Aviación Global

Uno de los sectores que han crecido merced a un primer impulso con visión que le dio vida hace casi 15 años, es la industria aeronáutica. El sector se ha vuelto tan interesante que ya hay 260 empresas del rubro –sobre todo estadounidenses pero también francesas; canadienses y de otros países- en al menos 10 entidades federativas y durante el año pasado exportaron en total 4,500 millones de dólares, 29 % más que el año 2010.

Tal éxito, sin embargo, plantea algunos retos muy grandes para las empresas que se establecen y para las entidades que las albergan. Quizá uno de los retos más importantes es el capital humano capacitado que permita desarrollar actividades de alto valor agregado.

Por esta razón, no es cosa menor el hecho de que desde hace muchos años haya comenzado esta industria su crecimiento en México y que éste haya sido producto de una concertación de sectores: desde las grandes empresas proveedoras de la industria aeronáutica, de las armadoras de aviones y fabricantes de otros equipos de la infraestructura, hasta los gobiernos municipales, estatales, la academia, la industria nacional y los trabajadores del rubro.

La idea original, hay que darle ese reconocimiento, surgió hace varios años, en la década de los 90’s, cuando Juan Antonio Bargés era director general de Aeronáutica Civil. Pese a su interés en el tema y a que en esos años se pusieron los cimientos, fue en realidad durante su gestión en el Instituto Nacional de Competitividad donde se pudo dar el impulso definitivo a este proyecto.

Hay que decir también que los gobiernos de algunas entidades han sido más sensibles al tema que otros y que existen empresas pioneras en el tema, como es el caso de GE que desde 1999 tiene en Querétaro el Centro de Ingeniería Avanzada en Turbomáquinas (GEIQ), dirigido por Vladimiro de la Mora.

Y justamente este centro es de las organizaciones que más ha trabajado por la excelencia académica de sus empleados, puesto que dentro de la empresa global compite con otros centros en el mundo.

A la fecha, GEIQ tiene 1,400 ingenieros trabajando en sus oficinas de Querétaro, donde ya existen 3 edificios que albergan instalaciones cada día más amplias para soportar el crecimiento constante, ya que a fines de diciembre se estima que ya serán 1,500 los ingenieros.

El grupo tiene una edad promedio de 31 años, 18 % son mujeres, 20 % tienen maestría y 3 % doctorado.

Creando nuevos talentos
El Centro de Ingeniería Avanzada de GE en Querétaro empezó con una pequeña infraestructura utilizando lo que fue la empresa Turborreactores. En el marco de la iniciativa Ecoimagination de GE que fue lanzada en 2005, el Centro de Ingeniería fue apoyado por la empresa global para apoyar el desarrollo de las turbinas de aviación y de generación eléctrica.

Y si al principio se trataba de apoyar al resto de los centros de desarrollo de turbinas en el mundo desarrollando partes externas al motor, poco a poco GEIQ se fue ganando un lugar en el universo GE turbinas y ahora participa con elementos de mayor valor agregado en el desarrollo de motores.

Algunos de los motores de aviación en los que ha participado GEIQ son el  CFM56 (del cual existen 6 modelos) que es el más usado en aviones de un solo pasillo como el Boeing 737 y el Airbus 320, los “caballitos de batalla” de la aviación moderna; tambi

én, sin embargo, participan en los modelos ecológicos modernos, como el GEnx que opera el Boieng 787 Dreamliner que próximamente tendrá Aeroméxico; el CF34 que posee el Embraer 170 y 175 y el CF34-8 del CRJ 700 de Bombardier, también utilizado en la aviación regional.

No es fácil reunir el talento necesario para ir avanzando en este terreno. GE es ampliamente conocida como una empresa que apuesta al talento de su gente y en este caso no es la excepción sólo que ha sido necesario hacer un enorme esfuerzo para preparar a tantos ingenieros en una ciudad media y en un país que, si bien tiene algo de tradición aeronáutica, aún no posee la masa crítica suficiente.

Por esta razón, De la Mora ha impulsado acuerdos con diversos centros académicos, con objeto de lograr programas conjuntos de formación que permitan preparar al número suficiente de ingenieros con la calidad cada día más exigente de la industria.

Lo más reciente fue el acuerdo logrado con el Instituto Politécnico Nacional para establecer en Querétaro la maestría en ingeniería aeronáutica.

Aunque el IPN ya posee la maestría en esta disciplina en su campus Ticomán de la Ciudad de México, ésta se enfocada más en el servicio para proveer los centros de mantenimiento o MRO’s de las aerolíneas. La nueva maestría auspiciada por GE en Querétaro estará enfocada más al diseño para apoyar precisamente la expansión de las capacidades del centro.

Aunque el hecho no es nuevo ya que GEIQ tiene convenios con la UNAM y la Universidad de Querétaro para sus maestrías, éstas se hallan más enfocadas a lo mecánico y al software, respectivamente, no al diseño aeronáutico. Hay un acuerdo más con la Universidad de Guanajuato para el doctorado que cursa un miembro del grupo enfocado a estudiar la fatiga de materiales.

El convenio con el IPN promete ser todo un éxito pues en esta primera generación ya tiene  a 23 estudiantes de GE (a pesar de que está abierto a otras empresas aunque será en la siguiente generación que inicie).

Todo esto se suma la gran cantidad de cursos y planes de carrera que ofrece GEIQ a sus ingenieros y que, en el caso de los gerentes y otros mando superiores, incluye formación en la famosa Universidad de GE en los Estados Unidos.

Aunque es triste constatar que en otros rubros del sector aéreo nacional no existe la misma visión y persistencia, casos como este son un aliciente para el sector. Ojalá que esta experiencia y en general, toda la inercia que se ha creado en la industria aeronáutica nacional se mantenga en los siguientes años. Ya nos lo merecemos.

 

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