La falta de espacios, el poco apoyo institucional y el dominio en cartelera del teatro comercial, son algunos de los más fuertes problemas que aquejan al teatro independiente mexicano.
El teatro es un medio de expresión considerado una de las 7 bellas artes; las tramas toman vida con la actuación de las personas, quienes buscan evocar un sentimiento en el público espectador.
Al tener en mente la palabra “Teatro” imaginamos un gran escenario, con atuendo de alta costura, música y una trama singular, pero no todos son así. Esta idea es meramente comercial, sin embargo existen otros historias que un no se dan a conocer y que pretenden ser de igual importancia para los espectadores.
El teatro independiente surge en la cultura griega, llamado, en ese entonces, teatro itinerante, que se presentaba en plazas y caminos o cualquier espació no oficial.
Previo a la I Guerra Mundial se le conocía como “Teatro de Arte” en Europa y América, posteriormente como “Teatro Experimental”, éste tenía como principal función representar obras literarias, políticamente activas y vanguardistas, de acuerdo a la época. También solía jugar con nuevos métodos de producción e interpretación.
En México, los integrantes de este teatro, eran perseguidos porque se consideraba que eran activistas políticos y que existían personas que se atrevían a opinar en contra del gobierno.
En ocasiones este tipo de teatro trata de despertar en las personas un interés respecto a la realidad que se vive en nuestro entorno social, región o país. En otras ocasiones, las obras presentadas son adaptaciones de los nuevos actores que buscan incursionar en la industria con ideas frescas y propias.
“Es un hibrido entre un teatro universitario y uno comercial”
La opinión pública es un fuerte concepto que se lleva a cabo en este tipo de teatro, pero también se trata de innovar los conceptos ya adquiridos con las ideas frescas de cada elaborador de las puestas en escena.
Un recurso que se utiliza con gran frecuencia en este tipo de teatros es “Romper la 4º pared” que busca incentivar la participación del público, sobre todo un recurso para hallar un dialogo. Esto da paso a que el público y las compañías teatrales interactúen y se obtenga una retroalimentación que convierta al espectador en parte esencial de la obra.
“Le damos el valor que tiene el público en esa retroalimentación. En ocasiones hemos tenido que parar para brindarles la atención que ellos merecen, para contestarles sus dudas o continuar con ellos y ya después continuamos la obra” comenta Cecilia González, directora y actriz de teatro independiente.
Cabe destacar que se cuida mucho el lenguaje que se presenta en la obra, ya que no se busca “ganar risas gratuitas” se trabaja mucho en la improvisación, teniendo originalidad propia y característica, que a su vez hace resaltar la puesta en escena entre la competencia.
El teatro independiente también permite la actualización de temas a las nuevas generaciones para que todo el público pueda comprenderla y les sea entretenida; además de que permite una mayor libertad de expresión sin ataduras o personas que impongan límites a la creación y realización de las obras.
“Que nadie nos esté diciendo como hacerlo y que decir”
Por otra parte, la labor que requiere la realización del teatro independiente es fuerte ya que no reciben apoyo de institución alguna, por lo que, las compañías deben buscar alternativas de difusión, y buscar quien se interese en difundir estas realizaciones, para que a mediano o largo plazo se den a conocer.
“Buscamos financiamiento de particulares, en ocasiones nos endrogamos, pero lo hacemos con gente que tiene confianza en nuestro negocio” resalta Cecilia González.
La realización de teatro independiente es también una constante actualización, ya que debe utilizar las nuevas tecnologías para su difusión siendo estas herramientas una gran alternativa, ya que en ocasiones no se cuenta con ningún tipo de apoyo por personas ajenas a las realizaciones teatrales.
“Fuimos a platicar con una refresquera y nos están apoyando con materiales de papelería, volantes posters y demás. Pero nosotros mismos salimos a buscar los apoyos para la difusión” comentó Jorge Lorenzo Fuente, director y productor de teatro independiente.
La mayor difusión que se obtiene en este tipo de puestas es “de boca en boca”, la cual consiste en que el mismo público que acude a la obras, las recomiende, generando una cadena de personas que hablen bien de la obra y que motiven a otras más a acudir a ella.
Los participantes de este tipo de teatros buscan también una tendencia en las nuevas generaciones, que se vean interesados en el teatro de hoy y así, esta tradición y arte se vaya extendiendo cada vez más.
“Lo que queremos es que los niños y sobre todo los papas, les enseñen a su hijos este ritual que es tan padre. El levantarse, ir a la obra, pagar el boleto, sentarse en una butaca. Esa es la magia del teatro, con la tecnología de luces y música. Son cosas que hemos estado impulsando” comentó Jorge Fuente.
En ocasiones, como lo comentan Cecilia González y Jorge Fuente, la difusión y la modulación de la obra es tan buena que permite cumplir las necesidades de diversas ferias y eventos nacionales que piden la participación en sus escenarios de estas obras, propiciando así un crecimiento de este tipo de teatro.
Como conclusión, se puede definir al teatro independiente como una forma de expresión propia, que surge de las ideas y propuestas de las personas que buscan dar un tinte distinto a la manera en que se lleva a cabo, apoyado en ocasiones por la opinión pública y las nuevas estrellas que incursionan en este medio.
Es una labor ardua, porque no se cuenta con apoyos institucionales y en ocasiones la difusión corre por iniciativa de los mismos integrantes. Siempre esperando que el público espectador, como elemento principal, sea quien aporte la mayor parte asegurando a otras personas la gran calidad que presentan sus puestas en escena.
Por Detter Forteza