Cherán, el olvido de todos

El municipio de Cherán es un pueblo en rebeldía. Amparados por el derecho irrenunciable de proteger su propia vida, los pobladores de esta localidad han asumido, recurriendo a esquemas autóctonos de gestión comunal y autogobierno, el ejercicio legal de la violencia. Esta abdicación al Estado significa un acto de supervivencia, acentuando el fracaso del ente colectivo y desnudando la fragilidad de nuestra Soberanía Política.

La función primigenia del Estado es la de garantizar seguridad a sus ciudadanos, así como a sus propiedades. Es a partir de esa motivación original que surge la noción de un pacto fundacional, la creación de un Poder Político o Colectivo, concretizado en la conformación de una Soberanía a partir de la cesión de derechos individuales; el ejercicio de la violencia como prerrogativa exclusiva de las instituciones creadas a ese efecto; el Estado como poseedor incuestionable del monopolio de la violencia. En Cherán este pacto, de índole contractual, honrado por la Constitución, se ha roto. Se ha roto porque el Estado ahí no existe.Para hablar de Cherán primero debemos entender que su mayor bendición resulta ser también la raíz de todos sus problemas. Esta comunidad ubicada en la Meseta Purépecha de Michoacán, de tradiciones muy arraigadas y fuerte ascendencia indígena, es uno de los pocos ejidos forestales del estado que aún cuenta con árboles. Como resultado de una infame combinación de políticas públicas mal diseñadas, donde el gobierno incentivaba la tala indiscriminada de los cerros, privando la falta de previsión y en total ausencia de un enfoque sustentable que garantizara la regeneración de los recursos forestales, hoy Michoacán ha depredado más del 80% de sus bosques. Esto no sólo representa una crisis ambiental, encierra además graves consecuencias económicas y sociales toda vez que esta actividad representaba el sustento de regiones enteras.Los pobladores de Cherán entendieron que su futuro dependía del tratamiento que le dieran a sus bosques. Mientras en los otros ejidos los cacicazgos crecían al amparo del gobierno, movidos por afanes voraces que rápidamente encontraron en la política su nicho de acción, en Cherán se guardaba estricta vigilancia entre los árboles que se cortaban y los árboles que se plantaban. Esa responsabilidad, esa sabiduría, hoy los hace objeto de ataques criminales por parte de intereses muy fuertes. Grupos que buscan apoderarse de sus riquezas naturales, expoliándolos de su medio de subsistencia.

Desde un principio las autoridades han sido omisas, cuando no cómplices, del robo de madera a esta población. Cuando en la comunidad decidieron tomar acción, en total indefensión, y habiendo pedido auxilio a la fuerzas del orden en innumerables ocasiones, es que empezaron los homicidios.

Desde hace más de un año y medio en Cherán no hay autoridad formalmente constituida. Se desconoce de igual manera al gobierno estatal; un Consejo Mayor, elegido por la propia comunidad, es la encargada de gobernar. La seguridad es implementada por ellos, y bajo sus propios términos.

Esta situación, aunque obscenamente ignorada por la clase política, los medios de comunicación y la sociedad en general, es gravísima. No sólo porque los asesinatos y ataques a esta comunidad continúan, sino por la latente amenaza que esto le significa al Estado Mexicano. En un escenario como este, donde las autoridades son inexistentes, donde las demandas sociales son más que validas y donde la presencia del crimen organizado es abrumadora, las condiciones para generar un contexto de verdadera ingobernabilidad resultan idóneas.

Que el hartazgo popular y la presencia criminal de grupos altamente antisociales convivan paulatinamente, de manera constante, llegando incluso a asimilarse mutuamente, entendiéndose las dos como algo natural o irremediable, ante la inexistencia de la fuerza del Estado, puede llegar a producir la irrupción de manifestaciones ideológicas distorsionadas. La creación de un discurso falso donde se abanderen reivindicaciones sociales que en los hechos s busquen intereses de otra índole. Un ejemplo sería las FARC, en Colombia.

Actualmente Cherán representa el fracaso del Estado, la reacción de un pueblo digno ante un mal gobierno. Más la situación puede cambiar rápidamente; la ausencia del Estado produce un vacío de poder que cualquier otro actor puede suplir. Más aún con Cherán en el olvido de todos.

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