4T

Primero los pobres… ¿y nadie más?

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Primero los pobres… sí, pero la 4T debe ir más allá; programas en su mayoría asistenciales, otros de apoyo a capacitación y mejores prácticas productivas, son claramente insuficientes para sacar de la pobreza a los mexicanos que la padecen y menos sirven para atemperar las desigualdades.

Sin el concurso de la clase media, a la que pertenece el empresario promedio en México, no habrá transformación alguna, sino al contrario, regresiones; el gobierno tiene que reconocer que entre el empresariado también hay estratos y que el presidente ha cometido el error de referirse a los empresarios en general como élite conservadora, que ha hecho dinero por influencias y corrupción en complicidad con el poder político.

Aunque eso ha ocurrido, la gran mayoría de los empresarios mexicanos son víctimas de ese “capitalismo de cuates”, de esa forma de hacer negocios que los pone en gran desventaja y los deja fuera de competencia por los mercados; con ese empresariado pequeño, mediano y grande, el gobierno debería alinear desde agendas hasta programas y acciones.

primero los pobres
Ilustración: Víctor Solís.

Ante la brutal recesión económica en que estamos, no va a funcionar la amlonomics, según la cual los empleos que se necesitan se generarán por el estímulo que ejerza el mayor poder de compra de los pobres en el crecimiento de las inversiones productivas; aparte de insuficiente, ese mayor poder de compra podrá optar por productos chinos –o de cualquier otro origen– en una las economías más abiertas del mundo como es la nuestra.

Otro elemento de la amloconomics para asegurar un buen futuro, es el T-MEC, que no le gusta a los grandes empresarios porque fue impulsado por Trump para restarle a México el atractivo de sus bajos costos ambientales y, sobre todo, laborales, con la intención de que las inversiones estadounidenses en México regresen a Estados Unidos, o por lo menos dejen de venir.

El discurso de López Obrador, después de dialogar en privado con Trump, le recuerda al presidente del “América first” que el mejor futuro está en consolidar la integración ya existente entre las tres economías para asegurar una posición regional, no nacional, en la economía global.

Desde la perspectiva de López Obrador, el T-MEC podría convertirse en instrumento para esa integración; destacó que el contenido de valor laboral de las exportaciones entre los tres países tiene que ser igual, para lo cual se pactó una fórmula de cálculo aplicable por lo pronto, a la industria automotriz.

amlo y trump
Ilustración: Ellie Foreman-Park.

Al sector del empresariado más grande y poderoso le preocupa que de generalizarse la fórmula laboral del sector automotriz a otras ramas y si los trabajadores tienen mayor libertad para organizarse y mayor poder para acordar colectivamente salarios y prestaciones, la economía nacional perdería competitividad.

De ese sector acompañaron al presidente a Washington integrantes del Consejo Mexicano de Negocios y del Consejo Coordinador Empresarial, pero ninguno que represente a los grandes, medianos y pequeños empresarios mexicanos cuya actividad está estructurada para servir al mercado interno, a quienes podría interesarles que no se sigan pagando en México los salarios más bajos de la OCDE y que las mayores empresas dejen de eludir y evadir impuestos, para que el gobierno pueda ofrecer mejores servicios públicos y toda población tenga más dinero en su bolsa para consumir.

Ése sería un verdadero vuelco transformador de la economía y la política mexicana, pero es difícil de imaginar, aún como utopía, sin la activa participación de las clases medias, a las que pertenece el 98% de las empresas mexicanas, las que no dependen de importar el 79% de sus insumos para producir lo que exportan.


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La rebelión de los lectores

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El pasado 5 de junio publiqué en estas páginas el artículo intitulado “Aquilatemos con perspectiva histórica lo rescatable de la 4T”, en el cual sostuve que pese al negativo panorama que ha construido el actual régimen, habría que reconocerle los siguientes efectos positivos: 1) haber despresurizado la efervescencia social con la que Peña Nieto entregó el poder, 2) haber politizado a sectores de la población que antes de la 4T no actuaban, 3) haber mantenido la disciplina fiscal y la independencia del Banco de México, 4) haber motivado el ánimo magisterial y 5) haber desacralizado el presidencialismo. También sostuve que Andrés Manuel por ser sólo un líder social y no un estadista, es incapaz de llevar a cabo la agenda que México requiere para enfrentar los grandes retos que nos amenazan, pero que la sociedad mexicana en su conjunto, desde luego es capaz de hacerlo.

Como era de esperarse, mi artículo generó controversia tanto en las redes sociales como en diversos foros en los que participo. Para mi sorpresa fueron muchas más las reacciones de apoyo que de divergencia. Entre los principales críticos, mi amigo Carlos Fernández Castelló fue quien presentó argumentos más sólidos matizando mi postura, de manera que lo invité a escribir en mi columna y reproduzco a continuación el comentario que me envió para efectos de publicación, con el cual sustancialmente coincido.


Del dicho al hecho… lo rescatable de la Cuarta Transformación

Por Carlos Fernández Castelló.

A dieciocho meses del inicio de la presente administración, muchos nos preguntamos cuál será el saldo final de la llamada Cuarta Transformación y si habrá aspectos positivos que abonen a un mejor futuro para nuestro país. En días pasados, en este mismo espacio, se comentaba acerca de algunas acciones que, desde ya, podían considerarse como rescatables de este proyecto. Me parece prematuro hacer un juicio de esta naturaleza e ingenuo considerar positivas las políticas emprendidas hasta el día de hoy. Me referiré solamente a algunos de los temas que aquí se mencionaron.

Muy pocos mexicanos pueden estar en desacuerdo con el diagnóstico que el Movimiento de Regeneración Nacional presentó durante la campaña electoral, el cual contribuyó a su contundente triunfo, sin embargo, sus acciones de gobierno han sido desacertadas, carentes de lógica económica y parecieran estar solamente encaminadas a la concentración del poder. A la luz de sus políticas, la Cuarta Transformación se pretende definitoria de nuestro futuro; los cambios que plantea, y que ya empieza a realizar, son de una enorme profundidad y no será fácil revertirlos, por lo que no se puede asegurar que sólo será un eslabón en nuestro devenir.

lo rescatable de la 4T
Ilustración: Rocha.

El desmantelamiento de los organismos públicos autónomos es una muestra evidente de la intención de trascender más allá de un sexenio. Todos los días surge un nuevo atentado contra la independencia de dichas instituciones, ya sea a través de iniciativas legales para modificar su estructura, de designaciones a modo o de intimidaciones que diezman su toma de decisiones. La libertad de expresión está en riesgo; si bien debe reconocerse que no se ha emprendido ninguna acción directa contra periodista alguno, el hostigamiento diario pone en peligro a los medios de comunicación que se atreven a cuestionar decisiones gubernamentales.

Es cierto que, hasta ahora, no ha habido violencia política generalizada y que la 4T alcanzó el poder en forma pacífica, sin embargo, esto fue gracias a la consolidación de órganos electorales transparentes y confiables, que se fueron construyendo durante décadas de presión por parte de la oposición y de la sociedad civil, instancias, por cierto, hoy fustigadas. El clima de linchamiento y descalificación que se está promoviendo no augura buenos presagios.

La Cuarta Transformación no cimienta las bases de un estado de bienestar permanente ni fomenta la movilidad social, que tanto necesita el país; simplemente ha establecido programas clientelares con fines electorales que, si bien alivian temporalmente ciertas carencias, no contribuyen a la creación de políticas públicas que garanticen una mejor y duradera calidad de vida. Como es sabido, tenemos una muy precaria recaudación y los pocos recursos disponibles se están utilizando para proyectos improductivos y en dádivas con fines políticos. A través de una reforma fiscal a fondo debería aumentarse la recaudación para hacer posible un incremento del gasto público que, a la par de propiciar mayor desarrollo, pudiera apoyar a los sectores marginados con asignaciones directas, bien enfocadas, que tengan objetivos claros, sin fines electorales y con una corresponsabilidad por parte de los beneficiarios.

Es correcto apoyar a los más desfavorecidos, sin embargo, ante la actual crisis económica producto de la pandemia, se están excluyendo deliberadamente a segmentos importantes de las clases media y baja, que laboran en la economía formal e informal y que han perdido sus empleos. En un mes 12.5 millones de personas no recibieron ingresos. Muchas de ellas se reintegrarán, sobre todo las que trabajan en la informalidad, pero sus ingresos disminuirán como resultado de la depauperación general de la sociedad. En la economía formal veremos tasas de desempleo como no habíamos visto en mucho tiempo. El gobierno de la 4T pudo haber aplicado políticas de apoyo a PyMEs que hubieran reducido el colapso, pero se negó a escuchar a los expertos que proponían financiamiento a empresas que garantizaran el mantenimiento de la planta laboral.

lo rescatable de la 4T
Ilustración: Vicente Marti.

Más que politización social, lo que está creando esta administración es polarización. Todos los días se fomenta el odio entre unos y otros, lo que ocasiona un ambiente de crispación, más que un debate e intercambio civilizado de ideas. La descalificación sistemática a todo aquel que no está de acuerdo con los postulados del régimen tiene por objeto dividir a la población entre buenos y malos.

La conciliación con el magisterio significó ceder a sus exigencias, derogando una reforma educativa que, con sus deficiencias, significaba un avance para el futuro de la educación. Los positivos cambios constitucionales que amplían los derechos de una educación de calidad, desde la educación inicial hasta la superior como tantas veces en nuestra historia, permanecerán como letra muerta hasta “nuevo aviso”, basta ver la forma en que se ha distribuido el presupuesto, que para este año establece como prioridad el programa de becas universales en apoyo a jóvenes de educación media superior, para que no abandonen la escuela, cuando se ha demostrado que estos estímulos tienen un efecto limitado. Otros programas, muy importantes para incrementar el nivel de aprendizaje fueron severamente castigados, lo que ahondará el de por sí muy bajo desempeño del alumnado, como lo consigan las principales instituciones internacionales que miden su grado de conocimiento.

Es muy pronto para saberlo y no sólo quisiéramos que esta etapa sea un eslabón más de nuestra historia, sino que al final del camino encontremos aspectos rescatables. Aún hay tiempo para rectificaciones, y al fin de cuentas, serán los avances en el bienestar general de la población los que tengan la última palabra. Todos deseamos que perviva nuestra democracia, y que haya mayor igualdad y oportunidades a través de acciones públicas acertadas. Está por verse si la Cuarta Transformación significará el cambio verdadero o una lacra que hipotecará nuestro futuro.


“Agradezco a mi amigo Antonio Prida, siempre abierto al diálogo y al intercambio de ideas, el haberme abierto su espacio para expresar algunos comentarios que espero constituyan un complemento a su artículo del mes pasado”.

amigos
Carlos Fernández Castelló y Antonio M. Prida.

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Inicia proceso electoral 2021: “El BOA”

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El presidente Andrés Manuel López Obrador adelanta los tiempos electorales, detonando un amplio debate en el mundo político y en las redes sociales, sobre la existencia de un “Bloque Opositor Amplio” (“El BOA”) contra la “Cuarta Transformación”. El movimiento quedó puesto en evidencia mediante el documento confidencial, de origen desconocido, denominado “Rescatemos a México”, mismo que le hicieron llegar a Palacio Nacional “el mismo pueblo, que le entrega cosas”.

El contenido no verificado del documento, desmentido por todos los involucrados, reveló la estrategia que tienen sus opositores para debilitarlo políticamente. Los objetivos del libelo son dos: primero, desplazar al Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) de la Cámara de Diputados en 2021; y segundo, revocar el mandato de AMLO como cabeza del Ejecutivo Federal en 2022. ¿Podía esperarse algo diferente de los adversarios políticos del partido gobernante?

2020

“El BOA”, a decir de la Presidencia de la República, está integrado por actores del ámbito político, social, empresarial y medios de comunicación, opositores a la “Cuarta Transformación”; así como ministros del Tribunal Federal Electoral y consejeros del Instituto Nacional Electoral, autoridades a cargo del arbitraje de los próximos comicios.

La revelación parece ser el paso dos de una estrategia presidencial tendiente a desacreditar a sus detractores; y a deslegitimar a las autoridades electorales, frente a un resultado electoral potencialmente adverso en los comicios de 2021. Recordemos que el próximo año estarán en disputa 15 gubernaturas con sus congresos y ayuntamientos (Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas), así como la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

BOA, México, elecciones 2021
Imagen: Head Topics.

El paso uno ha sido incrementar la polarización social; promoviendo la disyuntiva maniquea del presidente López Obrador de “¿Estás a favor o en contra de la 4T?… “No hay para dónde hacerse”, sostuvo el mandatario.

No cabe duda que el impacto de la crisis (sanitaria, económica y de seguridad) que abruma a México, ha cambiado los escenarios probables para el partido gobernante. Un estudio del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad de La IBERO señala que, en el mes de abril, 8.1 millones de personas reportaron haber perdido su empleo, ser descansadas de manera obligatoria o no poder salir a buscar trabajo debido a la contingencia sanitaria por el SARS (COVID-19). Son millones de personas que le van a pasar la factura al gobierno en turno, sea por causas externas o por mala gestión de la crisis, el hambre y la pobreza se ha incrementado en los hogares del “pueblo sabio”. ¿Cuál es el peso electoral de esa factura? Eso está por verse.

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Imagen: El Sol de Cuernavaca.

EN PERSPECTIVA, un bloque opositor mayoritario en la Cámara de Diputados es tendencialmente posible, si la coalición logra consolidarse y mantenerse estable más allá del proceso electoral mismo. La pérdida del control presupuestal federal, las designaciones en los órganos autónomos bajo su tutela, y el contrapeso opositor al paquete de reformas legislativas pretendidos por la “Cuarta Transformación”, pasarían de la historia a la ficción.

Por su parte, en el ámbito estatal parece posible que, en coalición, el hasta ahora mítico  “BOA”, logre disputarle al partido gobernante al menos el 50% de las entidades federativas en juego. La clave está, y esto no es novedad, en la capacidad de movilización de los electores y en el voto indeciso.

La moneda está en el aire. ¿O Tú cómo la ves estimado lector?


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¿Algún día tendremos congruencia entre lo que se habla y actuar en consecuencia?

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Estimados lectores, no sé si compartan el malestar que sentí al escuchar hablar al Jefe del Ejecutivo sobre dos temas: ¿Para qué tener dos trajes?, ¿dos pares de zapatos?,  ¿dos camisas?, ¿dos corbatas?, ¿dos relojes?, ¿dos autos?, etc.,  ¿para qué más si con uno que se tenga basta? Y olvidarse de comer alimentos sofisticados. No. Regresar a nuestro origen, el arroz, el frijol, el maíz, ¿no les suena a “comunismo”? Pero aquí lo importante es quién lo dice, una persona que todos los días sale con un traje de marca, corbata, zapatos muy finos, reloj, etc., que se la pasa comiendo y disfrutando de toda nuestra basta gastronomía, ¿se les hace congruente lo que dice con su forma de actuar? La verdad para mí es un insulto, ya que si bien se le cuestionó y cuestionó, ¿cómo hizo para vivir 18 años sin ingresos?, ¿cómo sus hijos que nunca dieron “golpe” (como se dice coloquialmente) ahora son súper empresarios, fabrican chocolates, cerveza y están metidos en quién sabe cuántas empresas? Es más claro que el agua, al menos para mí, que en su familia el tema tan trillado de su parte, la famosa “corrupción”, es la reina del hogar y de la familia. En caso contrario, pues que nos expliquen ¿cómo hicieron para tener tantos negocios de la noche a la mañana?

Afortunadamente la embarcación de la 4T ya hace agua, y son muchos del partido y seguidores del mismo que se han dado cuenta de que lo que tanto pregonó y ofreció, pues resultó ser pan con lo mismo, pero con las orientaciones claras de seguimiento del Foro de Sao Paulo, tratando de imponer un sistema socialista o comunista en nuestro país.

Mexico y gobierno de AMLO
Ilustración: Ismael Angeles (mckenziecentrocambiario.com).

Vemos cómo personajes de la política (diputados y senadores), se están deslindando del camino y la postura presidencial. Gobernadores también que son del mismo partido empiezan a marcar distancia y jueces echan abajo iniciativas desquiciadas sin pie ni cabeza, como su tema energético, que de no resolverse tendrá que enfrentar en cortes internacionales. Es lamentable que no lo hayan hecho antes y recuperar las inversiones extranjeras que se tenían, y que por supuestas “consultas populares” con % mínimo de participación, se cancelaron obras de gran importancia para el país, con el desprestigio y desconfianza que crearon.

Lo que me tiene asombrado es cómo “nadie” se ha promulgado para evitar las asignaciones directas de contratos, violando los procedimientos establecidos para las compras y así, se presume que la corrupción se acabó; igual tiene razón, se acabó para los no amigos, los no seguidores y ahora sigue, con los amigos, compadres, allegados y fieles alabadores de sus necedades.

Pero el tema no queda sólo en el Ejecutivo, también surgió la polémica de una adquisición de 4,000 cubrebocas por la cantidad de 25 millones 195 mil 200 pesos, con valor de cada uno en 6,298 pesos. La Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum lo desmintió y dijo que era un “error de dedo” de la persona que subió los datos en la plataforma de transparencia de la CDMX. ¿Cuál es la verdad?

globo aerostatico, AMLO
Ilustración: Einnar.

Otro tema preocupante es la nueva ley que propuso el gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa, de querer controlar la educación del Estado en su totalidad. Uno de los artículos de la nueva norma establece que “los muebles e inmuebles destinados a la educación impartida por las autoridades educativas estatal y municipales y por los particulares con autorización o con reconocimiento de validez oficial de estudios en el Estado de Puebla, así como los servicios e instalaciones necesarios para proporcionar educación, forman parte del Sistema Educativo Estatal”.

¿Será acaso el principio del fin de los colegios particulares?, ¿que los poblanos sabiendo la clase de educación que se otorga en las escuelas públicas y teniendo los recursos para brindarles a sus hijos una educación mejor, hayan optado por éstas y que el Sr. Gobernador quiera tratar de imponer una educación?, ¿cuáles serían los siguientes pasos?, ¿la expropiación de las escuelas, incluyendo terrenos, instalaciones, etc.?, ¿bajo qué bandera? Esto definitivamente no puede ser y ni siquiera se debería permitir que el Congreso reciba dicha iniciativa, dado que es un intento definitivo de meter la mano en lo elemental, la educación, para seguir de ahí a la imposición de ideas, métodos, actitudes, plenamente comunistas, que sólo los ciegos no verían o tratarían de justificar.

Y tal como nos pasa hoy en día, el porcentaje que estaba harto de las falsas promesas de los anteriores gobiernos, le abrieron la puerta el partido chapulín, sí al famoso PRI-MOR. Si antes se quejaban del PRI-AN, pues hoy con su PRI-MOR están más que defraudados, sólo hay que ver las declaraciones de López Obrador, de su gabinete, los gobernadores y todos los del partido. ¿Por qué no empiezan a verse ellos mismos, desde la cabeza y después con cada uno de los miembros del gabinete “Anti Corrupción”?, para ver por fin si nos hace justicia la revolución y descubrimos cómo el Lic. Bartlett hizo su fortuna para contar con más de veinte inmuebles, ¿por qué lo ha defendido tanto el presidente?, ¿no se les hace extraño?, ¿qué sabe uno del otro?, vaya incógnita.

Pero como siempre, ustedes tienen la última palabra.

Si gustan nos seguimos leyendo.


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No tiene cheque en blanco la 4T

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Quien considera cuestionada su autoridad, tiende a radicalizar expresiones con las que cree que la reafirma; ni el “ni los veo ni los oigo” de Carlos Salinas de Gortari fue tan lejos como el “no hay medias tintas (…) o se está por la transformación o se está en contra de la transformación del país”, de Andrés Manuel López Obrador.

El presidente bien se ha ganado el distanciamiento de empresarios, más por su rijosidad que por falta de argumentos; con mucho menos razones, también se ha echado en contra a las clases medias en todo su espectro, desde burócratas hasta investigadores científicos a las que castiga en sus ingresos sin ofrecerles nada a sus expectativas de lo que pueden esperar de las acciones del gobierno.

Si además se descontrola la pandemia esta semana, cuando se cumplen los 14 días de la “reapertura” de algunas actividades, decretada en plena incandescencia del semáforo en rojo, el presidente, que no da ejemplo de distanciamiento social ni del mínimo cuidado del uso del cubrebocas, también perderá autoridad entre las principales víctimas, que ya están siendo las clases populares. 

Y eso a nadie beneficia; nada más peligroso para la sociedad, abrumada por crisis sin precedentes como estamos en México, en un entorno mundial que padece lo suyo, que la falta de un gobierno con credibilidad para convocar y organizar esfuerzos que mitiguen costos y apuren la construcción de una nueva normalidad.

4t y amlo
Ilustración: Rictus.

El presidente está cometiendo el mismo error que contribuyó al penoso fin que tuvieron gobiernos como el de Bolivia, Ecuador, Brasil y otros, que lograron avances sociales pero las prácticas personalistas y clientelares impidieron la construcción de asideros políticos plurales con empresarios medios y clases sociales, que no necesariamente representan a las fuerzas de la reacción ni de la oligarquía, aunque tampoco estén dispuestas a firmar un cheque en blanco, en nuestro caso, a la 4T, ni el gobierno tiene derecho a exigirlo.

El otro error importante en la experiencia de gobiernos que lograron cierta mejoría en la distribución del ingreso en sus países, fue que mantuvieron sustanciales continuidades con el neoliberalismo económico; en nuestro caso, además, se pretende la disciplina fiscal sin endeudamiento ni reforma hacendaria.

El resultado inevitable en Sudamérica fue que el alcance redistributivo fue mucho menor a las expectativas generadas entre los sectores favorecidos, y en cambio provocó la indignación y temores entre las clases medias, que no simpatizan con los llamados a la solidaridad social ni a los “sacrificios” en sus ingresos para ayudar a abatir la pobreza.

Las expectativas incumplidas de los sectores pobres y el conservadurismo congénito de las clases medias, fueron capitalizados por los discursos de derecha basados en una construcción caricaturesca de la idea de populismo, al que interesadamente suelen confundir con el comunismo.

Aunque termine su sexenio, que es lo mejor para el país, López Obrador no habrá conseguido disminuir la pobreza ni afectar las causas de ésta, que él atribuye a la corrupción, mientras siga alejando de su gobierno a sectores que pueden coincidir en los fines, aunque quieran, con toda razón y derecho, que los medios sean negociables, como todo en la buena política.


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El añito que nos espera: pandemia, conjuras y elecciones

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La suspicacia no se hizo esperar y los deslindes tampoco. El texto exhibido por el Primer Mandatario, donde se da cuenta de la conformación de un Bloque Opositor Amplio cuyo objetivo expreso sería la derrota del partido oficial en las próximas elecciones cayó por sorpresa, sin autoría específica, pero sí con un contenido totalmente explícito.

Los análisis y comentarios mediáticos inundaron inmediatamente los espacios noticiosos dada la relevancia de la revelación del escrito entregado por el pueblo en palacio nacional, de acuerdo con lo expuesto por el Jefe del Ejecutivo, dando la idea de una conspiración, de una conjura fraguada desde los círculos conservadores, en contra de la transformación de la vida pública en marcha.

A nadie resultan ajenas las difíciles circunstancias que enfrenta la nación atribuidas en principio a la emergencia sanitaria y sus repercusiones adversas en la economía y en el humor social que amenazan con profundizarse en el futuro inmediato. Tampoco son extraños los desencuentros públicos que se han expresado por diferentes sectores y actores con las decisiones adoptadas a nivel gubernamental, particularmente en materia económica, fiscal y financiera, lo que se ha traducido en un ambiente de polarización, no sólo entre las élites y la administración, sino en las bases sociales que se reproduce copiosamente en las redes.

el anito que nos espera
Ilustración: Letras Libres.

Algunos eventos resultan sintomáticos, por su cercanía y proyección, y han alimentado la discusión sobre la veracidad, origen e intencionalidad del texto presentado: La convocatoria enfática a la definición, al abandono de las medias tintas, a estar a favor o estar en contra de la transformación, cuyos destinatarios pueden ubicarse, no sólo en el ala conservadora, sino dentro del propio partido en el poder; la polémica surgida tras la reactivación de las giras y el arranque de la construcción del Tren Maya; el choque con el gobierno jalisciense con señalamientos mutuos sobre los actos violentos y finalmente, el fáctico inicio del proceso electoral que deberá arrancar formalmente en septiembre próximo y se considera determinante para la continuidad del proyecto transformador.

Bajo este panorama, complejo e incierto, en el que confluyen temas, circunstancias y actores relevantes, domésticos y externos, actuales y potenciales, prevalece el misterio sobre los autores y beneficiarios reales del ya famoso escrito, sus promotores y, sobre todo, su intencionalidad, a pesar de que se ofrecen nombres de personas morales y físicas, muchas de las cuales se han deslindado inmediatamente de tal señalamiento.

Como sea, los mensajes que se envían generan desosiego y anuncian una situación de inestabilidad política y social de pronóstico reservado, al menos por lo que corre de aquí a la jornada electoral de junio de 2021 dados los acomodos naturales que empezarán a registrarse en breve en todos los institutos políticos, los mecanismos, alianzas, coaliciones, golpes bajos o conspiraciones que, es bien sabido, son naturales en estos juegos, en los que el fin justifica los medios y donde el fin último es la obtención y conservación del poder.

No es un pronóstico aventurado el suponer que la contienda tendrá su foco en la administración y consecuencias de la pandemia, en la mortalidad y el desempleo, en la ya esperada crisis económica como secuela del embate viral, lo que sin duda abastecerá de argumentos a los bandos contendientes y tendrá un impacto decisivo en la respuesta del electorado.

Siguiendo con el discurso, tal parece que lo peor aún no ha llegado.


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Aquilatemos con perspectiva histórica lo rescatable de la 4T

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Para mi amigo Javier Quijano Baz, simpatizante de AMLO.

Analizada con perspectiva histórica, la sedicente Cuarta Transformación no es sino un eslabón más de nuestro devenir, la cual nos sacudió al hacer un certero diagnóstico de todo aquello que debemos cambiar, sin haber causado violencia política. Se le atravesó la pandemia, lo que ha puesto al descubierto las limitaciones del presidente por ser un líder social y no un estadista. Nuestro reto es aprovechar ese reinicio transformador para llevarlo a la construcción de un país más igualitario y justo, construcción que López Obrador es incapaz de llevar a cabo por su falta de habilidades para negociar y unificar, pero la sociedad mexicana en su conjunto sí. Veamos solamente algunos de los elementos positivos que la 4T ha puesto en juego.

Ausencia de violencia política

La toma pacífica de Los Pinos por Andrés Manuel equivale a la toma violenta del Palacio de Invierno por los bolcheviques. Los Pinos era uno de los símbolos del poder de la época priista y de nuestra inacabada transición a la democracia, tal como el Palacio de Invierno era el símbolo del poder monárquico. En ambos casos la pretensión es un cambio de régimen. En Rusia supuso el inicio de 70 años de comunismo y aquí está por verse si la necesaria sacudida logra remover las estructuras sociales que nos permita convertir a nuestro país –la décimo cuarta economía del mundo– en uno más igualitario y justo, o si en cambio nos pauperizamos.

No le pidamos peras al olmo, López Obrador es un luchador social y no un estadista, por lo que carece de la preparación y el talento para lograr esa titánica tarea que deberemos de realizarla todos. Conformémonos por ahora con que haya sido capaz de enarbolar las banderas de las luchas reales que debemos realizar: contra la corrupción y la impunidad y en favor de la justicia social, sin haber causado hasta ahora violencia política. AMLO no puede lograr la unidad nacional ni es capaz de negociar ni mostrar flexibilidad alguna en aras de lo razonable. Eso tocará realizarlo a otros. No hay que perder de vista que la Historia es un proceso evolutivo que nos obliga a encontrar mejores respuestas, cuando las de antes ya no alcanzan.

justicia en la 4t
Ilustración: Víctor Solís.
Politización social

Además del inicio de esta revolución pacífica que tomará el rumbo que los mexicanos queramos y no necesariamente el que el presidente tiene hoy en mente, le debemos a éste la reactivación de la vida pública a consecuencia de su expresión del hartazgo y del disgusto popular por las vías institucionales, logrando mayor participación en la discusión pública, especialmente de sectores de la población tradicionalmente marginados, lo que nos ha permitido a todos revaluar nuestros métodos de acción. Es así que vemos a los diversos gremios recobrando su identidad como animales políticos; ante la vorágine de acontecimientos que no da oportunidad de mantenerse en la indiferencia, vemos a los abogados interponiendo amparos, a los ingenieros opinando sobre el aeropuerto cancelado y los proyectos de infraestructura propuestos, a los médicos reinventándose para enfrentar el reto de la pandemia y a los periodistas y opinólogos teniendo que encontrar nuevas formas de permear en la sociedad, cuando su prestigio y la pantalla de TV ya no les alcanza.

Bienestar colectivo

También le debemos a AMLO haber visibilizado a quienes integran la base de nuestra pirámide social y que viven sin poder satisfacer las necesidades económicas básicas que la dignidad del ser humano reclama, así como el inicio del nuevo experimento de brindar apoyo económico directo a los más desfavorecidos para que activen la economía de abajo hacia arriba, ante el fracaso manifiesto de la experiencia contraria, consistente en haber apoyado durante años a los más favorecidos y a sus  empresas, con la esperanza de lograr la dispersión de los recursos hacia abajo.

El temido colapso económico no se ha dado durante esta transición al supuesto nuevo régimen, gracias a la disciplina fiscal y presupuestaria, al control del gasto público y a la negativa al endeudamiento, así como al diálogo constructivo que se ha logrado mantener con el Banco de México, respetándose su autonomía, todo lo cual ha logrado contener la inflación y que pese a la salida masiva de capitales, el tipo de cambio vaya regresando a sus cauces y con un balance comercial superavitario. Tenemos que reconocer que el gobierno previó correctamente que el sistema financiero del país se iba a estresar con motivo de la crisis de la pandemia y que tomó las medidas regulatorias adecuadas para que el sistema bancario pudiera ofrecer a su clientela la llamada “reestructura Covid”, reduciendo intereses y concediendo prórrogas, sin tenerlo que reflejar en su contabilidad como un problema de cobranza.

bienestar economico
Ilustración: Esmirna Barrera.
Ánimo magisterial

En el campo de la educación también podemos observar luces. Al gobierno le ha tocado capitalizar la propuesta de los maestros de echar abajo la reforma educativa, lo que ha permitido su cambio de ánimo motivado en la confianza en el presidente, que se ha materializado en un sorprendente ánimo de entrega y continuidad, quienes durante la pandemia han utilizado sus propios medios, y con espíritu de colaboración y sacrificio han evitado la suspensión de clases y los paros continuos a los que ya estábamos acostumbrados. Andrés Manuel ha sabido hablarles a los maestros en su mismo lenguaje lleno de simbolismos para lograr su entrega personal, imprescindible para salir adelante. También es encomiable la acogida que ha dado su gobierno al reclamo social de poner en primerísimo lugar la educación inicial a la primera infancia, la cual fue introducida por él en el Artículo 3º de nuestra Constitución.

Desacralizar el presidencialismo

Con su legítima ambición de encontrar su lugar en la Historia de México, López Obrador se dio a la tarea de destruir símbolos clave del presidencialismo que lo precedió, terminando con la rancia práctica de los honores al presidente a su arribo y partida de los eventos públicos y de colocar su fotografía en las oficinas de los burócratas, al mismo tiempo de licenciar a las guardias presidenciales que antes desplegaban el boato entorno a la figura presidencial. Esto, en adición a la austeridad y a la reducción de los salarios de los burócratas, así como a la sana distancia que el presidente ha mantenido respecto de su partido MORENA, han brindado a nuestra democracia un tono más republicano que no se puede despreciar.

Área de oportunidad

Aunque son muchos los aspectos negativos que la coyuntura presenta, México no se puede dar el lujo de desperdiciar la oportunidad histórica que Andrés Manuel López Obrador representa y que nos permite continuar la construcción de un país próspero, que incluya en el progreso a la vasta mayoría de nuestros compatriotas, hoy excluidos del bienestar y carentes de oportunidades. El reto inminente de la sociedad es encontrar los cauces que obliguen a ese luchador social a comportarse como estadista y así gobernar para todos los mexicanos, difícil tarea que solamente se puede lograr uniendo fuerzas.


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¿A qué le apuesta López Obrador?

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Ante el derrumbe del modelo neoliberal en el mundo, dice el presidente López Obrador en su presentación de La nueva política económica en los tiempos del coronavirus, divulgada el 15 de mayo pasado, “sería un absurdo insistir en aplicar ese mismo paradigma para enfrentar la actual crisis económica (…), que en los hechos, provoca nuevos ciclos de concentración de la riqueza”.

Siendo esto cierto, que lo es, la alternativa que va siguiendo el gobierno es radicalmente más justa pero, ¿es viable económica y políticamente?; otros gobiernos progresistas, más cercanos a la socialdemocracia como el nuestro, que a cualquier corriente socialista o algo semejante, han fracasado y el fracaso de la 4T, como ya han dicho otros analistas, es el mayor peligro para México.

Detrás de la cuarentena sanitaria, en todo el mundo avanza una crisis económica y social en varios campos: la caída de la demanda de consumo por el confinamiento, la caída de la oferta por cierre de actividades y falta de insumos, la quiebra de empresas que no puedan soportar pagos de deudas, nómina, impuestos y demás; alto riesgo de una crisis financiera; la pérdida de empleos, que en México será mayor a un millón y de ingresos en todos los estratos sociales que, por supuesto, tendrá las peores consecuencias entre quienes viven en condiciones de pobreza.

pandemia en tiempos de lopez obrador
Imagen: Las Provincias.

Esa situación la están viviendo todos los países capitalistas, y en la mayoría de ellos, los gobiernos han resuelto endeudarse para inyectar sumas billonarias, sin precedentes, al objetivo de salvar de la quiebra al mayor número posible de empresas mediante apoyos fiscales y crediticios; en menor medida se refuerza el consumo de la gente.

La apuesta de López Obrador va en otro sentido sobre dos premisas: que el fin último del Estado es el bienestar general de la población, no “la obsesión tecnocrática de medirlo todo en función del mero crecimiento”, y que “la separación entre el poder económico y el poder político se está convirtiendo en una realidad”.

La estrategia con la que pretende romper “el molde que se usaba para aplicar las llamadas medidas contracíclicas” se arma con varios elementos; el primero es que y “en vez de conseguir líneas de crédito para endeudar al país (…) nosotros estamos optando por intensificar el combate a la corrupción”.

Uno de esos frentes de combate es el influyentismo en la condonación de impuestos a grandes contribuyentes, para tener una recaudación significativamente mayor y recursos para reforzar los apoyos sociales al 70% de las familias del país.

Con los programas sociales y las remesas de migrantes, la apuesta es que estén “fortaleciendo la capacidad de compra o de consumo de la gente y con ello podremos reactivar pronto la economía”. El apoyo preferente es a los consumidores pobres, no a las empresas como en otros países, lo cual será insuficiente, a menos que haya capital privado en México dispuesto a evitar una gran letalidad empresarial.

Otra apuesta muy fuerte (incierta) es a que el 30% restante de la población “aproveche la posibilidad de hacer negocios, de obtener ganancias lícitas y progresar sin trabas o ataduras”, y que más empresas vean en el enfrentamiento entre China y Estados Unidos la ampliación del campo de negocios del tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

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Ilustración: Gustavo López (B2B Vanguardia Industrial).

Apuesta, por último, a que las clases medias y las de mayores ingresos reconozcan que la solución de fondo para vivir libres de miedos y temores, pasa por enfrentar el desempleo y la pobreza, por evitar la desintegración familiar y la pérdida de valores, y por favorecer la incorporación de los jóvenes al trabajo y al estudio.

La estrategia tiene grandes obstáculos a su viabilidad; algunos ejemplos: el primero es ir en contra de lo que predomina en el mundo, que es lo que Max Weber denominó el “espíritu capitalista”, men­talidad y actitud que aspira sistemática y permanentemente al lucro. No es un espíritu justiciero, ni es ético, ni se propone asegurar el bienestar social ni el derecho a la felicidad, ni se le critica por eso porque no es su propósito. Sus reglas están hechas para la amplia­ción de las ganancias empresariales, y el mercado y los organismos financieros internacionales le cobran implacablemente a los gobiernos o empresas que pretendan ir en contra.

Otro obstáculo es que lo que predomina en México no son leyes e instituciones que se hubieran conformado para reproducir condiciones sociales básicamente igualitarias, sino al contrario, han contribuido a perpetuar las diferencias y los privilegios. La transformación que dice el gobierno haber alcanzado en ese orden, es objeto de las mayores descalificaciones y de la fuerte oposición de intereses afectados, y no acaba de consolidarse ni de convencer a las clases medias para tener su apoyo.

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Ilustración: Ricardo Figueroa (Nexos).

Los medios de comunicación con los que el presidente está en rencilla cotidiana, sin excepción, tienen muchos temas para criticar con razones, como que la corrupción permite que algunos personajes del círculo cercano sean intocables; prensa, radio y TV con pocas excepciones, son otro obstáculo formidable que las “mañaneras” no suplen como fuente de información social.

Al salir de la cuarentena económica, podríamos encontrarnos ante un gran desempleo, quiebras empresariales, estar al borde de una crisis financiera y de una crisis social en grados que dependerán de la eficacia de la estrategia gubernamental y de la disposición empresarial a invertir ante el momento de salvarse de la quiebra.

Como sea lo que nos espera, es momento de entrar en cordura, de entender que López Obrador es fruto del país que crearon las élites, que la corrupción y las desigualdades tienen que abatirse, y que el mayor riesgo para México es que el gobierno fracase y sus bases pierdan toda esperanza de reivindicación.


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