Ciencia y Tecnología

El uso y abuso de los gigantes tecnológicos y sus límites

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“Nuestro software es tan poderoso que separa familias” expresaba una manta puesta por estudiantes de la Universidad de Stanford en el verano de 2019 en la entrada de la empresa Palantir Technologies, dedicada al diseño de software para el análisis de big data (Palo Alto, California). Ese lema aludía al trabajo que ha hecho Palantir para proveer tecnología al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) que facilita la ubicación de familiares o tutores de los niños que llegan solos a  Estados Unidos. Una vez que localizan a estos adultos, el ICE puede arrestarlos y deportarlos, teniendo como resultado la separación de padres e hijos. También se ha usado la tecnología de Palantir para hacer allanamientos y detenciones masivas, como las ocurridas en el Distrito del Mississipi en agosto de 2019, durante las cuales arrestaron aproximadamente a 680 personas, que en muchos casos tenían hijos en la escuela que no pudieron ir a recoger, por lo que se generó una situación crítica para varias de estas personas. Los contratos entre Palantir e ICE alcanzaban más de US$90 millones en contratos activos en 2019, según Recode (sept/2019).

Estudiantes de las universidades de Berkeley, de Brown y de Yale hicieron sendas manifestaciones durante los últimos meses del 2019 para protestar contra este papel de la mencionada empresa, obligándolos a cancelar numerosos eventos, o su presencia en algunos de ellos debido al malestar causado por su actividad, considerada éticamente inaceptable. En la práctica, por el motivo descrito y muchos otros, hay un desencanto creciente entre los jóvenes respecto a trabajar en algunos de estos gigantes tecnológicos (NYT, 11/01/2020). Por esta razón, Palantir no ha podido recientemente reclutar estudiantes en algunas de las universidades aledañas para trabajar con ellos, lo que puede dificultarle contar con titulados en ciencias de computación.

De hecho, hay organizaciones de estudiantes que expresamente promueven que los estudiantes no se involucren en ésta y otras empresas tecnológicas. Estudiantes de al menos 25 universidades a nivel nacional se han unido a la campaña “#NoTechforICE” de Mijente, haciendo peticiones para que Palantir y otras compañías que apoyan a ICE, dejen de hacerlo. Entre éstas se encuentra Amazon, que alberga información de Palantir en sus servidores.

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Ilustración: Nine Jumbo.

Pero el descontento con lo que Palantir hace no sólo proviene de los estudiantes sino de los propios trabajadores de la empresa, 200 de los cuales mandaron una carta a los ejecutivos de la compañía expresando su inconformidad con el lamentable papel que está jugando la firma en la que trabajan.

La situación que se presenta entre las empresas como Palantir y sus empleados no es la primera de este tipo. Ello también ocurrió con Google, que a raíz de una inconformidad similar, tomó la decisión en 2019 de terminar un contrato con el Pentágono, causándole  problemas con el gobierno de Estados Unidos. Anteriormente, los trabajadores de Microsoft también presentaron una petición firmada por 300,000 personas (incluyendo 500 empleados de la empresa) para que cancelara su contrato con el ICE en 2018. En septiembre de 2019 1,550 empleados de Amazon planearon hacer una huelga por la huella de carbono de la empresa, en el momento en que hubo una huelga mundial para reclamar sobre el cambio climático, a lo que Jeff Bezos, su Director Ejecutivo, respondió con un compromiso de eliminar la huella de carbono de la empresa para 2030.

Las respuestas por parte de estas grandes empresas son variadas: Palantir no canceló sus propios contratos con ICE, pero Google sí con el Pentágono, a la vez que varias de ellas como Amazon, Google, Microsoft y Salesforce, han ofrecido algunas soluciones a los reclamos y han dado la opción a sus empleados de no trabajar en proyectos con los cuales no están de acuerdo, por ejemplo, en los militares, aunque normalmente no cancelan sus contratos con el gobierno de Estados Unidos. En todo caso, hay una tensión entre la sociedad y estas empresas, en la que la primera está desafiando a las segundas, mostrando el desencanto bastante generalizado respecto al papel de las grandes compañías tecnológicas en términos sociales y políticos, como vemos a continuación.

En realidad, es Facebook la compañía tecnológica que posiblemente aglutine el mayor número de críticas respecto de su rol en las redes sociales por permitir la publicación de noticias e informaciones falsas que expresamente ayudaron a influir sobre la opinión pública de manera sesgada en momentos cruciales. Los escándalos de Cambridge Analytica y su rol en manipular la opinión pública favoreciendo la elección de Donald Trump y el Brexit, entre otros, son ampliamente conocidos. Este tema resurge con mucha fuerza en estos días (NYT), pues las distintas empresas tecnológicas que manejan redes sociales se están pronunciando acerca de la política que seguirán ante las próximas campañas electorales en Estados Unidos en 2020. La pregunta es cómo manejarán las plataformas sociales ante estas delicadas circunstancias. Algunas de ellas, como Google y Twitter, muestran un cambio de reglas respecto de la publicidad política.

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Ilustración: New York Times.

Google (que, a su vez, es dueña de YouTube, empresa que también ha sido responsable de influir en elecciones como la de Bolsonaro en Brasil), anunció en noviembre de 2019 que restringiría la posibilidad de que los anuncios publicitarios se dirijan específicamente a sus clientes de acuerdo a su afiliación política o a sus antecedentes como votantes, aunque aún podrán enfocarse diferenciadamente a las personas según su edad, su género o su código de área.

Twitter va mucho más allá, al haber decidido no admitir ningún anuncio de propaganda política. En un tweet (CEO, Jack Dorsey) @jack expresó “Hemos tomado la decisión de parar toda publicidad política en Twitter a nivel global. Creemos que el alcance del mensaje político debería ganarse, no comprarse…”. Pero también Twitter hace sus importantes excepciones. Tiene una cláusula de valor informativo (newsworthiness) que justifica el transmitir los tweets del presidente Trump y otros líderes mundiales que, en principio, violaría esa norma de la empresa. El Director Ejecutivo de Snapchat, Evan Spiegel, también ha dicho que su compañía hará un análisis factual de la publicidad política en su plataforma.

Facebook ha tomado una postura bastante indiferente ante las presiones que ha recibido después del caso Cambridge Analytica. De hecho, a fines de 2019 la empresa rescindió una política, adoptada anteriormente, prohibiendo declaraciones falsas en su anuncios. Con ello creó una excepción para la propaganda política, cuya veracidad no tendrá que ser verificada. Así, “el resultado último es que cualquier declaración de un candidato o campaña que promueve un candidato no puede ser analizada factualmente y por tanto está automáticamente exenta de las políticas que tratan de evitar la desinformación” (The Guardian, traducción propia). En esta línea, Mark Zuckerberg ha dicho “no pensamos que las decisiones sobre publicidad política debieran ser hechas por compañías privadas, razón por la cual estamos a favor de una regulación que se aplique en todo el país” (CNBC).

enfrentarse a la web
Ilustración: Mr. Online.

La compañía ha tomado algunas medidas para evitar sólo la manipulación extrema (“deepfakes” o falsedades profundas). Se enfoca especialmente en los videos editados o sintetizados sin que el público sea capaz de percibirlo (a menos que sea sólo para mejorar su claridad y calidad), y aquellos producidos por la Inteligencia Artificial que pueden fusionar, reemplazar o superponer contenido sobre un video, aparentando ser auténtico. Por lo demás, Mark Zuckerberg ha decidido no intervenir en la publicidad político-electoral, aun cuando pueda contener información no apegada a la verdad, pues de hacerlo considera que podría incurrir en la censura (The Guardian).

Pero esta postura de Facebook y los escándalos de la desinformación que transmite están teniendo, al igual que en el caso de Palantir y otros mencionados anteriormente, una reacción de la sociedad civil. Por ejemplo, 250 empleados de Facebook escribieron una carta a Zuckerberg pidiéndole que reconsidere su política pues “el libre discurso y el discurso pagado no son lo mismo.”

La imagen de la compañía también ha sido afectada. Hace 10 años para los jóvenes era un sueño trabajar en Facebook, al igual que trabajar en varias de estas compañías tecnológicas, que ofrecían buenos sueldos, un ambiente apto para la creatividad y mucho prestigio. Pero últimamente, ha habido una caída notable en la aceptación de empleos por parte de potenciales talentos tecnológicos recién egresados de las universidades de prestigio. La aceptación por parte de esos recién graduados ha caído de un promedio de 85% para el año escolar 2017-2018, a entre 35% y 55% en diciembre de 2019 (CNBC). Los reclutadores de Facebook han dicho que ahora los candidatos hacen preguntas mucho más agudas sobre la política de privacidad de la compañía. La opinión de muchos jóvenes es que el trabajar en Facebook ya no es admirado socialmente ni tan bueno tenerlo en el curriculum vitae. Más bien necesitan justificar por qué trabajan allí y no en otra parte, lo que hubiera sido impensable hace años.

Es alentador ver que, aunque en forma incipiente, la sociedad civil está contribuyendo a poner algunos límites a la falta de ética de las grandes compañías en muy diversos ámbitos: políticos, ambientales, laborales, y otros. Sin embargo, a pesar de que las presiones aumentan hacia las compañías, aún es un campo ignoto el hecho de que muchas de las labores que hoy desempeñan seres humanos están siendo crecientemente asumidas por robots/algoritmos sin capacidad para evaluar las acciones que adoptan las compañías para las que trabajan. ¿Cuál será entonces el límite que se podría anteponer a la acción de estas empresas tecnológicas?

Ética para robots

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¿Podrán algún día pensar por sí mismos los robots? ¿Lo hacen ya? Sin duda. Si por pensar entendemos, claro, la capacidad para tomar decisiones.

Desde los primeros aparatos capaces de imitar lo que se llama la “neurona cero”, aquella que opta entre dos opciones, abrir-cerrar, por ejemplo, hasta nuestros días, las máquinas piensan.

Y no sólo eso, podríamos decir que, de muchas maneras, y de modo cada vez más complejo, los dispositivos, encarnados en eso que llamamos genéricamente robots, piensan cada vez de mejor y más compleja forma.

El tema no es nuevo. La fascinación-terror respecto al grado de autonomía que una máquina pudiera tener frente a quien la creó, enlaza al Frankenstein de Mary Shelley con las memorables partidas de ajedrez de Beep Blue, la computadora creada por IBM, contra Gary Kasparov.

Nunca antes, eso también es cierto, lo humano ha estado más cerca de ver cumplir ese sueño-pesadilla, una máquina capaz de pensar a tal grado que sea capaz no sólo de decidir sino de crear una máquina aún más inteligente que su creadora.

Vivimos un tiempo, pues, en el que con la precisión de un relojero suizo, los grandes productores de tecnología alimentan un imaginario dispuesto a colocar sobre los dispositivos toda clase de representaciones de estatus, productividad, liberación de tareas rutinarias, comodidad, y un largo etcétera.

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Imagen: The Daily Beast.

Los grandes productores de aparatos estimulan, con toda intención y éxito, así, un ánimo social de frenesí por lo tecnológico, entendido esto como el consumo desenfrenado de aparatos.

Se trata de un universo fantasioso al que, con toda lucidez crítica, el gran escritor inglés Ian McEwan ha caracterizado en su más reciente novela como el (inducido) “sueño de virtud robótica redentora”.

Multipremiado y con una capacidad de trabajo que le permita publicar una novela al año, McEwan entregó a sus lectores en 2019 Máquinas como yo, distopia que tiene como centro una sociedad en la que personas conviven con androides con forma humana.

En pleno fervor por el camino que se abre la Cuarta Revolución Industrial, lista prácticamente la nueva generación tecnológica del Internet, la 5G, McEwan lanza en forma de novela un certero alegato ético.

La cuestión, parece querer advertir McEwan, no es preguntarse si las máquinas piensan o si con el tiempo los humanos serán capaces de hacer que piensen de forma cada vez más asertiva y compleja, la pregunta es qué lugar ocupa lo esencialmente humano en todo esto.

El sueño de la redención robótica llega pues a su punto de inflexión, cuando en Máquinas como yo, se lee: “dicho de forma abreviada, diseñaríamos una máquina un poco más inteligente que nosotros y dejaríamos que esa máquina inventara otra que escaparía de nuestra comprensión”.

robot y hombre
Ilustración: Roberto Parada.

Porque si tal cosa pasara, se pregunta la novela, y a la vez cuestionándoselo al lector, “¿qué necesidad habría de nosotros, entonces?”.

En abril de 1991, hace casi 30 años ya, el hoy muy conocido filósofo español, Fernando Savater, vio publicado un pequeño ensayo: Ética para Amador.

En esos años, Savater enseñaba ética en la Universidad Complutense de Madrid, y su hijo, un adolescente llamado justamente Amador, a quien está dedicado el volumen, tenía 15 años.

Dirigido a lectores de la edad de su hijo, el libro, sin embargo, se abrió paso entre lectores de todas las edades, y le significó a su autor una enorme fama.

El problema central de la vida, “del arte del saber vivir”, planteará Savater, descansa en una condición tan única como esencial que acompaña a los seres humanos y nos diferencia de los animales: la libertad.

“La libertad, asegura Fernando Savater, no es una filosofía y ni siquiera es una idea: es un movimiento de la conciencia que nos lleva, en ciertos momentos, a pronunciar dos monosílabos: sí o no”.

Esto es, la libertad se halla lejos de la voluntad absoluta, manifestación de la omnipotencia, y cerca de la circunstancia enteramente humana de decidir.

No somos libres de elegir lo que nos sucede, sostendrá con lucidez el filósofo, pero sí lo somos respecto a la manera cómo respondemos a eso que nos sucede.

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Ilustración: The Synapses.

Nuestra racionalidad, luego entonces, ha de brillar en tanto se encuentre al servicio de averiguar cómo vivir mejor; a ese intento racional es a lo que llamamos ética, explica a su hijo adolescente el filósofo español.

Bajo esa óptica, y sin que se lo hubiese propuesto explícitamente, el célebre novelista Ian McEwan, tiende un puente de humanidad entre su más reciente novela y el casi legendario manual del profesor Savater.

La información no es, en sí misma, conocimiento. Mucho menos, autoconocimiento.

En ello descansa la cuestión central. El linde respecto de lo humano. No es si las máquinas pueden decidir, ni siquiera si pueden llegar a ser capaces de aprender.

La cuestión verdaderamente humana que une, de este modo, a Savater y McEwan, es la misma: decidir no es optar solamente, sino hacerlo en libertad y conciencia.

El sueño redentor no es, entonces, el de transformar desaforadamente las máquinas y sustituirlas en un carrusel sin fin.

El verdadero sueño redentor es transformar lo humano. Sigue siendo, el arte de la vida.

Eso.

Bioética, paternidad, genes y ciudadanía

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Ethan y Aiden (Dvash-Banks) son dos hermanitos nacidos en Canadá mediante el procedimiento de gestación sustituta (conocido comúnmente como maternidad subrogada). Canadá tiene varios años que reguló y permitió el que una mujer facilitara el vientre a terceros para gestar un hijo.

Ethan y Aiden son hijos de una pareja conformada por dos varones, uno de ellos con la doble nacionalidad canadiense-estadounidense, Andrew Mason Dvash-Banks, y el otro de nacionalidad israelí, Elad Dvash-Banks, ambos casados legalmente en Canadá.

En este contexto, Andrew y Elad consiguieron que una mujer canadiense les donara sus óvulos, con los que generaron dos embriones, uno con la carga genética de Andrew y otro con la carga genética de Elad, embriones que fueron implantados en una tercera mujer que prestó su vientre para gestarlos. El procedimiento fue un éxito y de el mismo nacieron Ethan Jacob y Aiden James.

Desde la perspectiva de la legislación canadiense, los dos niños son hijos de ambos progenitores, sin embargo, tal parece que desde la perspectiva de la legislación estadounidense las cosas no son iguales.

Familia Dvash-Banks
Familia Dvash-Banks (Fotografía: Jewish Journal).

Cuando Andrew Mason y Elad pretendieron mudarse a Estados Unidos, el primero de ellos como ciudadano americano, acudió ante las autoridades consulares a fin de solicitar el pasaporte de los dos menores, sin embargo, las autoridades norteamericanas se lo negaron.

La pareja argumentaba que ambos hijos debían tener la nacionalidad estadounidense, en la medida en que Andrew es un ciudadano americano y padre de ambos hijos.

Sin embargo, el departamento de estado de Estados Unidos ordenó pruebas de ADN y determinó que únicamente Aiden podía ser considerado como ciudadano americano, ya que las pruebas genéticas determinaban su vinculación biológica con Andrew y que Ethan no podía ser considerado como ciudadano americano, debido a que las mismas pruebas genéticas demostraban que él provenía de un ciudadano israelí.

El caso se judicializó y en una primera instancia Andrew Mason y Elan ganaron la batalla, los argumentos del juez del caso fueron, en general, los siguientes:

a) Andrew es un ciudadano estadounidense nacido en Estados Unidos y físicamente presente en este país por un período de 24 años, a partir del momento en que nació en California en 1981, y hasta el momento en que se mudó a Israel en 2005.
b) Andrew y Elad están legalmente casados entre sí en Canadá desde el 19 de agosto de 2010 y se han mantenido unidos desde esa fecha.
c) Sus hijos, Aiden y Ethan, nacieron el 16 de septiembre de 2016 en Mississauga, Canadá, y nacieron durante el matrimonio de Andrew y Elad.
d) Andrew y Elad son los padres de Ethan. De acuerdo al certificado de nacimiento y ambos son reconocidos como sus padres bajo la ley canadiense.
e) La Sección 301(g) de la INA (Immigration and Nationality Act) es aplicable a la reclamación de ciudadanía en favor de Ethan, ya que éste es hijo de padres que se encontraban legalmente casados entre sí, en el momento de su nacimiento, y uno de los padres de Ethan es ciudadano estadounidense.
f) El artículo 309(a) de la INA es inaplicable a la solicitud de ciudadanía de Ethan porque es hijo de padres casados, y por lo tanto no es un hijo nacido fuera del matrimonio.

Bioetica.
Ilustración: Nexos.

Aquí la sentencia original.

La reflexión en todo caso sigue siendo la siguiente: en casos como éste (independientemente de si se trata de una pareja homosexual o heterosexual) qué es lo que debe primar, ¿únicamente el aspecto biológico, o la voluntad e intención de ser padre? (O madre, ya que ha habido casos similares en donde las protagonistas son mujeres).

Resulta obligado preguntarnos también, ¿cuáles deberán ser las “nuevas” reglas que rijan las relaciones parentales?, porque es evidente que las actuales resultan insuficientes.

La donante de los óvulos (que es biológicamente progenitora también), ¿puede renunciar a sus derechos –si es que los hay– de maternidad?

Y, en términos jurídicos, qué papel juega la gestante, ¿acaso ella también tiene algún derecho filiatorio respecto de los menores?

La autorreflexión precaria y la red basal del cerebro

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La facultad de autorreflexión es un instrumento clave de la mente consciente y hemos visto que sus analistas más dedicados le conceden la mayor importancia para desarrollar un autoconocimiento más certero. Sin embargo, una autorreflexión crítica enfrenta problemas graves, porque la mente humana y su aparato cognoscitivo tienen deficiencias y trabas que impugnan la posibilidad del autoconocimiento como resultado de una introspección incidental. De entrada, los seres humanos tienen impedimentos y restricciones para detectar o para admitir hechos que repulsan su ego, es decir, que cuestionan la identidad asumida y preciada de sí mismos. Es necesario aceptar este inconveniente porque toda representación mental, como las imágenes mentales, las ensoñaciones, las representaciones lingüísticas, los modelos científicos y demás maquetas, parangones o actuaciones, no son duplicados o copias fieles de una realidad estable y trascendente. Toda representación es necesariamente parcial e incompleta y depende de múltiples factores que la limitan y pueden alterarla. Es probable que la representación de sí mismo sea una de las más endebles, pero también es posible que sea de las más perfectibles.

amor propio
La autorreflexión crítica se enfrenta a la sobrevaloración de la propia persona, confundida frecuentemente con el “amor propio” (imagen tomada de Pixabay).

Ahora bien, más allá de que el sujeto minimice, transforme o rechace todo aquello que cuestione su identidad personal asumida, existen otros obstáculos que dificultan una autorreflexión diáfana. En general las personas desconocen en gran medida su vida mental ordinaria y cotidiana; es decir, no están conscientes en todo momento de los pensamientos, imágenes o emociones que transcurren en su mente, aunque pueden tener acceso a ellos. El flujo de contenidos mentales se desarrolla en buena medida por sí mismo, impulsado por motivaciones, deseos, asociaciones y otros procesos que usualmente se encuentran fuera del alcance de la conciencia, transcurren en sus linderos, o no son de lleno explícitos. Sucede además que al hacerse conscientes del flujo de conciencia, del río de información y eventos que transcurre en la mente sin mayor contribución de la voluntad, los contenidos cambian, cesan o desaparecen. En efecto, en el momento en que el sujeto adquiere conciencia de sí mismo, por ejemplo, que está pensando o imaginando tal o cual cosa, este contenido se esfuma o se retiene conscientemente, con lo cual su flujo automático desaparece. Con frecuencia, cuando el sujeto se hace consciente de sus contenidos mentales, puede instalarse una autorreflexión crítica en pensamientos como “¿por qué estoy pensando esto?”, o bien: “esta fantasía me es ajena y abominable, ¿por qué surge en mí?”, o bien: “si sigo por este camino voy a terminar mal”, o bien “debo reflexionar sobre cuestiones relevantes, en vez de perder el tiempo en esto”, o bien: “me fastidia la repetición de esta tonada” y un interminable etcétera. Es importante notar que este tipo de reflexiones son en cierta forma infalibles, ya que el sujeto detecta clara y certeramente que tiene tales y cuales temas en su mente y reacciona a ellos de acuerdo con la representación que tiene de sí mismo, en especial con su paleta asumida de objetivos y valores. Son oportunidades para profundizar en la autorreflexión.

Otra zona nebulosa de la autoconciencia se refiere precisamente a las causas y razones que el sujeto tiene para realizar juicios morales, pues, si bien la persona aduce o recurre a ciertos valores para emitir tales juicios, no siempre puede fundamentar sus razones para sostenerlos. Para lograr justificar sus juicios, a veces recurre a códigos establecidos en su cultura y asumidos como propios, pero la manera como ha estructurado su identidad en referencia a estos códigos o normativas suele permanecer inadvertida o borrosa.

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Theodor Adorno (1903-1969) y otros miembros de la escuela de Frankfurt promovieron la autorreflexión crítica como instrumento de análisis y juicio de las realidades personales y sociales.

Dada la opacidad de los procesos que intervienen, es necesario aquilatar la auto-observación de la mente para implementar una introspección certera y llegar a procedimientos válidos de autorreflexión. Esto también es necesario para analizar una propuesta central de este libro en el sentido de que el yo corresponde a la autoconciencia o la representación que tiene un individuo de sí mismo, pues implica que esta auto-representación sería incompleta o, peor aún, sesgada o francamente falsa. La autorreflexión será entonces el instrumento exploratorio de esa realidad compleja e inmediata que es la constitución corporal, psicológica, social y moral que conforma la propia identidad. La depuración del instrumento de autorreflexión podrá redundar en una observación más clara y en una reconstrucción más segura. En este sentido es preciso reiterar que la autoconciencia, lejos de constituir un sistema diáfano y ordenado de nociones racionales sobre lo que es el individuo, es un proceso multifacético y dinámico que transcurre en el tiempo y las circunstancias en diferentes niveles de claridad y acceso. No parece existir un núcleo sólido o una identidad esencial con los que el sujeto pueda definirse y por esta causa la introspección autorreflexiva no resulta en el descubrimiento de una naturaleza personal bien definida e inmutable, aunque es posible detectar rasgos vigentes de su personalidad, tendencias, motivaciones o facultades útiles para tomar decisiones favorables e ir depurando la individualidad.

En un libro del 2016, el filósofo de la mente Ted Parent desglosó las opacidades de la mente humana que impiden o dificultan una autorreflexión válida, e intentó formular algunas estrategias para resolverlas. Por ejemplo, para conocer y juzgar aquellos contenidos de la mente que desea evaluar, el sujeto necesita detectar y determinar el pensamiento que debe juzgar o, lo que es lo mismo, saber cuál debe ser el contenido de su juicio. Además de esto debe saber cuál es la actitud que tiene hacia ese pensamiento o contenido, pues múltiples actitudes, como las derivadas del deseo, la duda o la negación, lo empañan o modifican. Este requisito remite a la epojé de la fenomenología de Husserl en el sentido de que el sujeto necesita conocer y marginar o poner entre paréntesis sus opiniones y consideraciones sobre el hecho que pondera para lograr un juicio más certero.

Ted Parent
El filósofo Ted Parent, autor del libro sobre autorreflexión para una mente opaca.

En el terreno específicamente cognoscitivo parece haber dos modelos de la autoconciencia que opera durante la introspección y la autorreflexión: (1) la autoconciencia implica una representación de la propia mente, un desdoblamiento y realización de jerarquía superior que observa y evalúa los propios procesos mentales; (2) existe un modo de procesamiento de la información que monitorea y conduce la reflexión por ciertos cauces de acuerdo a un conjunto de reglas aprendidas y aplicadas como eficientes. La neurociencia proporciona algunos datos sobre cómo el cerebro implementa los procesos de la autorreflexión que favorecen ambos modelos. Por ejemplo, cuando los voluntarios sometidos a estudios de imágenes cerebrales (resonancia magnética o tomografía de positrones) se encuentran sin realizar tarea alguna, relajados y con los ojos cerrados, es decir, cuando se desenganchan del mundo externo y ponen atención al propio flujo de conciencia, se activa una red de zonas cerebrales llamada default mode network en inglés, y que traduzco desde hace tiempo como red basal. Se ha comprobado que dos regiones de la red basal, la corteza prefrontal medial y la corteza parietal medial, se activan específicamente cuando la persona reflexiona sobre sí misma y también forman parte del llamado “cerebro social” involucrado en la representación de otras personas y relaciones del sujeto. La primera es la región más grande de la corteza prefrontal humana, está más profusamente conectada con otras zonas y tiene mayor densidad de espinas dendríticas que su equivalente en otros primates. Estas zonas podrían constituir un nodo fundamental para recibir información y para modular las operaciones cognitivas de otras zonas, con lo cual podrían desempeñar algunas funciones de la autoconciencia operativa, tanto de la reflexiva, como de la ejecutiva.

La corteza medial prefrontal
La corteza medial prefrontal en la parte anteror del cerebro y la corteza posterior del cíngulo en la parte posterior. Estas dos regiones de la red basal del cerebro se activan durante los estados de autorreflexión en humanos (tomada de Wikimedia).

Plomo de la Antigüedad en física de partículas

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Algunos físicos de partículas, como los que buscan materia oscura, necesitan blindar sus laboratorios con plomo para evitar que rayos cósmicos afecten sus resultados. Cada vez están empleando más plomo proveniente de galeones naufragados.

Desde la antigüedad el plomo ha sido materia de intercambio comercial. Por ejemplo, los romanos de la antigüedad producían 80,000 toneladas de plomo por año; lo empleaban como moneda para construir tuberías y forrar bañeras, así como armas. Parte del intercambio comercial era por vía marina y por eso existen numerosos navíos antiguos en el fondo del mar; algunos dedicados a trasportar plomo.

lingotes de plomo romano
Estos lingotes de plomo romano se fundieron para aislar un detector de partículas en el Laboratorio Nacional del Gran Sasso en Italia (Istituto Nazionale di Fisica Nucleare, INFN).

Hoy en día los físicos de partículas diseñan laboratorios que requieren estar aislados de rayos cósmicos, y de cierto tipo de partículas de alta energía provenientes del espacio exterior, pues éstas podrían arrojar falsos positivos en sus experimentos. También requieren aislarlos de la radioactividad del medio ambiente; el interior de la Tierra está fundido debido al decaimiento radioactivo de los elementos que lo conforman.  Algunos laboratorios de partículas están enterrados en el fondo de minas para que la corteza terrestre absorba los rayos cósmicos, otros rodean sus experimentos con tanques de agua revestidos con acero, y otros emplean plomo.

No es posible explicar cómo las galaxias, conglomerados de 100,000 millones de estrellas, pueden mantenerse unidas sin invocar la presencia de materia oscura, cuya gravedad atrae a los objetos visibles; ni tampoco el andamiaje de la telaraña cósmica (otra opción es que la física clásica no tenga aplicabilidad a grandes distancias). No se han encontrado las partículas de materia oscura que conformarían el 83% de las partículas del cosmos. La materia oscura no interactúa con la radiación electromagnética, ni la absorbe, sólo la refleja sin dispersarla. Se necesitan laboratorios mejor aislados que con los que se cuentan actualmente, como el que se halla bajo los Pirineos franceses.

galaxia de plomo
La estructura a gran escala del universo se puede explicar con la existencia de materia oscura (La Simulación del Milenio o Millennium Simulation Project; su resolución permite saber cuántas galaxias se tienen de cierta masa y cómo se agrupan, y cómo y cuándo se forman los cúmulos de galaxias).

Existen numerosas minas de plomo en todo el mundo, sin embargo, éste posee isótopos radioactivos cuya vida media es de 22.6 años. Así que los lingotes de plomo que están en los galeones sumergidos, por ejemplo, los españoles de la época colonial, no emiten radiación. Además, de haber decaído radioactivamente, por estar sumergidos, los rayos cósmicos no desencadenan la producción de nuevos elementos radioactivos en sus lingotes. Los experimentos que estén rodeados con cubiertas de unos cuantos centímetros de plomo antiguo, podrían estar aislados de partículas de alta energía de manera adecuada para descubrir la materia oscura.

Por supuesto, hay quienes se oponen a emplear el plomo arqueológico para experimentos de física moderna, por el valor histórico que representa. Sin embargo, la cantidad que requiere la investigación científica es pequeña comparada con el número de lingotes y otras piezas de plomo sumergidas.

La atención deliberada, concentrada y sostenida

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La atención es una facultad básica y crucial para el funcionamiento de la mente y de la persona. A finales del siglo XIX en su clásico Principios de Psicología decía William James que todos sabemos lo que es la atención; es el tomar posesión de manera selectiva de ciertos contenidos de la conciencia para procesar la información con mayor eficacia y consecuencia, relegando a los demás eventos. Esta operación es característica de la mente, pues, mediante una selección automática, la conciencia solventa sólo una parte del enorme cúmulo de información que procesa el cerebro. Este filtro o cuello de botella muchas veces opera como consecuencia del interés y la curiosidad: la persona atiende a lo que le importa y lo hace impulsada por la novedad y la búsqueda de información. Esto sucede en buena medida de manera automática, porque ciertos estímulos del medio ambiente o del propio cuerpo adquieren relevancia y entonces son seleccionados para ser atendidos y procesados en mayor detalle. Pero en algunas instancias especiales el sujeto de manera voluntaria atiende algunos contenidos de su mente, a ciertos procesos o estímulos. Esta atención deliberada, es decir, generada por el sujeto en tanto agente, concierne centralmente a la autoconciencia y al yo que estamos explorando. Pero para comprender mejor esta faena, antes debemos bosquejar un mapa mínimo de la atención.

atencion y curiosidad
El interés, la curiosidad, la búsqueda de novedad como motivaciones para dirigir la atención.

Empecemos por mencionar que, en relación a la conducta visible, hay dos formas de atención, una manifiesta y otra encubierta. La atención es patente en las reacciones de orientación que presentan los animales no humanos y los humanos en respuesta a un estímulo intenso e inesperado, por ejemplo a un ruido fuerte y cercano. El sujeto muestra un reflejo de sobresalto que orienta su cuerpo y sus sentidos hacia la fuente del estímulo. En otras ocasiones imprevistas o extrañas, se manifiesta la emoción primaria de sorpresa en su rostro por los ojos bien abiertos, la elevación de las cejas, la apertura de la boca y otras conductas que maximizan la entrada de información y exhiben el estado de atención. Muchas de las reacciones cotidanas son de este tipo.

En cambio, la atención encubierta no se muestra en la conducta. Un ejemplo patente es el llamado “efecto fiesta de coctel” que ocurre cuando una persona se encuentra platicando con otra en una fiesta y atiende focalmente a la voz de su interlocutor sobre el ruido imperante, a pesar de ser más intenso que esa voz. Pero el efecto mencionado sucede cuando esta persona oye sin querer a alguien detrás suyo nombrar a alguien significativo para ella y, sin desviar la cabeza o los ojos, coloca su atención en ese discurso y lo escucha sobre el bullicio y sobre su interlocutor. Esta atención encubierta tiene dos mecanismos de operación conocidos en la investigación cognitiva como linterna y zoom, dos metáforas para significar que el sujeto puede colocar su atención como si fuera una linterna para iluminar un sector de su experiencia sin necesidad de movimientos externos. El zoom se refiere a que puede ampliar o reducir el campo de la atención sobre un sector determinado o ampliarlo a varios.

Atencion explicita
Atención explícita o manifiesta en la conducta (foto tomada en el Metropolitan Museum de Nueva York por el autor).

Propongo un ejercicio demostrativo. La lectora de este texto debe fijar sus ojos sobre este asterisco * y, sin desviar su mirada, atender a objetos que se encuentran fuera de esta página en su campo visual pero que no ha percibido previamente para focalizarse en la lectura. Además, una vez localizados esos objetos fuera del foco de su mirada, puede focalizar sobre uno en particular. Inténtelo ahora por unos segundos. Recordemos otro breve ejercicio que ya ensayamos previamente. El lector puede, sin necesidad de mover sus ojos o su cuerpo percibir las sensaciones provenientes de su pie derecho. Inténtelo ahora con los ojos cerrados. Esa información sensorial ya estaba en el cerebro pero no había sido atendida conscientemente. Uno de los requisitos que debe cumplir cualquier hipótesis de la conciencia es explicar cómo sucede esto. Por ejemplo, se puede proponer que, para llegar a ser consciente, la información sensorial pasa de ser procesada en un módulo cerebral, como puede ser en este caso el homúnculo sensorial situado en la corteza parietal, a ser gestionada entre diversos módulos.

Se denomina atención exógena a la que está dirigida por el estímulo o está acoplada a este en un mecanismo que se concibe “de abajo arriba”, es decir, que asciende de la perifieria sensorial del cuerpo hacia el centro operativo constituido por el cerebro. Es una atención centrípeta, rápida, automática, pasiva y guiada por el estímulo. En cambio, se llama atención endógena a la que está dirigida por el agente o por la cognición en un mecanismo descendente “de arriba hacia abajo” desde el cerebro hacia el resto del cuerpo. Es una atención centrífuga, lenta, consciente, controlada, activa y asociada a un procesamiento de información deliberado y estratégico. En el lenguaje habitual se distinguen los dos tipos: en el caso de la atención exógena, se usan los verbos atraer, captar o llamar la atención; en el caso de la atención endógena se aplican los verbos conceder, dedicar, dirigir, poner o prestar atención. Más aún: se usa el verbo oir para percibir un sonido y el verbo escuchar para el acto de aplicar voluntariamente el oído, o bien, ver para percibir luces o formas y mirar para la colocación de la mirada.

atencion endogena
La atención endógena está dirigida por el agente. Es una atención centrífuga, lenta, consciente, controlada, activa y asociada a un procesamiento de información deliberado y estratégico propio de la autoconciencia.

Subrayo que la atención endógena no está guiada por un estímulo situado en el medio ambiente o en el cuerpo, sino por la voluntad del sujeto que la coloca y enfoca donde se le antoja. Es decir: para poder ejercerse apropiadamente, esta atención implica que el sujeto supere el estado de vigilia habitual y reacción automática para acceder a un estado de autoconciencia por cuya facultad el sujeto puede realizar funciones controladas y ejecutivas. Una de ellas implica la habilidad para enfocar y discriminar algo, como sucedió hace un momento cuando la atención se enfocó sobre objetos fuera del centro de la mirada o hacia la sensación propioceptiva del pie. Esta capacidad se denomina concentración, la fijación de la atención en un ítem con exclusión de los demás y puede llegar a ser sostenida cuando la concentración se mantiene por periodos largos de tiempo, ya pasado el efecto inicial y a pesar de una motivación que escasea. Veremos pronto que las técnicas budistas de meditación usan y cultivan esta capacidad que con el tiempo y el entrenamiento desemboca en una absorción mental, la estabilización embebida de una atención penetrante en el objeto hasta llegar al samadhi, el rapto o embeleso de la absorción. En su Compendio de Psicología William James dice:

Y es en esta capacidad de sujetar la atención errante, una y muchas veces, donde se halla la raíz del juicio, del carácter, de la voluntad, nada es compos sui, si no la posee. La educación que perfeccione esta facultad será la educación por excelencia.

La destacada investigadora mexicana de la atención, Marisa Carrasco, ha demostrado con ingeniosas técnicas psicofísicas que cuando la atención se mueve voluntariamente en una escena manteniendo fijos los ojos, la fenomenología de la percepción cambia y se perciben en el objeto atendido de manera encubierta diferencias aparentes en contraste, saturación de color, tamaño, velocidad y otros efectos que no son ilusiones de óptica, sino diferencias verídicas que implican perceptos novedosos determinados por el estado de concentración. Dado que la atención mejora la discriminación de las características del objeto, se puede suponer que esta propiedad favorezca la percepción del mundo, del propio cuerpo y de los propios contenidos mentales, una capacidad evidentemente favorable para el concimiento y la adaptación.

marisa carrasco
Figura empleada por Marisa Carrasco para demostrar que dos círculos que difieren en 6% de contraste, lo cual es visible a simple vista, si se fija la mirada en el cuadro negro central y se pone la atención en el círculo de la izquierda parecen iguales. La atención endógena guiada deliberadamente arroja una mejor discriminación de aquello que se atiende.

El valor del celular y la tecnología en la familia

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El acelerado ritmo de la tecnología nos está llevando a perder lo poco o mucho de humanidad que llevamos dentro de nosotros. ¿Se han percatado en sus comidas de fin de semana en algún restaurante cuando todos los miembros de una familia llevan un celular, se sientan, y siguen pegados al teléfono? Se molestan cuando el empleado que los atiende interrumpe para preguntar qué desean tomar. Contestan de mala gana y regresan al aparato, y sucede con todos invariablemente.

Si llevan a un pequeño de dos a tres años lo entretienen con un iPad, seguramente para evitar que dé lata, mientras él se comporta como lo que es, un niño, inquieto, deseoso de conocer, ver, aprender, de dar guerra, es por instinto.

Confieso que mis hijos ya casados, y con sus respectivos hijos, aplican la misma forma, el celular o el iPad. Me doy cuenta que la comunicación ya no existe, y se supone que ir a comer en “familia”, dadas las ocupaciones de todos los miembros, debería ser para convivir genuinamente y compartir cómo nos ha ido en la semana, ya sea en la escuela, el hogar, el club, el trabajo, los planes que todos tenemos y cómo los vamos a lograr, a ejecutar, etc. Es muy lamentable que nada de esto surja.

¿Acaso los niños que no tienen para un celular o un iPad, viven infelices?, ¿cómo es su vida?, ¿realmente ellos sí pueden convivir con su familia?, ¿disfrutan el tiempo juntos? No dudo que en su casa tengan una TV y que, como la mayoría de las personas, vean películas, noticias, programas o series, pero estoy seguro de que su convivencia es mejor porque se da en conjunto y todos participan de la misma.

Si pasamos a otros casos relacionados con el confort y el menor esfuerzo, sólo pensemos cuando nos invitan a una comida cualquiera, y de acabarse el hielo o los refrescos, teniendo cercana una tienda de conveniencia a 100 metros, siempre predomina la preferencia de ir en coche en lugar de caminar un poco. Hay familias, en otras circunstancias (y no sólo económicas), que caminan más para ir por cualquier cosa que haga falta sin la necesidad de sacar el auto.

tecnologia y celulares.
Ilustración: Medium

También cuando se trata de las tareas escolares, el panorama es distinto en familias que cuentan con recursos, en donde hay computadoras óptimas, una buena red de Internet, impresoras, y en general, la mejor tecnología disponible para el cumplimiento de las labores de la escuela sin salir de casa. Pero, en contraparte, ¿qué pasa con las familias de pocos recursos?, ¿tendrán computadora?, ¿Internet?, ¿impresora?, desde luego que no, y si hay dinero tendrán que acudir a un cibercafé –con mucha prisa para que no se les acabe el tiempo comprado de Internet, sacar la mayor información posible, y si les sobra, pedir que le impriman la información y cumplir con la labor escolar para el día siguiente–. Claro que también están las zonas de WiFi que ha instalado el gobierno (aunque no seguras, las hay), pero faltaría solucionar el tema de imprimir.

¿A qué voy con todo esto?, recordemos el tema toral de esta columna “desigualdad”, ¿se dan cuenta del abismo que sufre la mayoría de los niños en nuestro país?, ¿cómo podemos pedir mejor educación para nuestros hijos cuando existe esa brecha enorme de clases sociales?

Si bien es cierto, un sector de los industriales con buenas o regulares intenciones donan equipos de computo a las escuelas (sí, algunos dirán que lo hacen para no pagar impuestos, pero ¿por qué ver lo negativo todo el tiempo y no lo positivo?, están dando herramientas a los niños para evitar que esa “brecha” sea más grande cada día).

Les pregunto ahora, ¿puede realmente haber competencia entre un estudiante con la última tecnología existente a su alcance, y la de otro niño que no tiene idea ni siquiera de cómo prender una computadora?, ¿estar ajeno a las noticias no sólo tecnológicas, sino ambientales, industriales, alimenticias, etc.? Es obvio que no, luego entonces, ¿qué hacer? Desde mi opinión, promover que las empresas importantes donen (con o sin impuestos) equipos, tecnología a las escuelas, ya que está visto que el gobierno no lo hará, y si lo hacen, será porque en esas escuelas asisten conocidos, hijos de empleados del mismo gobierno, secretarias o compadres; si no se han dado cuenta, el sistema no ha cambiado y ni cambiará.

Para muestra del año que termina, si bien es cierto que existían muchas asociaciones “rémoras” que vivían del presupuesto sin hacer absolutamente nada, no todas eran iguales. Por eso se cortó de manera tajante con todas, aunque creo que se pudo haber hecho algo mejor, como realmente investigar las instituciones que eran productivas, separarlas de las deficientes, y quitarles los impulsos, desapareciendo todos los vicios. Lo que ha pasado es una pequeña muestra de que falta personal preparado, instruido, con “sentido común”; no todo estaba corrompido, ¿qué se hizo con la gran cantidad de dinero que supuestamente se ahorró?, ¿dónde está?, ¿por qué no hacer lo mismo con los partidos políticos?, reducir el número de integrantes en la Cámara de Diputados (¿la mayoría trabaja?), del Senado. Si vamos a hacer una limpia, que sea “completa” y veamos si hay voluntad política para llegar hasta allá.

brecha digital
Imagen: ULCM.

De la bandera de principio de año gubernamental, el “huachicol”, ¿quiénes han caído?, ¿cuánto dinero se ha incautado?, los líderes, ¿ya se les comprobó algo?, hay miles de carpetas de investigación, cierto, pero ¿se está investigando en realidad? O, una vez más, ¿es atole con el dedo?

Se le pregunta al Ejecutivo en sus mañaneras sobre este tema, pero la respuesta va a Saturno, pasa por Mercurio, se detiene –el clásico impasse– pero no responde nada de lo que se le cuestionó… así, nadie puede.

Como mencionaba al principio, teniendo un cierto camino recorrido con sus altas y bajas –cómo todos los que trabajamos–, sugería que en las próximas reuniones propias de la bella época decembrina, hicieran el ejercicio de que a la hora de recibir a sus invitados en una reunión familiar, pusieran una cesta, y de la manera más amorosa y cortés pedir a todos que pongan sus equipos celulares dentro de la misma y se dediquen a volver a hacer lo que se acostumbraba antes de la llegada de los mismos. Les aseguro que, aunque al principio algunos se molesten, al final de la velada agradecerán que se les haya inducido amorosamente a convivir con lo más importante que hay para el ser humano, “la familia”, “la amistad”, recuerden que ninguna de éstas se compra, se podrá fingir, cierto, pero ésa se delata o reconoce muy fácilmente.

Sólo me queda agradecer sus comentarios, sugerencias y desearles que tengan unas festividades llenas de amor, y que el 2020 les traiga principalmente salud y, de ser posible, bienestar.

Si gustan, nos seguimos leyendo.

Metacognición: pensar sobre el pensar o aprender a pensar

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Metacognición es un término propuesto a finales de los años 70 para indicar el conocimiento que un sujeto tiene de sus propios procesos mentales, idea a veces simplificada como el pensar sobre el pensar. Esta noción involucra una representación mental de la propia representación mental, de allí la aplicación del prefijo meta. Los propugnadores originarios consideraron a esta capacidad una forma de atribución que el sujeto hace sobre sus propias operaciones mentales, pues consistiría en leer y evaluar la propia mente, en especial los procesos psíquicos involucrados en el conocimiento; de tener conocimiento sobre el propio conocimiento.

metacognicion
Figura sobre la metacognición tomada de la página Neuroclass.

Con el tiempo la metacognición se consideró más concretamente una forma de auto-observación y auto-evaluación que opera en especial durante el aprendizaje, el desempeño de tareas y el uso de estrategias. Las operaciones metacognitivas implicarían el monitoreo de la planeación, la comprensión del aprendizaje y el uso de conocimientos prácticos. En este sentido, la metacognición consiste en un tipo de auto-evaluación que posibilita al agente para predecir acertadamente sus tareas cognitivas, por ejemplo, cómo resolver un problema o cómo recordar los datos que almacena en la memoria para emplearlos en una situación particular. Estas tareas implican capacidades para evaluar la validez de lo que el sujeto recuerda, razona, discierne o define, lo cual no sólo involucra razonamientos lógicos y prácticos, sino creencias, sentimientos y otras facultades mentales. El tema ha cobrado mucha actualidad en diversas aproximaciones pedagógicas y de aprendizaje.

pedagogia y metacognicion
La metacognición constituye un tema relevante en la pedagogía porque se aplica en estrategias de aprendizaje; en aprender y enseñar a aprender.

Esta forma de metacognición se logró estimar mediante pruebas psicológicas que miden la precisión en el rendimiento de ciertas tareas y el grado en el que el sujeto está consciente de su éxito o fracaso. De esta manera fue posible estudiar algunos de sus fundamentos cerebrales y se encontró que la corteza prefrontal lateral es crítica en la precisión de juicios de retrospectiva del desempeño, y la corteza prefrontal medial está involucrada en juicios prospectivos. Estas regiones interactúan con el cíngulo y la corteza de la ínsula para organizar juicios del desempeño. Vemos así que el mecanismo central de la metacognición parece ser la evaluación de los propios mecanismos mentales, en especial de los procesos cognitivos que involucran al conocimiento y al conocer. En este caso es importante establecer si la autoevaluación requiere que el sujeto tenga una representación de los procesos que evalúa o bien, se trate de una operación más directa sobre algún tipo de información.

Joëlle Proust, profesora de la Escuela Normal Superior de París, es una autoridad sobre la metacognición y la autoconciencia como propiedades fundamentales de las personas en tanto constituyen agentes cognitivos. En efecto, la doctrina evaluativa que defiende requiere que la metacognición se origine como una función ejecutiva, es decir, que implique una decisión activa por parte del agente para evaluar sus procesos mentales. En este sentido, propone específicamentre que un agente cognitivo debe ser capaz de realizar dos operaciones metacognitivas: (1) el agente evalúa prospectivamente o de antemano si la tarea que enfrenta es o no soluble de acuerdo a sus conocimientos, a las herramientas con las que cuenta y a las circunstancias de espacio y tiempo en las que se encuentra, y (2) el agente evalúa retrospectivamente el éxito o fracaso de las acciones que emprendió y aplicó, lo cual le permite moldear con mayor eficiencia las que requiera utilizar en el futuro.

Joelle Proust
Portada del libro La filosofía de la metacognición. Agencia mental y autoconciencia, de la filósofa francesa Joëlle Proust (2014). A la derecha, la autora.

Con base en evidencias sobre conducta y cognición en animales, sobre el desarrollo de la cognición en infantes humanos y sobre datos de las neurociencias, Proust asienta que los agentes cognitivos pueden perseguir objetivos de conocimiento e información y monitorearlos sin tener una representación de ellos de alto orden, y define a esta forma de actividad mental como procedural metacognition, una metacognición basada en procedimientos. Podemos traducir esta idea como metacognición procesal porque dependería de una actividad o de un proceso en marcha y no del desdoblamiento de una representación. Esto quiere decir que el sujeto juzga si las posibilidades con las que cuenta para atacar un problema y resolver una tarea son verdaderas y eficaces. La identificación de las posibilidades y condiciones necesarias para obtener una meta implica el reconocer los mecanismos para controlar las acciones tanto mentales como motoras. De esta manera Joëlle Proust considera que existen normas epistémicas de alto orden para guiar las decisiones para aplicar el conocimiento y así justifica la metacognición de procedimientos o procesal.

Las personas toman decisiones sobre cómo tener certeza sobre sus propios juicios. Es una forma de calibración metacognitiva que implica tanto operaciones internas del agente como evaluaciones de la situación y circunstancias externas. Tales certezas se convierten en estrategias y son éstas las que disparan ciertas acciones. El sujeto puede decidir si usar la certeza y la estrategia o no de acuerdo a las circunstancias, lo cual involucra el ejercicio de facultades tanto operativas como morales. Comento un ejemplo que ofrece la propia autora. Supongamos que una persona no encuentra la lista de compras al llegar al mercado e intenta aplicar los medios cognitivos necesarios para recordarla en el tiempo presente, pues quiere satisfacer ciertas necesidades hogareñas. La persona emplea normas de precisión, verosimilitud y coherencia que ya están incorporadas en su forma de pensar y de resolver problemas, normas que son metacognitivas pues ya están figuradas en el procedimiento que emplea. En último término, este tipo de cognición depende de un sistema cognitivo fluido destinado a detectar posibilidades epistémicas y cuyo objetivo es constituir guías y normas para la acción eficiente, es una propiedad de la inteligencia dinámica sometida al aprendizaje.

maria ranaten
Esta fotografía de María Rantanen, tomada en 2011, se titula “Metacognition” posiblemente para sugerir la capacidad de la cognición humana para desdoblarse sobre sí misma.

El sujeto adquiere certezas y juicios sobre sus propios procesos mentales y los establece como verdaderos o eficientes en diversos grados, muchas veces de maneras que no son conceptuales, es decir, que no se basan en razonamientos verbales. Los agentes cognitivos pueden equivocarse tanto en la construcción de estas normas como en su aplicación, y este reconocimiento forma parte de la capacidad para resolver múltiples requisitos de la vida diaria y también para tomar decisiones trascendentales. El tener conciencia de haber actuado mentalmente, de haber realizado tales o cuales operaciones cognitivas, posibilita al agente para juzgar sus estrategias y con ello para llegar a tener creencias válidas sobre su agencia mental, lo cual es parte esencial de la metacognición.

Es verosímil plantear que estas estrategias y creencias formen parte de la identidad del sujeto porque las valora como posesiones o caracterísitcas propias y así la metacognición procesal constituye una herramienta de la autoconciencia y un rasgo de individualidad. La metacognición es uno de los sistemas o capacidades propias de la autoconciencia en el sentido de que la autoevaluación es un proceso recursivo o reflexivo. Es posible que el aparato mental humano tenga tanto la capacidad para representar los propios procesos mentales, para pensar sobre el pensar, como también la capacidad de desarrollar esquemas para la aplicación del conocimiento, para aprender a pensar como una destreza de la inteligencia fluida.