craneal antigua, utilizando los mismos procedimientos e intentando equiparar el tamaño de los agujeros. Para esta práctica se desarrolló también un cuchillo de bronce parecido al que era usado en esos tiempos. El resultado, tras 28 minutos de corte, produjo amplias similitudes con los cráneos antiguos, recreando la técnica a la perfección. Aun surge la duda sobre el tipo de anestesia o control de dolor que era empleado en esa époc,a por los doctores para realizar dichos procedimientos; algunos especulan que pudo haber sido cannabis, pero esto podría no comprobarse.

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Fuente: The Siberian Times.

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