Alimentarnos sanamente puede ayudarnos a no resentir los efectos de la contaminación ambiental
En estos momentos en los que la contaminación nos ofrece días de severos daños en el ambiente, seguro tambien nos afecta la salud y no todo es cubrirse la nariz con pañuelos o filtros, pues el sólo acto de respirar nos puede acarrear severos daños.
La contaminación del aire daña el sistema respiratorio, evidentemente, siendo los primeros síntomas irritación en nariz y garganta; también afecta el sistema digestivo y circuatorio pues al entrar por los pulmones, la contaminación llega hasta la sangre.
Para contrarrestar estos efectos es necesario priorizar la ingesta de varios de estos alimentos.
Hojas verdes: por ser diuréticos naturales y tener una elevada cantidad de antioxidantes, son muy valiosas para depurar al cuerpo de toxinas y radicales libres del oxígeno. Entre ellas: berro, lechugas varias, espinacas. Siempre es recomendable comerlas bien desinfectadas.
Fruta fresca: la contaminación pone en riesgo el sistema digestivo, sobretodo si comemos en sitios con dudosa salubridad. Si comemos una pieza de fruta fresca recibimos, vitaminas, minerales, fibra, agua y antioxidantes, por ende, no sólo estimulamos el funcionamiento del tracto digestivo, sino que protegemos las estructuras de todo el cuerpo con sus micronutrientes esenciales.
Frutas Cítricas: la vitamina C es un excelente apoyo para fortalecer los pulmones. Prefiere una naranja fresca en lugar de un jugo procesado, para evitar los endulzantes añadidos.
Pescados y Mariscos: estos alimentos son ricos en selenio, mineral que ayuda al mejor funcionamiento de los pulmones y ayudan a una buena oxigenación de la sangre.
Cebolla: La cebolla puede estimular el movimiento intestinal y favorecer la digestión. Es rica en azufre que al combinarla con proteína, es especialmente buena para el hígado, dando lugar a una buena desintoxicación.