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El yo convertido: cerebro lavado, dogma infligido

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La frase “lavado de cerebro” se ha vuelto de uso común porque parece no sólo posible sino habitual que las personas incautas sean persuadidas o incluso obligadas a aceptar una falsa realidad. Así, cuando alguien mantiene una opinión distinta de la propia, se aventuran explicaciones condescendientes del tipo: “ya te lavaron el cerebro en la universidad”. Ahora bien, la expresión tiene una referencia más precisa y grave porque implica una persuasión coercitiva entre un agente manipulador y una víctima de su voluntad. Se trata de una relación perversa de poder protagonizada por quien intenta controlar el pensamiento, la voluntad y la conducta de otro mediante una manipulación de sus creencias y la eventual convicción de este último de una realidad o una creencia que no tenía, lo cual implica cambios en su identidad (Martínez García, 2013).

Las técnicas utilizadas en la persuasión coercitiva incluyen imposiciones sobre la privacidad personal que repercuten en los procesos cognitivo-afectivos y eventualmente sobre la identidad de una víctima que se halla en una situación de impotencia y dependencia. El control de la comunicación, de la conducta y de las rutinas cotidianas va determinando una percepción cada vez más acotada y deformada de la realidad. La severa desigualdad del poder, la restricción de la libertad y la imposición de la voluntad ajena determinan una progresiva adherencia a los mandatos y a la ideología de la parte dominante. El éxito del intento se plasma cuando la víctima realiza una confesión que manifiesta su convencimiento.

El candidato de Manchuria
Escena de la película “El candidato de Manchuria” (John Frankenheimer, 1962) donde un grupo de prisioneros de guerra sufren de “lavado de cerebro.” Aquí aparecen en actitudes de apatía ante el discurso de su captor.

Esta relación asimétrica y sus consecuencias cognitivas puede darse en diversas formas que fluctúan desde la sugestión de la propaganda, la persuasión impositiva en parejas o familias autoritarias, hasta llegar a las más graves en el cautiverio y formas de tortura en regímenes totalitarios y situaciones de guerra. La expresión “lavado de cerebro” se popularizó en la Guerra de Corea en referencia al tratamiento que se imponía a los prisioneros norteamericanos para impedir su organización y que en ocasiones resultó en la convicción comunista de las víctimas. Se documentó que varios prisioneros, una vez liberados y de regreso a su país, siguieron persuadidos de la ideología de quienes habían sido sus enemigos y captores. Éste es tema de la película El candidato de Manchuria (John Frankenheimer, 1962) realizada durante la paranoia anticomunista de la Guerra Fría. Otros relatos más creíbles e independientes documentan que el fenómeno de la imposición coercitiva es real y poderoso. La película La Confesión (Costa Gavras, 1970) sobre el juicio de Praga a supuestos disidentes en la década de los años 50, retrata las técnicas para persuadir a los prisioneros de que eran traidores a la ideología socialista, y merecedores de un justo castigo, que podía llegar a la pena de muerte.

confesion lavado de cerebro
Cartel de la película “La confesión” de Costa Gavras que trata sobre los juicios de Praga a supuestos disidentes sometidos a “lavado de cerebro” (fotografía tomada de Amazon).

El síndrome de Estocolmo y la adhesión a una secta son dos fenómenos vinculados al lavado de cerebro que revisten modalidades diferentes porque no necesariamente ocurre una manipulación mediante técnicas coercitivas, sino una convicción creciente cuando los sujetos se encuentran en condiciones de indefensión o desaliento. El síndrome de Estocolmo es un concepto utilizado desde 1973 para señalar una vinculación afectiva paradójica de parte de ciertos rehenes hacia sus captores. A pesar de que los rehenes suelen estar convencidos de que no tienen posibilidades de escapar y que su vida corre peligro, al convivir con sus captores llegan a conocer sus motivaciones, a entender la lógica que los llevó al secuestro y a justificar su propia condición de cautiverio. Aunque se ha vuelto muy difundido, el fenómeno es infrecuente, pues pocas víctimas de asedio, secuestro o abducción lo desarrollan. Al examinar las condiciones que conducen a esta respuesta paradójica hay que considerar los factores individuales de historia, carácter y personalidad, pero también ciertas operaciones de estímulo-respuesta y un posible rol de conductas sociales de raíces ancestrales. En referencia al comportamiento animal, hay dos fenómenos que parecen relevantes: las respuestas afiliativas de los receptores de conductas agresivas hacia sus agresores observadas en primates y la conducta denominada de “impotencia aprendida” descrita en animales de laboratorio cuando no tienen posibilidades de escapar de un castigo.

Patricia Hearst
Patricia Hearst, nieta de William Randolph Hearst, el magnate de la prensa en el que se inspiró Orson Wells para realizar “Ciudadano Kane”, fue secuestrada por el grupo terrorista Ejército Simbiótico de Liberación; se unió a ellos y es uno de los casos más conocidos de “síndrome de Estocolmo” (fotografía tomada de Confilegal).

Otro de los fenómenos que muestra la capacidad de manipulación y persuasión de los seres humanos es el de las sectas religiosas o grupos terroristas que atraen a ciertas personas y las convierten en adeptos a credos dogmáticos que instalan en ellos una convicción intensa de validez y redención. La conversión es a veces tan radical que los sujetos enganchados abandonan su vida previa, sus posesiones y sus objetivos y adoptan una vida totalmente diferente a la que tenían o buscaban previamente. En estos casos, es patente una proclividad individual y circunstancial que encuentra cauce y objetivo en el entorno grupal o tribal de una figura carismática, como un gurú espiritual o un guía político. El fenómeno de adhesión fanática a sectas indujo en la década de los 80 la práctica de diversos métodos de “desprogramación” con la idea de establecer una intervención eficiente sobre la persona fanatizada, para liberarla de su alianza con la ideología, el líder carismático y la forma de vida sectaria. Curiosamente, muchas de las técnicas empleadas se basaron en una persuasión coercitiva, incluyendo el secuestro, el control de la conducta y formas diversas de violencia. La película Holy Smoke de Jane Campion (1999) trata este tema en una extraña mezcla entre drama y sátira.

lavado cerebro secta religiosa
Cartel de la película “Holy Smoke” (Campion, 1997) sobre la desprogramación de una víctima de adhesión fanática a una secta religiosa.

En todos estos fenómenos intervienen dogmas en su forma de ideologías acabadas e irrefutables que auspician el dogmatismo: la convicción intransigente, maniquea e intolerante que cumple un papel fundamental para quien la adopta. Es posible que la necesidad de pertenencia del individuo al grupo social se manifieste en la necesidad de compartir una cosmovisión particular y asumir las conductas grupales que se derivan de ella porque proporciona una certeza en una realidad sólida y segura, una sensación de privilegio por ser parte de un grupo de elegidos y una sensación de logro personal en reconocer una realidad accesible a unos cuantos. Establecer ligas e identificaciones con grupos sociales es un hecho característico de la especie humana y se ha explicado por su ventaja adaptativa. El fenómeno sesga las actitudes de empatía y cuidado altruista hacia ciertos individuos y grupos humanos, lo cual suele redundar en conductas de reciprocidad dando al individuo una fuerte identidad y seguridad en términos políticos, raciales, étnicos o nacionales.

En “El mono desnudo”, un trabajo pionero de etología humana, el inglés Desmond Morris (1967) describió la afiliación apasionada y “fanática” con un equipo de futbol como una forma de amor tribal de hondas raíces evolutivas porque consta de dos elementos cognitivo-afectivos: un sentimiento de pertenencia simbólica ¾ (porque el “fan” no juega en el equipo) y un sentimiento de rivalidad con los otros equipos. En estudios de imágenes cerebrales se ha encontrado que, en presencia de escenas de triunfo de su equipo comparadas con escenas de triunfo de equipos rivales, se recluta una intensa actividad de la red de recompensa del cerebro, en especial de la amígdala y zonas de producción de dopamina (Duarte et al., 2017).

Es posible que esta tendencia tribal sea uno de los factores neuropsicológicos que intervienen en el fenómeno de conversión impuesta en el lavado de cerebro, en el síndrome de Estocolmo o en la adherencia a sectas y cultos porque, en situaciones de deprivación o desafiliación, las personas requieren una identificación grupal como salvoconducto para sobrevivir. Dado que hay una renuncia o una reorientación tan profunda y radical, se requiere postular un mecanismo ancestral y elemental para explicar el cambio de identidad y comportamiento que se pone en operación por técnicas coercitivas de corte conductista. Existen diferencias de susceptibilidad en la adopción de estas conversiones y mutaciones. Tradicionalmente se valora el carácter y la convicción de quienes resisten la manipulación o la tortura y demuestran fortaleza de convicción e identidad.


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Llamada de auxilio

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Con una suma de 8mil 661 defunciones por coronavirus, personal del sector de salud del estado de Nuevo León acudieron al Palacio de Gobierno de Monterrey para exigir que sean tomados en cuenta primero y se les aplique la vacuna contra el Covid-19.

Y no entendemos

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Mientras el gobierno capitalino apretó a los comercios establecidos (como fue el caso de los restaurantes) con cierres totales y parciales durante la aplicación del semáforo epidemiológico color rojo, desde el pasado 19 de diciembre y hasta la fecha, en las calles el comercio informal ha resultado ser un gran ganador, pero se han descuidado muchos riesgos.

El pasado mes de enero fue el más crítico para México desde el inicio de la pandemia, el 28 de febrero de 2020, donde se registraron 32 mil 729 decesos por el COVID-19 y con 438 mil 166 contagios. Pero qué pasaba en las calles de la Ciudad de México mientras la mayoría de giros comerciales formales enfrentaban los severos impactos económicos por las restricciones de operación. Los restauranteros protestaron, hubo mítines y marchas, pues ya arrastraban la crisis económica que les dejó el semáforo rojo entre abril y junio pasados.

Al respecto, comentaré un escenario que llama mucho la atención por el gran descuido que prevalece y en donde la ausencia de las autoridades es notoria a costa de la salud de miles de personas.

Durante un simple ejercicio de observación realizado por este columnista, en las calles de las alcaldías de la Cuauhtémoc, Coyoacán y Tlalpan, pude detectar que ningún puesto callejero de comida (un total de 60) cuenta con el mínimo de los protocolos de sanidad.

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Imagen: APNews.

En los puestos de tacos y tortas pude constatar que ninguno contaba con una botella de gel, ni se respetaba la distancia de 1.5 metros entre clientes y mucho menos tenían un termómetro digital en forma de pistola. 

Las superficies en que los clientes degustaban sus tacos era “limpiada” por trapos secos sucios, los recipientes de salsas abiertos estaban expuestos a recibir los aerosoles (gotitas de saliva o respiratorias) de los comensales, pues la distancia era menor a 20 centímetros de distancia y con frecuencia los clientes platicaban y reían, mientras comían.
Observé cómo algunas personas se bajaban al cuello el cubrebocas tocando la superficie de los mismos sin aplicarse ningún gel (que ellos mismo pudieran traer). 

Esas mismas manos que habían tocado el protector por sus lados externo e interno, eran las mismas que tomaban la única cuchara de las salsas, las mismas que agarraban los platos de plástico que, por cierto cuando terminaban sólo se les retira el papel que sirvió de cama para el taco o la torta, y se les limpia con el mismo trapo sucio.

Muchos clientes mientras comían revisaban su teléfono móvil (sin limpiarlo) y volvían a tomar la cuchara de la salsa colectiva o movían con sus manos el recipiente de la salsa para acercarlo.

En la mayoría de los casos comprobé que quien cobraba era el mismo que “limpiaba” superficies y platos. Nunca vi que se aseara las manos, y tanto él como quien preparaba los alimentos portaban cubrebocas muy arrugados y sucios de los resortes, que denotaban que llevan varios días con el mismo. Cuando preguntaba si tenían gel o alguna solución sanitizante, la respuesta casi siempre era similar, ‘se nos acaba de terminar’.

comida en pandemia
Imagen: El Financiero.

Si bien en el mayor de los casos los clientes llegaban con cubrebocas, también comprobé que había gente que acudía al puesto sin protector. Simplemente llegaban, comían, platicaban muy cerca de otras personas que obviamente no portaban el cubrebocas por estar degustando los alimentos. Era un verdadero baño de aerosoles, y quién sabe si alguno de ellos era asintomático al COVID-19 o estaba con los primeros síntomas.

El escenario era peor cuando sólo había un despachador, pues él hacía todo con trapos sucios, tocaba dinero, manipulaba platos “limpios” y en ocasiones con las manos se tocaban el cubrebocas.

A los encargados les preguntaba si las autoridades del Sector Salud los visitaban para darles explicaciones sobre los protocolos sanitarios que debían seguir por tratarse de venta de alimentos en plena pandemia, y su respuesta era inmediata: no.
Aún no sabemos cuántas personas se han contagiado de COVID-19 en los puestos callejeros de comida, pero todo indica que esos sitios se están convirtiendo en “bombas” de tiempo contra la salud.

Lo lamentable es que las autoridades sólo están enfocados a los giros formales, los que generan empleos y pagan impuestos y servicios.

Cuando México ha acumulado, al 2 de febrero, 2 millones 67 mil 855 contagios confirmados y 159 mil 533 decesos por COVID-19, es hora de atender lo que pasa con los puestos callejeros de comida.


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López Obrador se encuentra bien ante la COVID-19, pero no da señales de vida

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En palabras de Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, el presidente Andrés Manuel López Obrador se encuentra estable tras su contagio de COVID-19. Sin embargo, desde el anuncio sobre su reunión con el mandatario de Rusia, Vladimir Putin, el jefe del Ejecutivo en México no ha dado señales de vida. 

Durante la videoconferencia de prensa vespertina del 26 de enero, el subsecretario informó que el líder de la autollamada Cuarta Transformación, “está evolucionando bien”. Agregó que el máximo funcionario lleva dos días con síntomas leves y en su momento presentó dolor de cabeza y febrícula. Es decir, una temperatura mayor a los 37.3 y menor a los 38 grados centígrados en la toma axilar. 

De acuerdo con López-Gatell, el presidente de la República “está de buen humor” aunque reconoció que no ha hablado directamente con él. Todo lo contrario, aclaró que únicamente se puso en contacto con el equipo que lo está atendiendo. 

El encargado de la pandemia del coronavirus recordó que Jorge Alcocer Varela, titular de la Secretaría de Salud, es la cabeza de un grupo de especialistas que cuidan de López Obrador. Asimismo, comentó que debido a que está presentando una enfermedad ligera, no es recomendable que el tabasqueño utilice antibióticos. 

Cabe señalar que la jornada del martes, López-Gatell tuvo un cambio radical con relación a la postura de brindar información sobre el estado de salud del primer mandatario. Esto, sobre todo porque apenas el lunes había dicho que se respetaría “la privacidad” del ciudadano presidente y ahora advirtió que mantendrá al tanto a la población acerca del avance del padecimiento.

Entre dichos y hechos, el contagio del presidente de México ha resultado un tanto polémico a causa de diversos factores. Entre los más importantes, destacan sus múltiples intervenciones sobre el cuidado ante la COVID-19 e, incluso, la renuencia a utilizar artefactos como el cubrebocas. 

Contagio polémico de AMLO

El pasado domingo 24 de enero, López Obrador dio a conocer que resultó positivo al virus SARS-CoV-2. Aunque afirmó tener síntomas leves de la enfermedad, puso de manifiesto que comenzó con un tratamiento inmediato. 

Pese a la gravedad que pudiese representar la enfermedad COVID-19, el contagio del jefe del Ejecutivo no dejó de causar controversia, debido a la postura que a lo largo de la contingencia sanitaria, ha tenido quien ocupa Palacio Nacional

Y es que cómo olvidar todas esas veces que el primer mandatario desestimó la pandemia o advirtió que ya estaba domada. Incluso, de qué forma pasar por alto aquella mañanera cuando dio a entender que los amuletos religiosos ayudan a prevenir el SARS-CoV-2.

Resulta que durante la conferencia matutina del 18 de marzo del 2020López Obrador expresó que su “escudo protector y guardaespaldas” es el “detente”, haciendo alusión a una imagen de la religión católica. Asimismo, comentó que la honestidad y el combate a todo acto corrupto sirven como medio de protección. 

“El escudo protector es la honestidad, eso es lo que protege, el no permitir la corrupción… el detente enemigo que el corazón de Jesús está conmigo”, aseguró el funcionario hace casi un año. 

Meses después, en una gira por el estado de Chiapas, López Obrador afirmó que “no mentir, no robar no traicionar” son acciones que previenen los contagios del virus SARS-CoV-2. En este sentido, señaló que además de seguir medidas como la sana distancia, el lavado de manos o una buena alimentación, es importante “tener la conciencia tranquila”. 

“Estar bien con nuestra conciencia, no mentir, no robar, no traicionar, eso ayuda mucho para que no dé el coronavirus”, apuntó el funcionario. 

Finalmente y sumado al cúmulo de mensajes confusos hacia la población, hasta su último evento público —una gira por el estado de Nuevo León— el jefe del Ejecutivo se negó a utilizar cubrebocas. Esto, con todo y que en más de una ocasión, ha advertido que su administración gestiona por medio del ejemplo.

Justicia “pronta y expedita”

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Uno de los grandes problemas de nuestro país radica en la impartición de justicia, la que además de otros cientos de problemas, es lenta. Mis afirmaciones no son teóricas, para demostrarlo me di a la tarea de promover un juicio de amparo, respecto de diversas modificaciones a la Constitución del Estado de Nuevo León.

Para iniciar diré que el artículo 17 de nuestra Constitución Política (Nacional) establece que la impartición de justicia debe ser pronta y expedita. Esto en concordancia con el artículo 8.1 de la Convención Americana de los Derechos Humanos, donde se ordena que toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente.

En este orden de ideas, el día 12 de marzo del 2019 fue modificado el artículo primero de la Constitución del Estado de Nuevo León, dicha modificación consistió en agregar a dicho artículo, que el Estado reconocía, protegía y tutelaba el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural.

justicia pronta
Imagen: Smart MD.

En virtud de lo anterior el día 2 de abril del 2019 presenté una demanda de Amparo, argumentando entre otras cosas, que dicha modificación me causaba diversos agravios al dotar de derechos al concebido no nacido, e igualmente que la protección (constitucional), de la vida hasta su culminación por “muerte natural” vulneraba mi capacidad de autodeterminación, porque eventualmente los servicios de salud se verían obligados a prolongar innecesariamente mi vida.

Los argumentos son ciertamente mucho más extensos, pero la pretensión de este artículo no es analizar el fondo del asunto sino su forma, particularmente en lo que se refiere al derecho de todo ciudadano a una pronta y expedita impartición de justicia.

El día 3 de abril del 2019, el juez de distrito que debía analizar mi demanda de amparo, la desechó sin siquiera haber leído los argumentos que planteé en la misma. Aquí el principio de prontitud y expeditez se cumplió a carta cabal, pues sólo bastaron 24 horas para desestimar mi demanda.

Consecuentemente y dentro de los plazos que me otorga la ley, el 8 de abril del mismo 2019, presenté un recurso de queja. Dicho recurso fue admitido el 15 de abril del 2019. De nueva cuenta, podría decir que el principio de prontitud y expeditez se cumplió, ya que únicamente bastaron siete días para que el Tribunal Colegiado admitirá mi recurso.

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Imagen: Crimcheck.

Sin embargo, a partir de ese momento todo cambió y mis ilusiones se vinieron abajo. Una vez admitido el recurso de queja el 15 de abril de 2019, fue necesario que transcurriera casi un año, para que dicha autoridad superior (Tribunal Colegiado) pudiera emitir una resolución final. Efectivamente, la decisión final del tribunal colegiado fue emitida el 27 de febrero del 2020, decisión en la que se me daba la razón, pues el tribunal colegiado ordenó al juez de distrito, que admitiera mi demanda y que analizara el contenido de la misma.

Sin embargo, debieron transcurrir otros seis meses, para que el juez de distrito re-admitiera mi demanda, lo que sucedió el 5 de agosto del 2020. Al re-admitir mi demanda se ordenó que la Audiencia Constitucional (momento en el que se debe decidir sobre el fondo del asunto) fuera el 9 de septiembre del 2020.

Ahora bien, argumentando carga de trabajo, fue necesario que transcurrieran otros cuatro meses (de agosto a diciembre) para que el juzgado de distrito emitiera su fallo definitivo, el cual fue dado el 18 de diciembre del 2020.

Como se puede apreciar, fueron necesarios 20 meses (desde abril de 2019 a diciembre de 2020) para que finalmente el juez de distrito emitiera (a regañadientas) su fallo.

Cabe decir, para quienes no son abogados, que esta sentencia aún puedo recurrirla, lo que tomando como referencia los tiempos antes señalados, implicaría probablemente otro año o más para saber el resultado final.

Así de pronta y expedita puede ser nuestra justicia.


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Inmoral politizar la vacunación

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Hace unas semanas, mucho antes de que arrancara el Plan Nacional de Vacunación (PNV) en México contra la Covid, advertíamos en este espacio los riesgos de politizar esa jornada de salud con fines electorales.

Decíamos que la oposición recrudecería sus ataques al gobierno por el manejo de la pandemia y del PNV porque hoy es lo más importante para todos.

Nada nos ha afectado tanto en lo emocional, familiar y económico como la pandemia, por eso lo ideal para el Estado sería hablar con la verdad y actuar con responsabilidad. 

Ése es el camino que debería seguir el gobierno para el manejo de la pandemia y la aplicación del anhelado PNV, el más importante de nuestra historia, nacional e internacional.

Sin embargo, está haciendo todo lo contrario y, de hecho, se ha puesto a tiro de sus opositores.

Cuenta vacunas que aún no recibe, se compromete a cosas imposibles como vacunar a los adultos mayores en 60 días y, lo más grave, es que viola la ley en la operación del PNV.

politizar vacunacion
Imagen: Valero Doval.

Otro error del gobierno es tratar con frivolidad un tema de vida o muerte, al hacer perder tiempo a vacunadores, personal militar, autoridades sanitarias, en enlaces de TV vía microondas, desde las plazas donde arranca el PNV. Con dos era más que suficiente.  

La Ley General de Salud vigente establece que la estrategia para combatir las enfermedades prevenibles mediante vacunación, debe contar con la participación del Consejo Nacional de Vacunación.

Pero el gobierno prefirió poner a la cabeza de las brigadas del PNV a sus llamados “servidores de la nación”, un ejército territorial de más de 18 mil jóvenes que fueron la estructura de promoción y defensa del voto de Morena en 2018. 

Ese ejército político, altamente ideologizado, pasó a las filas de la burocracia tras la elección de julio de 2018 en la Secretaría del Bienestar. Su labor es recorrer los rincones más apartados del país, casa por casa, para invitar a la gente a nombre del presidente a inscribirse en los programas sociales del gobierno.  

Hoy, todos ellos serán responsables, sin saber nada de salud, del éxito de la estrategia de vacunación contra la Covid en México.

Se le está olvidando al gobierno que el sello de la mafia del poder y de los gobiernos neoliberales que nos saquearon y dejaron al país sumido en el atraso y la pobreza, expresados en el PRIAN, fueron la corrupción y la impunidad.   

No me quiero imaginar el escándalo que desataría en el pasado la otra oposición, hoy gobierno, si los integrantes de la brigada roja del PRI encabezan por instrucciones presidenciales  las brigadas de la vacunación contra el Covid. 

plan de vacunacion
Imagen: Unitaid.

Hay muchas otras instancias imparciales y calificadas para no sesgar ni politizar el PNV y cumplirlo con imparcialidad. Está el propio Sistema Nacional de Salud, los gobiernos estatales, la iniciativa privada, las universidades públicas y privadas, y muchas instancias más que aceptarían participar.

El actual gobierno no puede olvidar que su triunfo se dio por el hartazgo de todos los mexicanos ante la opacidad, los abusos, los saqueos, la injusticia y la discrecionalidad.

La aceptación del presidente, pese a todos los errores cometidos, sigue siendo altísima a estas alturas del gobierno. Entonces ¿qué necesidad de regresar a las viejas prácticas autoritarias? 

Los mexicanos agradecerían más la imparcialidad, la democratización, el respeto a la ley y la total despolitización de un tema tan sensible como el PNV.

Es momento de recordar que el suministro de todas las vacunas de todos los laboratorios ni siquiera garantiza todavía que se detengan los fallecimientos y los contagios.

Esto se debe a que todas las vacunas son aún emergentes y su uso se liberó por la crisis de salud  que vive el mundo, por eso hasta dentro de dos años se conocerán sus efectos colaterales, los periodos reales de inmunidad y, lo más relevante, su efectividad objetiva para detener la pandemia.

Repetir las prácticas del pasado en la operación, distribución y suministro del PNV es inmoral y podría costarle al gobierno más votos de los que supone, más desgaste a su credibilidad y, en consecuencia, le abriría la puerta a sus opositores.

Ojalá y el gobierno federal reflexione, regrese a la cordura y calcule el riesgo político, económico, de politizar la vacunación. Es inmoral lucrar políticamente con la salud.


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Desmiente Salud supuesto Código Azul para impedir atención a contagiados por Covid-19

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La falsa creencia de que la hospitalización por síntomas de COVID-19 es sinónimo de fallecimiento, lleva a que algunas personas traten de superar la enfermedad en su casa. Sin embargo, entre más pronto reciban valoración médica, más oportunidad tienen de recibir tratamiento en casa o en el hospital, aseguró el director general del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), de la Secretaría de Salud, Ruy López Ridaura.

Hizo un llamado a quienes presentan síntomas de COVID-19 y viven con diabetes, obesidad, hipertensión o alguna otra enfermedad crónica a acudir a atención médica de forma oportuna, llamar al número de emergencias 911 o a las líneas telefónicas locales de cada una de las entidades federativas.

Si en el monitoreo a distancia se detecta que la persona está en situación de gravedad, se le pide acudir de inmediato al hospital. “Se hidratan más temprano, se inicia el tratamiento con medicamentos, oxigenación o lo que requiera, y hay altas posibilidades de solución”, subrayó.

Durante la conferencia de prensa sobre COVID-19, afirmó que es totalmente falsa la existencia de algún código que limite la atención médica para pacientes de acuerdo con su gravedad.

Por el contrario, puntualizó López Ridaura, sin importar el nivel de gravedad en que llegue al hospital, a cada paciente se le da la atención que necesita para preservar su vida, como traslado a unidades hospitalarias con apoyo del Centro Regulador de Urgencias Médicas; en su caso, medicamentos, apoyo respiratorio con equipo médico u otros insumos.

Asimismo, precisó que en nuestro país se han definido esquemas alternativos de tratamiento para pacientes en estado crítico por COVID-19, que pueden sustituir medicamentos de sedación, analgesia y relajación ante limitantes de adquisición, debido a su alta demanda mundial.

El momento crítico para tener abasto suficiente de esos insumos ya se superó; no obstante, continúa la revisión de alternativas de proveeduría para contar con medicamentos suficientes para atender adecuadamente a las y los enfermos hospitalizados.

De igual forma, expertos y expertas del sector Salud revisan otras alternativas de tratamiento con base en evidencia científica, como dexametasona, oxigenación e hidratación.

El director general del Cenaprece mencionó que una de las grandes lecciones de la pandemia radica en coordinar a todo el sector Salud en el intercambio de servicios y la expansión de capacidades hospitalarias; alternativas y estrategias para efectuar egresos e ingresos hospitalarios anticipados y mayores capacidades de resolución. Esto, con el propósito de atender a todas las personas que requieren hospitalización por COVID-19.

Igualmente, fomentar la corresponsabilidad de la población para que siga las indicaciones y disminuir la movilidad en el espacio público en entidades donde hay rebrotes de casos.

López Ridaura informó sobre el avance de la vacunación contra COVID-19. Este sábado 9 de enero se aplicaron seis mil 722 vacunas. En total, 74 mil 794 personas trabajadoras de la salud han recibido la primera dosis.

Durante la conferencia de prensa, el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo Aburto, presentó la estrategia de reconversión hospitalaria en ocho entidades federativas ante el incremento de contagios por COVID-19.

Dijo que permitirá aumentar 39 por ciento la capacidad de unidades médicas para alcanzar, hacia finales de enero, seis mil 116 camas adicionales para atención de pacientes en Querétaro, Hidalgo, Puebla, Morelos, Guanajuato, Nuevo León, Jalisco y Michoacán.

El Comunicado Técnico Diario COVID-19 en México se encuentra disponible en https://coronavirus.gob.mx/.

Lo que nos toca hacer para 2021

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Primero, debemos cuidar a todos como si ya tuviéramos el virus y cuidarnos como si todos ya lo tuvieran. Con una velocidad acelerada de contagios, debido a las fiestas que no se pudieron evitar (más que a la temporada de invierno) y a una movilidad mayor por la decisión social de que las vacaciones no se perdonan, lo responsable es aislarnos lo más que podamos, mantener las medidas de higiene y la sana distancia en caso de salir.

En caso de que experimentemos síntomas, así sean leves, confinarnos de inmediato, seguir las instrucciones de un médico y contactar a las autoridades de salud, a través de los diferentes medios que están a la mano. Una realidad de esta pandemia es que muchas y muchos pacientes no se atienden a tiempo y por ello agravan su situación; en esta crisis sanitaria cada instante cuenta porque no sabemos cómo atacará este virus. 

La ventilación de todas las áreas, ya sean éstas particulares o comunales, ha probado que es condición para que no exponerse a una saturación del virus, es decir, mientras mayor cantidad entre a nuestro cuerpo, peor nos pondremos; así que no es conveniente estar en lugares cerrados, con poca circulación de aire y en grupo (el escenario de cualquier fiesta de fin de año) es la diferencia entre tener un contagio leve y uno grave.

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Imagen: Nature.

Hay que organizarnos con la familia, los vecinos, los amigos, para estar al pendiente de cualquier necesidad y caso de salud que pueda presentarse. No habrá un mejor año próximo si no asumimos la parte que nos toca y actuamos para que, como una sola sociedad, esperemos nuestro turno para la vacuna y tomemos las decisiones correctas para evitar abusos en el momento en que esté disponible. 

El debate sobre quién la recibe en primer lugar y quienes esperamos en la fila es estéril y se politiza rápidamente, dividiéndonos todavía más. Creo que es un consenso general que los trabajadores de la salud tienen preferencia, nuestros adultos mayores también, los enfermos crónicos por obvias razones y de ahí por rangos de edad. Nuestra mejor defensa en lo que llega nuestro momento es cuidarnos y cuidar a los demás, tal y como ha ocurrido antes de que tuviéramos vacunas.

Eso significa que este inédito avance de la ciencia, único en la historia de la humanidad, no es un cheque en blanco, ni permite a quien la recibe aventar el cubrebocas al cielo y enterrar el gel antibacterial. Serán de seis meses a un año, todo el 2021 prácticamente, en que debemos continuar con estas precauciones si queremos evitar más tragedias, en la forma de dolorosos fallecimientos.

Entenderlo de esa manera, traerá dos beneficios: la reducción de los casos graves y de las muertes, al tiempo de que construiremos un nuevo sentido de la responsabilidad civil, que no ha sido precisamente nuestro fuerte durante este año aciago.

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Imagen: SCMP.

Podemos sacarle mucho provecho a lo que hemos vivido en estos últimos diez meses y establecer las bases de otro tipo de mexicanos y de un país diferente y mejor. Si nos ponemos ese propósito como meta y lo conseguimos manteniendo la salud y la solidaridad un año más, creo que este sufrimiento habrá servido.

Pero si regresamos a nuestros mismos malos hábitos, pronostico que nuestra recuperación –a todos los niveles– será lenta, compleja y nos cobrará facturas que no podemos dimensionar todavía. 

Acudir al olvido sólo para superar una emergencia como ésta nos retrasará años en la tarea de edificar una sociedad más justa, equitativa, honesta consigo misma y corresponsable en cada una de sus acciones. Será, sin duda alguna, un precio muy alto a pagar en contra de las siguientes generaciones.

Porque este calendario no oficial de la pandemia indica que tendremos buenas noticias hasta el verano y no en todos los estados de la República, lo que anticipa que la Ciudad de México y el Estado de México, entre otras entidades, seguirán con muchos problemas sanitarios, mientras otras entidades regresan a una nueva realidad, pensando que es la vieja normalidad a la que estaban acostumbrados.

Esa disparidad de circunstancias generará un desequilibrio en lo económico, en lo educativo y en lo social que podría perjudicar a regiones enteras, principalmente a las de mayor concentración de población, de servicios y de comercio al menudeo, contra otras entidades que dependen de esta infraestructura económica para vender sus productos y muchos bienes de consumo.

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Imagen: BN Americans

Además, retrasará la salida de la pandemia, porque quien vive en un estado en semáforo verde puede pensar que es buena idea cruzar a uno en color naranja o rojo (ella o él están sanos) y regresar a contagiar a su comunidad que ya estaba en otra etapa. Si hoy nos hemos hartado del confinamiento, imaginen que ahora sí experimentemos esas olas de enfermos cada tres meses y cambios súbitos de semáforo por el descontrol de la enfermedad. 

En resumen, para 2021 lo que debemos hacer es preservar la salud de otros, tanto como la propia. Actuar con responsabilidad en cada decisión que tomemos, se trate de ir al supermercado o de regresar a la oficina en algún momento, y colaborar con nuestras comunidades inmediatas.

Malgastar la oportunidad de aprovechar las lecciones de esta pandemia sólo nos acercarán a una siguiente que será varias veces peor. Tratemos de evitarlo.

Mientras tanto, a la distancia y de todo corazón, que el próximo año sea de absoluta salud, de unidad y de tiempo bien aprovechado. Felicidades.


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