Existen creencias sobre lo que es ser saludable que son llevadas al extremo y más que ayudar, terminan dañando al organismo ¿Cuáles practicas tu?
Ciudad de México.- Actualmente vivimos un estilo de vida que se vuelve dicotomico, o eres sano o eres poco saludable. Generalmente se dice que una persona entra dentro de una categoría u otra dependiendo de las acciones que realice en cuanto a dieta y ejercicio -en algunas ocasiones también se habla de la salud espiritual- pero el desconocimiento de lo que es realmente es saludable y de lo que funciona particularmente para cada uno de nosotros ha hecho que las personas caigan en hábitos aparentemente saludables que en realidad no lo son:
*Comprar solo alimentos orgánicos
Y creer que todos los productos bajo esta categoría son más saludables que su versión no orgánica; ten por seguro que esa caja de cereal y las barras de granola en tu alacena contienen las mismas grasas y calorías que cualquier otra. Los alimentos orgánicos son buenos en aquellas hortalizas y frutas que sufren demasiados procesos químicos -como las fresas- e incluso las carnes -que habitualmente son tratadas con hormonas- pero en productos como huevos o aguacate no hacen mucha diferencia.
*Tomar demasiadas vitaminas y suplementos
Se ha popularizado su consumo como medio para nutrir al cuerpo y complementar la dieta, sin embargo, cualquiera puede acceder a ellos y son muy pocas las personas que realizan estudios individuales para saber qué es lo que a su cuerpo realmente le hace falta, además de que suelen ser consumidos en exceso como medio de compensar una mala alimentación.
En 2011 un estudio en el que participaron 40 mil mujeres encontró que aquellas que tomaban suplementos dietéticos a diario, especialmente hierro, tienen un riesgo de mortalidad mayor. Aunque los investigadores no consiguieron explicar las razones si señalaron que no existen estudios a largo plazo que demuestren los beneficios de tomar vitaminas, por ello aconsejan tomarlas con moderación y no saltarse las dosis diarias recomendadas por el fabricante.
*Ser demasiado limpio
¿Se puede ser demasiado pulcro? Las evidencias médicas indican que sí. Las personas que se lavan demasiado las manos, desinfectan todas las superficies, emplean demasiado jabón y muchísimo detergente, en realidad, se ponen en riesgo pues debe existir una cierta exposición a los gérmenes para mantener al sistema inmunológico sano, fuerte y preparado. Se debe buscar siempre el equilibro entre la higiene y las bacterias que forman parte de nuestro ecosistema orgánico natural, como las de la piel, tracto digestivo y saliva.
*Usar productos Light
Los alimentos light prometen una reducción de las calorías que ingieres al comerlos, sin embargo, para compensar los problemas de sabor que ocurren cuando químicamente realizan este proceso suelen añadir muchos azucares.
Estudios presentados por la Sociedad Americana de Diabetes aclaran que las personas mayores que consumían productos dietéticos o light mantenían una circunferencia abdominal cinco veces mayor que aquellos que no lo hacían. Otra prueba realizada con ratas que se alimentaban de aspartamo -un enducolorante presente en muchos productos de dieta- presentaban cifras más altas de presión arterial.
*Beber demasiada agua
Lo ideal es que bebamos nuestro peso en agua, literalmente, debemos consumir 1 litro de agua por cada 25 kilogramos y aumentar medio litro si existe sudoración en exceso por vivir en zonas calientes o practicar deportes. Aunque es sumamente importante mantener nuestro cuerpo hidratado, el exceso de agua puede provocarnos daños al riñón -debido a lo mucho que éste debe trabajar- además de correr riesgo de hiponatremia o intoxicación por agua.