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Crisis globales y cambio de época

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Se viven un conjunto de turbulencias a nivel global y, desde luego, en México, que en los últimos días han empeorado profundamente la situación.

Frente al estallido de la crisis sanitaria internacional por el coronavirus, COVID-19, en la provincia de Wuhan en China y que se ha esparcido a nivel mundial con graves consecuencias económicas y sociales, se añade actualmente la abrupta caída de los precios internacionales del petróleo.

El virus del COVID-19 fue atacado por el gobierno de China, aparentemente con eficacia, al aislar a la mencionada provincia de Wuhan y restringiendo las actividades en otras regiones del país.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estado emitiendo sucesivas alertas sobre el desarrollo y la dispersión del coronavirus, que apenas hoy miércoles fue declarado oficialmente pandemia global.

Se han visto directa y profundamente afectadas, además de China, Corea del Sur, Irán e Italia. Sin embargo, los efectos y las consecuentes medidas sanitarias se dejan sentir por numerosos países en el mundo, en todas las regiones del planeta. Cada día hay más información sobre nuevos países afectados, así como acerca de fuertes medidas de prevención. En los últimos días cabe destacar la situación en España y en Estados Unidos.

pandemia y cambio de mundo
Ilustración: El roto.

La baja actividad económica en China, como consecuencia del virus COVID-19 y sus repercusiones planetarias, provocaron un claro descenso de la actividad económica en todo el mundo, dada la magnitud y la penetración de la economía China a nivel global.

Ante el decrecimiento de la demanda de petróleo, el viernes 6 de marzo, se celebró en Viena una reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), para tratar de lograr un Acuerdo que permitiera reducir la oferta para evitar un impacto mayor en el precio internacional del hidrocarburo. Frente a la negativa de Rusia de reducir su producción, Arabia Saudita anunció que mantendrá la suya de 10 millones de barriles diarios, así como descuentos para su clientes y aliados. Esto provocó el desplome de los precios del petróleo en los mercados internacionales, así como la drástica caída de las bolsas en todo el mundo y la devaluación de las monedas de numerosas economías emergentes. Se inicia así una etapa de enorme volatilidad en el precio del petróleo, pero con una tendencia general claramente a la baja.

Esta situación nos acerca a una recesión mundial, cuya posibilidad ya había sido advertida por numerosos analistas y funcionarios internacionales. Las repercusiones en México pueden ser muy delicadas.

Esta grave situación, que amenaza con afectar a todos los países del mundo, no nos debe hacer olvidar otros muy críticos problemas que afectan al presente y al futuro de la comunidad internacional, como lo señaló António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas.

La ONU y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) han presentado nuevamente la alerta del calentamiento global. La OMM presentó el 10 de marzo, el informe final sobre el estado del clima mundial en 2019, el cual confirma que los impactos del cambio climático se están incrementando.

En la presentación del informe, Guterres no le ha restado importancia al coronavirus, pero mientras que éste tendrá un impacto acotado en el tiempo, los efectos del cambio climático son constantes y por décadas. Añade que no debemos dejar de luchar contra el calentamiento y la desigualdad.

El año 2019 es el segundo con la temperatura media global más cálida desde que hay registros en 1880. Los últimos cinco años han sido los de más alta temperatura jamás registrados, al igual de lo que sucede con la última década. Además, este proceso persiste ya que enero de 2020 ha sido el “enero” más cálido que se ha registrado.

cambio climatico y COVID19
Ilustración: Juan Martín Ayerbe.

La OMM enfatiza la relación de este incremento de la temperatura con el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Se aclara que el incremento de la temperatura media es sólo uno de los indicadores del cambio climático. Otros indicadores son el continuo declive del hielo ártico, de la capa de hielo de Groenlandia y el derretimiento de los glaciares.

El Informe de la OMM también señala los eventos meteorológicos extremos como sequías e inundaciones y los impactos que están teniendo en la salud humana, la seguridad alimentaria y las migraciones, entre otros efectos.

Los incendios forestales estuvieron en 2019 por encima de la media en Siberia y Alaska, en el Amazonas y en otros países de América del Sur. En Australia se quemaron 7 millones de hectáreas.

En suma, el mundo enfrenta problemas inéditos en la historia de la humanidad. Pero también reacciones positivas. Frente a la antigua y deplorable tradición de sometimiento de la mujer, México vivió dos excepcionales jornadas con la marcha contra la violencia de género el domingo 8 de marzo, en varias ciudades del país, que en la Ciudad de México fue espectacular, así como el paro realizado por las mujeres el lunes 9 de marzo.

Vivimos un cambio de época a nivel planetario. La solución de la problemática global pasa por la articulación de nuevos equilibrios: entre el ser humano y la naturaleza; entre el corto y el largo plazo; entre la velocidad y la estabilidad; entre lo privado y lo público; entre la igualdad y los incentivos al rendimiento, y muy significativa y urgentemente entre las mujeres y los hombres.

La solución a la problemática global y la articulación de sociedades de bienestar real requieren de una verdadera, auténtica y creciente colaboración entre mujeres y hombres.


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Cómo enfrentar el coronavirus

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Nos encontramos enfrentando una epidemia (quizá pandemia) por una infección respiratoria nueva, originada por un virus que antes no había causado daño en el humano. El patógeno es un coronavirus, que no queda claro cómo se adaptó para ocasionar enfermedad en el humano, parece ser que de manera saprófita o causando poco daño en algunos animales que habitan en China; a pesar de haber realizado varios estudios e intentos en conocer el origen del virus y su salto a causar esta enfermedad en el humano, no se ha podido determinar qué lo provoca.

En la provincia de Wuhan en China, entre los últimos días de diciembre de 2019 y el inicio de enero de 2020, empezaron a presentarse casos de infección respiratoria aguda, que evolucionaban de manera diferente y se fueron haciendo más frecuentes. Después de un inicio dubitativo se estableció que efectivamente se trataba de una nueva enfermedad causada por un virus que hasta entonces no se había identificado. Se estableció un cerco sanitario, cerrando toda la provincia con unos 50 millones de habitantes; el bloqueo fue total, suspendiendo la entrada y salida de las zonas con una mayor incidencia de casa, pero además a los habitantes se les pidió que suspendieran todas sus actividades y que permanecieran en sus casas. Se limitó la actividad laboral, la escolar y, por supuesto, todas las relacionadas con el ocio y la socialización.

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Hasta el momento se han presentado alrededor de 90,000 casos con una mortalidad de cerca del 3%. La mortalidad inicial incluyó una buena parte del personal de Salud, incluido al médico que dio la primera voz de alarma ante la posibilidad de que se tratará de una nueva enfermedad; esto seguramente estuvo causado porque, cuando menos inicialmente, se atendió a los enfermos sin los cuidados debidos. Esta estrategia ha ido dando resultados y el número de casos nuevos ha disminuido, lo mismo que la mortalidad. A pesar de esta estrategia, que por muchos ha sido determinada como exagerada, el virus ha saltado a varios países, inicialmente a Corea y Japón, y después a Italia e Irán. La enfermedad no se ha extendido por otras zonas de China.

La OMS ha venido clasificando la enfermedad como epidemia grave, pero no se ha decidido a clasificarla como pandemia, por no reunir las características necesarias. A pesar del corto tiempo, mucho se ha aprendido, ahora sabemos que se contagia muy fácilmente, que su nivel de difusión es muy amplio y rápido, ahora también sabemos que muchos individuos permanecen asintomáticos, es decir, casi como portadores; que muchos, la mayoría, tienen una enfermedad sintomática no grave y que sólo un porcentaje menor tiene neumonía, insuficiencia respiratoria, y un porcentaje de alrededor de 3% de estos fallecen.

Mediante técnicas vanguardistas se han determinado las características del virus con la perspectiva de crear una vacuna, aunque esto, desde luego, no será pronto. Se han probado, en el tratamiento, diversos antivirales con resultados no demasiado alentadores, sin embargo, la cloroquina, un antipalúdico, está dando resultados alentadores. Es muy corto el tiempo transcurrido y al principio todo sucedía de manera un poco atropellada, pero se han adquirido muchos conocimientos sobre la enfermedad, seguramente no todos, y no sabemos si los suficientes para enfrentarla. Nunca se sabe todo sobre una enfermedad y no siempre lo que se sabe es suficiente.

Al virus se le ha denominado SARS-COV-2 y a la enfermedad COVID-19. Las primeras estrategias en Japón y Corea no han dado resultado y la enfermedad se ha extendido; el arribo a Italia, que no ha sido suficientemente entendida, sucedió con casos de las regiones del Véneto, la Toscana y Lombardía; provincias en las que se estableció un cerco sanitario estrecho, que no ha dado los resultados que se obtuvieron en China, expandiéndose hasta el resto de Europa y probablemente a América. Los casos de las personas contagiadas que tenemos en México, habían estado en Italia.

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Imagen: This is Italy.

A fines de la semana pasada se estableció en México la existencia de algunos casos. Hasta este momento son cinco confirmados, todos o son portadores asintomáticos o sufren síntomas leves; también se han hecho pruebas en muchos sospechosos que han resultado negativas. Por cierto, que el hecho de que en unos cuantos días se haya podido crear una prueba con una alta sensibilidad y especificidad al detectar a la mayoría de los pacientes que tienen el virus y aquellos que no lo tienen, es un logro considerable que hace una gran diferencia con otras situaciones parecidas.

Los primeros casos se han manejado de una manera probablemente desorganizada, sin embargo, la actuación individual de los grupos de atención de Salud ha podido solventar las situaciones. Hasta el momento, el SARS-CoV-2 ha provocado 94,359 casos, ocasionado 3,221 muertes. Es muy probable que, con lo que vamos sabiendo, hayan estado sucediendo muchos casos leves o bien existan muchos portadores asintomáticos.

La respuesta sanitaria y médica en diferentes países ha sido contrastante, mientras en China hubo y sigue habiendo una respuesta intensa que intenta bloquear los casos, misma que ya está sucediendo en Italia, después de haber bloqueado las zonas en donde se inició la epidemia, las medidas se han incrementado, hasta estar suspendidos espectáculos artísticos y deportivos, incluido el futbol, el que en Italia tiene una afición enorme y apasionada, tampoco hay actividades escolares.

En Alemania han ido suspendiendo diversas actividades, destacando un Congreso Turístico, probablemente el más sobresaliente de Europa; en Suiza se canceló un Museo del Automóvil, seguramente uno de los más importantes del mundo; y todo esto para evitar la concentración de personas y con ello intentar disminuir la difusión del padecimiento. Asimismo, se está pensando en suspender los Juegos Olímpicos que deben llevarse a cabo en Japón; como alternativa se ha planteado que se hagan sin asistencia de público y sólo veamos  las actividades a través de la televisión. Así también, fueron suspendidos o cancelados los grandes premios de automovilismo en China y en Corea.

Mientras esto sucede, en estos países como en España las medidas son muy discretas y, aun cuando ya se han presentado muchos fallecimientos, la situación es minimizada. En México, también los casos y sus consecuencias han sido manejados por las autoridades sanitarias de forma muy discreta, tratando de transmitir calma y serenidad. No se han establecido otras medidas aunque, al parecer, están realizando estrategias que enfrentarán la enfermedad a nivel hospitalario. En Estados Unidos la respuesta ha sido dispar, mientras unos estados lo han hecho de manera muy profesional y organizada, en otros no ha sucedido así.

Hay que destacar que el número de casos en Irán es cuantioso, si en esa zona la COVID-19 se extiende y alcanza primero a Irak y a Siria, donde está establecido un numerosísimo número de refugiados que intenta acceder a Europa a través de Grecia, y que permanece en condiciones en todo sentido paupérrimas, la COVID-19 podría extenderse catastróficamente. Menciono que, en África, en Nigeria particularmente, ya se han certificado 50 casos. Es decir, hasta ahora han sucedido en cuatro de los cinco continentes.

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Las consecuencias económicas han sido enormes, la disminución en la producción en los países afectados, las caídas en las Bolsas de Valores de prácticamente todo el mundo, han tenido repercusiones con consecuencias inmediatas y que se prevé las tendrá a mediano y largo plazo.

Es una nueva enfermedad de la que ya se saben muchas cosas, pero seguramente se ignoran más. No sabemos bien a bien cuál será su curso, tampoco cuándo podremos contar una vacuna eficiente. No sabemos sí las medidas sanitarias convencionales serán eficientes o suficientes.

Estamos seguros de que las autoridades sanitarias de nuestro país están preparadas teórica y prácticamente para enfrentar situaciones como ésta, y que nos ayudarán a superar esto que parece una enorme crisis.


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Información sobre la epidemia del coronavirus

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Por Ignacio Anaya Minjarez.

Tal parece que con el brote de un virus el pánico nuevamente comienza a asomarse. El reciente descubrimiento de un nuevo coronavirus ha puesto a todo el mundo con la mirada en China y en toda la información que gira en torno a la infección. Origen, transmisión, infectados, muertes y recuperaciones son sólo algunos de los datos que encontramos en medios de comunicación y redes sociales. Ante tanta carga informativa, hemos entrado en un estado de incertidumbre respecto a cómo enfrentar todo eso, por lo que es necesario prepararnos ante la inevitable llegada de este coronavirus al país.

Lo primero que debemos hacer es, ante todo, mantener la calma. Es importante mantenerse informado correctamente y no caer en la falsa información que circula por redes sociales. Es una realidad que surgió un nuevo brote del coronavirus, el cual es altamente contagioso y en ciertas condiciones puede ser letal. Ante esto es necesario mantenerse preparado y hacer caso a las indicaciones de los servicios de salud.

Una conciencia histórica nos permite ver que, a lo largo de nuestra historia, los humanos hemos estado expuestos a pandemias que en varios casos terminaron siendo devastadoras. Hace poco más de cien años la pandemia de gripe en 1918 causó la muerte de cerca de 50 millones de personas alrededor del mundo en un corto periodo de dos años. En el siglo XIV la peste negra acabó con aproximadamente el 60 por ciento de la población Europa. Son probablemente las dos epidemias más conocidas, pero en cada siglo ha habido un gran número de pandemias. La peculiaridad de las que han surgido a partir de la segunda mitad el siglo XX y XXI, es la atención que reciben por parte de los medios; esto no quiere decir que sea algo malo, pero con la información también surge bastante desinformación. Esto resulta peligroso, ya que a la vez puede provocar actitudes de rechazo y hostilidad hacia ciertos grupos. Ya lo hemos visto con el resurgimiento del racismo hacia la población China debido al coronavirus. No es algo nuevo; por ejemplo, durante la peste negra las comunidades judías fueron perseguidas en Europa, pues según se creía que fueron los causantes de dicha plaga.

A todo esto, es fundamental no alarmarnos frente al brote de un nuevo virus. Debemos estar bien informados y mantener una conciencia crítica frente a todo lo que recibimos en medios respecto al coronavirus. Y recordar que históricamente hemos enfrentado epidemias peores que finalmente nos hacen estar mejor preparados ante nuevos brotes.


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El coronavirus la epidemia. La desinformación la verdadera pandemia

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La primera víctima de la guerra es la verdad.
Esquilo.

El brote epidémico del nuevo coronavirus 2019-nCoV en una provincia de China, ha generado una alarma internacional de vertiginosa expansión que compite en relevancia con la atemorizante propagación del virus que se ha venido difundiendo abundantemente en medios y redes sociales, no necesariamente con veracidad y prudencia.

La detección de esta nueva amenaza a la salud nos tomó por sorpresa. La difusión del paulatino incremento de casos, primero en China y más tarde en algunos otros países produjeron reacciones inmediatas de terror ante la carencia de conocimiento sobre el nuevo germen. La velocidad de las comunicaciones inundó todo tipo de medios con información vaga o difusa, que ha contribuido a una especie de sobredimensionamiento de la real emergencia sanitaria que, sin restar importancia al tema, puede motivar la exageración y la psicosis colectiva, por desconocimiento, simple diversión de los internautas y youtubers o por intenciones específicas de desinformación.

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Imagen: Slashgear.

Las acciones inmediatas de contención de la enfermedad para evitar su expansión son evidentes: aislamiento de las zonas en que el contagio ha sido detectado, construcción de hospitales, investigación biológica a todo vapor, cancelación de vuelos y viajes, detección de potenciales transmisores, cuarentenas y otras medidas preventivas. Pero tales medidas, también han dado aliento a la manipulación informativa y a la especulación que puede conllevar efectos más nocivos que los que se pretende contener, en los ambientes, ya no sólo de la salud, sino particularmente en el político, económico y social.

La abundante difusión de rumores y noticias falsas en torno al coronavirus y los efectos que pueden tener en el ánimo de la sociedad y en los propios gobiernos a nivel global, obliga a dimensionar objetivamente la magnitud del problema y tomar medidas preventivas y activas basadas en información certera, corroborada y con orientación científica.

Con esta visión y reconociendo que “La difusión de rumores e informaciones inexactas es un fenómeno real con el que hay que lidiar desde el principio”, Sylvie Briand, directora del área de preparación para urgencias infecciosas de la Organización Mundial de la Salud, ha actualizado las cifras sobre los casos detectados, alrededor del globo hasta hace un par de días, contabilizando 20,603, de los cuales 20,471 se ubicarían en China, con el registro de 425 decesos. Un fallecimiento más se registró en Filipinas y otro en Hong Kong. En el resto del mundo, según la información de la OMS, se identificaron casos de contagio en 23 países, sin estar incluido alguno en Latinoamérica ni África.

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Imagen: Shutterstock.

Desde luego que la expansión del contagio es posible, pero los datos revelados por Briand colocan en una dimensión menos caótica la realidad de la que califica como una epidemia y no una pandemia como se ha difundido, sin pretender, desde luego, banalizar la seriedad del asunto.

Vista de este modo, parece que la real pandemia está en los medios y particularmente en las inquietas, expansivas y no pocas veces irreverentes redes sociales, a través de las cuales, eso sí, se viraliza cualquier tema, con suma velocidad y no siempre con prudencia y responsabilidad.

La mejor manera de lograr una comprensión razonable y adoptar las medidas propias para evitar que el contagio se expanda a niveles alarmantes es la información objetiva y la difusión de las recomendaciones pertinentes por parte de las entidades expertas.


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Entran en vigor cambios a leyes en materia de salud

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A partir del 1 de enero de 2020, entraron en vigor diversas reformas en materia de salud.

Lo anterior, como consecuencia de múltiples estudios y recomendaciones que organismos internacionales han emitido, los cuales arrojan como resultado que México cuenta con un sistema de salud deficiente.

Dichas modificaciones tuvieron dos objetivos principales; i) mejorar la política social en materia de salud y seguridad social, y ii) asegurar el estricto cumplimiento del derecho humano a la salud. De éstas reformas se resaltan los siguientes puntos:

  1. El Seguro Popular será sustituido por el Instituto de Salud para el Bienestar, mismo que tendrá como objetivo, en coordinación con la Secretaría de Salud, proveer y garantizar la prestación de servicios de salud.
  1. Los empaques de medicamentos dirigidos al mercado privado deberán de poderse diferenciar de los públicos. Respecto a esta nueva obligación, es posible que los costos de los medicamentos incrementen derivado de dicho requisito.
  1. Los Institutos de Salud podrán celebrar contratos y convenios con instituciones privadas, para que puedan proporcionar servicios médicos especializados cuando se estime conveniente.

En este sentido, esperamos que estos cambios y modificaciones a las normas del sector salud traigan consigo una mejora en las condiciones y calidad de los servicios médicos en México.

Este boletín fue elaborado conjuntamente por Guillermo Villaseñor Tadeo (gvillasenor@sanchezdevanny.com), José Rodolfo Pérez Argüello (jperez@sanchezdevanny.com) y Eduardo Barreira-Reynoso Monterrubio (ebreynoso@sanchezdevanny.com)

Coronavirus, latinus desastrosus

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#Coronavirus

Más de cien vidas y miles de infectados en China, así como más de cincuenta fuera de sus fronteras es, hasta ahora, el saldo que ha dejado el virus llamado “coronavirus” y que ataca principalmente a las vías respiratorias.

China, otra vez, es el epicentro de la noticia por una epidemia que ha puesto en cuarentena a millones de personas en la región de Wuhan. Poner en cuarentena a tantas personas en una época de mucha movilidad, como es el Año Nuevo chino, no debe ser nada fácil; y sólo en China, con un régimen político como el que tienen, es posible controlar a miles de personas en tan poco tiempo.

Este nuevo brote recuerda de forma preocupante al virus del SARS, que se expandió por varios países entre los años 2002-2003 y dejó más de 800 muertos a su paso.

El SARS es un tipo de coronavirus que fue contagiado de murciélagos a un gato, animales que se comen en el sur de China por ser considerado un delicatessen. Hoy, después de diecisiete años, hay quienes señalan que fue la ingesta de un murciélago lo que generó el contagio de esta nueva cepa de coronavirus al que le llaman “2019-nCoV”.

Hasta el momento, afortunadamente, en Latinoamérica no se ha presentado ningún caso, y fuera de China sólo se han detectado casos en 13 países: Japón, Vietnam, Malasia, Singapur, Corea del Sur, Tailandia, Taiwán y Nepal en Asia; Francia y Alemania en Europa; Australia en Oceanía; y, Estados Unidos y Canadá en Norteamérica. Destaco lo de Latinoamérica porque, cuando sucedió la crisis de salud por el SARS, tampoco se detectaron casos en esta zona del planeta. Asumo que es porque el latino viaja mucho menos a China. Los casos que se ven en otros países son derivados de que alguno de sus ciudadanos visitó China y se contagió. Sólo un caso en Japón, otro en Vietnam y ahora el de Alemania, corresponden a ciudadanos que no salieron de su país, pero fueron contagiados por un visitante chino.

No quiero ni pensar lo que pasaría en nuestros países, los latinos, si una epidemia de esta naturaleza naciera aquí. El título de mi artículo, con palabras inexistentes, revela el desastre que veríamos en este lado del planeta.

Puedo imaginar a Maduro diciendo que los yankees imperialistas sembraron el virus en su país para desequilibrar su régimen; a Bolsonaro en Brasil asegurando que fue una mujer la que portaba el virus y que, como en todas las crisis, ellas eran responsables del desastre; puedo también imaginar a Evo diciendo que el virus que se propagó en Bolivia fue porque lo desterraron y que por eso él necesita regresar a resolver esa enorme crisis de salud. A Fernández, en Argentina, lo imagino argumentando que la deuda que le dejó Macri hacía que fuera humanamente imposible atender la crisis de salud pública, y por eso el virus se expandía de forma desastrosa. La imaginación me invita a pensar que en Nicaragua asesinarían a los que tuvieran los primeros brotes y a todo aquel que se atreviera a portar el virus, mientras que Trump, posiblemente, aceleraría la construcción del muro para que no pasara el virus latino.

¿Y México? En este ejercicio de imaginar, creo que un brote de esta naturaleza, en estos momentos, sería como una tormenta perfecta. En una tormenta perfecta, todos los elementos naturales combinados agravan una situación. Es decir, las circunstancias se combinan para dar un resultado drásticamente adverso. Hoy estamos viendo una dura transición de un Seguro Popular a un INSABI que, hasta el momento, no ha tenido más que malos resultados; asimismo, hay un desabasto de medicamentos y hospitales que no están funcionando.

Me imagino que, si el brote de coronavirus se hubiera dado en este país, las autoridades de salud lo minimizarían, los líderes empresariales y los gobernadores aplaudirían las acciones del Gobierno Federal, el presidente diría que es producto de la corrupción y el pueblo de México exclamaría: ¡Sálvese quien pueda!


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Riesgo sanitario acecha Asia

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Autoridades sanitarias de Tailandia y de China alertas por una nueva variante de coronavirus.

Tailandia es el segundo país de Asia que detecta a una persona infectada con un nuevo coronavirus, mismo que provocó un brote de neumonía en la ciudad Wuhan, capital de la provincia de Hubei, China.

De acuerdo con las autoridades locales la infectada es una mujer, de 61 años de edad, misma que forma parte de un grupo de 12 personas encontradas en Tailandia con signos similares a los que genera el nuevo tipo de coronavirus.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que la detección de la paciente fue hecha el pasado miércoles 8 y fue hospitalizada ese mismo día, ahora se encuentra en plena recuperación.

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En China las autoridades sanitarias informaron que el pasado fin de semana “se detectaron 41 casos de infección con diagnóstico preliminar que apunta a una nueva cepa de coronavirus; dos personas ya fueron dadas de alta, siete están graves, una persona falleció y los demás pacientes están estables”.

Debido a que dentro de dos semanas se llevará a cabo el Año Nuevo chino, celebración que origina un amplio flujo de turistas provenientes del gigante asiático, las autoridades migratorias de los países vecinos de China se encuentran en alerta ante la posible propagación de la infección.

China encabeza lucha contra brote

La OMS reveló que las autoridades sanitarias chinas compartieron la secuencia genética del nuevo tipo de coronavirus con la intención de que otros países la usen y hagan diagnósticos específicos.

La entidad internacional señaló que la Comisión Nacional de Salud de China le informó que todo apunta a que el brote, de lo que en un principio se pensó era neumonía, está ligado al mercado de productos del mar de la central ciudad de Wuhan, cerrado el primer día del año.

De acuerdo a lo indagado, no ha habido casos entre los trabajadores sanitarios, ni evidencia de que haya transmisión humano a humano, pero se mantiene la vigilancia y las investigaciones epidemiológicas.

Consejos para mejorar la salud en 2020

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Entre los propósitos de año nuevo 2020 las personas deben de buscar mejorar su salud física, emocional y mental para. Estos son algunos consejos

La buena alimentación, un alto nivel de resiliencia y madurez emocional, son aspectos claves que se deben de tomar en cuenta para poder enfrentar los cambios y retos que traerá el próximo año.

Es por eso que entre los propósitos de año nuevo 2020 la salud debe ser considerada clave y fundamental y la Academia de Nutrición Dietética de Estados Unidos lanza algunas recomendaciones en el cambio de hábitos.

Libby Mills, nutrióloga de la Academia de Nutrición Dietética de Estados Unidos destaca que si entre los Propósitos de años nuevo 2020 está el mejorar la salud física, es importante realizar un pequeño cambio cada día y se empieza el día con un vaso de agua, justo al despertar antes de tomar café. Esa dosis de líquido activará tu metabolismo y tus órganos digestivos.

“Sentirás vitalidad porque el agua despeja la mente, hidrata el cuerpo y te ayuda a ir al baño a intervalos regulares”, informó la especialista.

En la noche, antes de acostarte, deja un vaso de agua junto a tu cama o sobre el buró, tapado y al día siguiente bebe todo el líquido antes de levantarte.

Tus colaciones, es decir tu refrigerio entre el desayuno y la comida y entre la comida y la cena, pueden ser nueces que es una grasa benéfica, porque proviene de una fuente vegetal saludable y ayuda a controlar el colesterol o bien amaranto que contiene proteínas y minerales

Asimismo, destacó que no recurrirá a frituras o dulces, ni chocolates aunque no tengas apetito en la mañana, quienes desayunan controlan mejor la comida y cena saludables, dijo Mills.

Destacó que desayunar alimentos que contengan proteínas, fibra y poca azúcar, como omelette de verduras, pan integral tostado con crema de cacahuate, yogur parcialmente descremado con cereal enriquecido o un sándwich de atún o queso panela.

Comer demasiado es dañino para la salud, pero comer muy poco también, pues cuando no te alimentas bien, tu metabolismo se hace lento y el organismo empieza a consumir los músculos y a retener grasa, lo que ocasionará que engordes.

Usa platos pequeños para que, aunque los llenes, tus raciones de comida sean moderadas con una menor ingesta de calorías que te producirá la sensación de estar satisfecho.

Haz sustituciones saludables: en lugar de mayonesa o crema, unta tu sándwich o comida con puré de garbanzo, contiene menos grasa, más proteínas y sabor.

En lugar de acompañar tu yogur con granola, que es alta en grasa, azúcar y sal, agrégale una cucharada de crema de cacahuate y un plátano o manzana rebanados.

La especialista, sugirió dormir de siete a ocho horas al día para mejorar los hábitos alimenticios, pues cuando la persona se siente cansada come demasiado o elige opciones poco saludables.

Además, la falta de sueño puede alterar los niveles de las hormonas que regulan el hambre y el metabolismo.

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