Los rarámuris y su vida en la Sierra

Ahí, en la Sierra Madre Occidental, entre los ríos, las cañadas, flora y fauna única de la todavía Mesoamérica, se encuentran los rarámuris, los hombres de pies alados defensores de sus tradiciones y costumbres.

Ciudad de México (elsemanario.com).- Los rarámuris son habitantes de la Sierra Tarahumara y portadores de milenarias tradiciones y costumbres; su cosmovisión no tiene que ver con lo occidental a pesar de tantos intentos de traerlos por completo al pensamiento lineal heredado por las incursiones conquistadoras. Conocidos como “los hombres de los pies alados” o de los pies ligeros, por su antigua tradición de correr, entre las montañas y los caminos que sólo ellos conocen y sobreviven.

Ahí, en la Sierra Madre Occidental, entre los ríos, las cañadas, flora y fauna única de la todavía Mesoamérica, esta el hogar de la cultura que ha sabido mantener frescas sus tradiciones y costumbres.

Ellos habitan apenas un 25% del estado de Chihuahua, en una de las partes más altas de la sierra. La gran mayoría se encuentran en los municipios de Bocoyna, Urique, Guachochi, Batopilas, Carichí, Balleza, Guadalupe, Calvo y Nonoava.

¿Qué hacen en una parte tan alta? ¿Siempre han estado ahí?

La respuesta parece algo sencilla si recordamos los procesos colonizadores y lo que sucedió con gran parte de las culturas asentadas en distintos sitios del territorio que hoy conocemos como México.

Ese mismo proceso colonizador emprendido por los invasores en aquellas épocas, sobre todo por la actividad minera que los llevó a adentrarse más y más a la Sierra, además de la catequización iniciada por las misiones enviadas (franciscanos y jesuitas), causaron que los rarámuris y demás grupos indígenas se confinaran a zonas de difícil acceso, preservando así sus tradiciones y costumbres frente a las imposiciones de la corona española.

Aproximadamente, 40 mil han sido alcanzados por la religión católica y han conservado sus tradiciones y costumbres. Son llamados rarámuri­pagótuame (rarámuri bautizados).

Pero, ¿de qué tanto se “cuidaron” los ahora llamados tarahumaras?

Básicamente de que les despojaran de la historia que corre por cada milímetro de sus cuerpos y que les ha sido heredada desde siglos antes; de perder su identidad ante la plana concepción que nos “regalaron” los españoles; en aquel tiempo, claro está…

Por ejemplo, la danza es una de las representaciones simbólicas y culturales más ricas y estudiadas sobre este grupo étnico, sean las autóctonas o las que tienen una influencia colonial. La danza afianza los vínculos y las relaciones de los rarámuris; no tienen sólo un sentido ritual sino que son parte de la manera de comunicarse entre ellos y con lo que les rodea: sirve también para transmitir ideas.

Pero no sólo la danza es conformante de las maravillosas expresiones culturales del pueblo rarámuri. El cuerpo y alma, la conformación de la persona, es algo de vital importancia para su cotidianidad.

Por ejemplo, María Isabel Martínez Ramírez, en su trabajo La composición de la persona en el pensamiento rarámuri nos deja ver que para ellos, la constitución de la persona tiene que ver con el cuerpo (repokára) y el alma (alewá). Al mismo tiempo, la unión de cuerpo y alma originan la vida, que se gesta en el vientre de la madre, como lo describe María Luisa Bustillos

Cuando una mujer tiene relaciones con un hombre, el hombre penetra su pene en la parte íntima de la mujer, y lo más importante, le regala la mitad de la vida humana, como un esperma, que será el que llegue a unirse con la otra mitad que va buscando el óvulo. Estos dos al encontrase juntos adentro de la mujer, baja el Dios de la vida, Onorúame, para juntarlos aun más y soplarle el alma adentro, para que pueda formarse un ser humano. Una vez que Onorúame baja a juntar un esperma y un óvulo de la mujer, envuelto en una cobija que será la placenta”.

Esos dos componentes vinculan a los sujetos; cuerpo y alma, como la debida expresión que utilizamos cotidianamente, vinculan a los rarámuris con el orden social y el cosmos, por lo que la salud y la enfermedad así como la vida y la muerte serían explicados también desde el estado que guarde el alma en relación con el cuerpo. Al mismo tiempo, las emociones son de vital importancia para la manutención de estos componentes, o para la enfermedad y la salud/vida y muerte. Así, los rarámuris buscan el equilibrio, que es un principio fundamental en su cosmovisión, pues con él también puede tenerse una vida sana en cuanto a relaciones sociales y universales.

Imagen: Lance Fisher (Flickr)
Mujeres rarámuris/Imagen: Lance Fisher (Flickr)

La vida es la lucha por el equilibrio; del cuerpo y el alma, del pensamiento y las emociones de lo contrario, las consecuencias afectarán todos los niveles de la existencia. Algo parecido a lo que ahora usan los charlatanes motivacionales, pertenece desde hace cientos de años a ellos. Y no sólo fue la época colonial la que atentó contra ellos; el presente, fiel a su condición y al sistema sociopolítico ya conocido, sigue atentando contra sus vidas; diferentes, apreciados a veces sólo como ese símbolo de maravilla que vive en permanente atraso pero que nos demuestra lo rica que es su cultura, dentro de la fetichización de lo indígena, que si bien no reconoce plenamente los derechos expone y resalta la “raíces mexicanas”, lo propio, lo cultural, etc.

Al final, los primeros rarámuris tuvieron mucha razón de correr del blanco que acechó sus tierras en los 1500… dicen que ellos viven corriendo; que siempre ha sido así, que eso les ha dado gran resistencia y la “cultura” running desde su nacimiento. Demagogia intelectual.

Lo que sí es cierto, es la gran capacidad que tienen para recorrer grandes distancias sin zapatos deportivos; por eso han llamado la atención en el mundo, cuando salen a los grandes maratones.

Los tarahumaras también dejan la sierra para este tipo de competiciones internacionales, donde muy seguido obtienen resultados destacados. Según Jesús José Cervantes, mejor conocido como El profe Chepe, la frase que los acompaña es la de “Resistencia y gran corazón; Tarahumara en acción“.

Los rarámuris tienen el primero y segundo sitio en el Ultramaratón de Costa Rica, 2012 gracias a Silvino Cubézare y Aurelio González respectivamente. Además de los primeros dos lugares en el Ultramaratón de Los Ángeles en 1990 y el segundo y tercero de una carrera en Austria, hace 10 años.

Para el próximo 27 de septiembre, dos rarámuris correrán Ultra Taril Mount Fuji de 100 millas, ultramaratón llevado a cabo en Japón. Se trata de Silvino Cubésare y Arnulfo Quimare.

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  • Los rarámuris eran politeístas antes de la incursión española por esas tierras. Fueron llamados tarahumaras por los catequizadores jesuitas. Aún con la intervención extranjera, logran conservar costumbres, unión comunitaria y tradiciones.
  • El jesuita Joan Font fue quien, en 1608, contactó a los rarámuri, cerca de Santa Bárbaray cambió el vocablo rarámuri por el de tarahumara, que desde 1614 emplearía Jerónimo de Morata.
  • Mulaka: Pueblos Originarios, es un videojuego creado por la empresa mexicana Lienzo y contará los mitos y leyendas de los rarámuris.
  • Un documental de nombre El Dibujar del idioma, dirigido por Jairo Sifuentes, fue premiado en el Festival Ethnografilm de Francia; cuenta la historia de Baristi, en niño rarámuri que vivió en los 30’s en la Sierra Tarahumara, quien descubrió el idioma a través de raros dibujos para posteriormente aprender a leer aprendió y convertirse en un grande de la literatura indígena.
La danza afianza los vínculos y las relaciones de los rarámuris/Imagen: Manuel Chávez R (Flickr)
La danza afianza los vínculos y las relaciones de los rarámuris/Imagen: Manuel Chávez R (Flickr)
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Malaquias Leonardo Salazar Hernandez

felicito a esa gente por lo fuerte de sus raíces no para correr sino por preservar sus orígenes y su cultura y espero que algún dia cambie su situación y tengan una mejor forma de vida, que nos sirva de ejemplo para cuidar lo nuestro y no ser una sociedad imitadora de otros lugares

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