Friedman nació en Brooklyn, Nueva York el 31 de Julio de 1912. Estudió matemáticas y después la maestría en economía en la Universidad de Chicago, de la que se graduó en 1933. En algo que no es común hoy en día, obtuvo su doctorado por la Universidad de Columbia hasta después del fin de la guerra y después de haber trabajado en el servicio público.
El profesor Friedman, es uno de los iconos de la Universidad de Chicago, en donde trabajó de 1947 a 1977. Recibió el Premio Nobel en 1976 por su investigación en economía monetaria y análisis del consumo, aunque trabajó también temas de política pública.
Fue un importante defensor de la preservación de las libertades individuales. En este campo sus libros más famosos son Capitalismo y Libertad (1962), Libertad de Elección (1980) y la Tiranía del Statu quo (1984). Libros muy bien vendidos por cierto.
Fue un gran influyente de la política pública. En un caso cerca de nosotros, Friedman y otro grupo de economistas de la Universidad de Chicago hicieron recomendaciones económicas al gobierno de Pinochet, recomendaciones que hoy permiten a Chile ser, en mi opinión, la nación con el sistema económico más alineado hacia la prosperidad.
Friedman murió en el año 2006.
Tuve la oportunidad de asistir a una conferencia del profesor Friedman en Chicago cuando era estudiante de departamento de economía en 1996 o 1997. Lo que pasó ese día lo recuerdo bien. Todos los alumnos teníamos una gran expectación. El salón donde se llevó a cabo la conferencia estaba totalmente lleno.
Debo reconocer que lo primero que me llamó la atención fue su pequeña estatura. Según mis cálculos media aproximadamente 1.55 metros, y una excepción de los resultados de las investigadoras Anne Case y Christina Paxson de la Universidad de Princeton. Las autoras argumentan en un artículo publicado en el 2006 que la explicación de que las personas más altas tienen mayores ingresos es porque las personas más altas son más inteligentes. Un estudio que ha desatado una gran controversia.
Lo segundo que me llamó la atención del profesor Friedman fue su lucidez, simplemente era implecable, aún a la edad de 84 u 85 años. Otro aspecto que se sale de la media. Los estudios recientes de las neurociencias y de la economía indican que las capacidades cognitivas se empiezan a deteriorar digamos a partir de los años cuarenta y de forma acelerada a partir de los ochenta.
La conferencia no pudo ser diferente, habló de las libertades humanas, de las bondades del libre mercado, de lo dañino que puede ser la intervención innecesaria del Estado en la economía y por supuesto defendió, la que era una de sus banderas, los vouchers para la educación.
Las posturas eran tan liberales que mi impresión era que muchos de los asistentes no las compartían plenamente. Recuerdo inclusive que el profesor Becker trató de hacer un comentario para tratar de matizar algunas aseveraciones.
Además de los libros, los programas de televisión pueden ser vistos en YouTube, y los textos cortos que, en mi opinión, valen la pena leer son su autobiografía y el texto (Nobel lecture) que escribió con motivo del Premio Nobel, ambos disponibles en Internet.
De este último texto me quedo con la siguiente frase “el conocimiento científico positivo que permite predecir las consecuencias posibles de algunas acciones es un claro prerrequisito del juicio normativo sobre si el curso de la acción es deseable”. Si en política pública se siguiera este principio se ganaría de forma importante en bienestar social.