La muestra que estará abierta al público a partir del 18 de septiembre en las instalaciones del Centro Cultural Tlatelolco, y la cual tendrá un costo de $300, retrata de manera fidedigna la tortuosa odisea de aventurarse a cruzar la frontera del norte del país.
Ciudad de México – Las fronteras no solo delimitan el territorio político de un país, a su vez, representan para muchos el último obstáculo que hay que cruzar para una mejor vida. En el caso de México, quien comparte miles de kilómetros de frontera con Estados Unidos, esta línea divisional se ha convertido en un gran cementerio de ciudadanos mexicanos y centroamericanos.
Los sueños de miles de hombres y mujeres de distinta edad han terminado sepultados en el desierto fronterizo. Por tal motivo, crear consciencia de la situación es parte esencial para generar un cambio. En este contexto, el cineasta mexicano Alejandro Gonzales Iñarritu, presentó la experiencia sensorial Carne y arena.
La muestra que estará abierta al público a partir del 18 de septiembre en las instalaciones del Centro Cultural Tlatelolco, y la cual tendrá un costo de $300, retrata de manera fidedigna la tortuosa odisea de aventurarse a cruzar la frontera del norte del país.
Carne y arena es una experiencia sensorial dramática; el visitante padece fríos, sed, camina entre objetos perdidos y zapatos olvidados por los migrantes quienes son obligados a quitárselos cuando son capturados por la patrulla fronteriza. En palabras de Iñarritu es el contacto con estos objetos lo que genera el vínculo con el migrante. “Ese contacto físico es el contacto con la historia de una persona”.
Esta obra sensorial fue desarrollada en conjunto con Emmanuel Lubezki a lo largo de cinco años y llega a México tras ser presentada en Cannes. Iñarritu reconoce la importancia histórica de Carne y arena, pues los constantes ataques de Donald Trump a los mexicanos y los migrantes en general hace necesario tomar partido. “Ante la retórica racista y la ignorancia, solo desde esta plataforma de historias, humanismo y tecnología es que yo puedo hablar. Esta batalla no nos la gana nadie”, dijo el cineasta mexicano.