En Metepec, Estado de México, Emir Garduño era conocido y temido. Hermano de un regidor de la ciudad, viajaba siempre acompañado por escoltas armados, se paseaba como si fuera un miembro de la mafia a bordo de su lujoso Rolls Royce.
Las autoridades mexicanas necesitaron de un vídeo viral para poder poner tras las rejas a un poderoso empresario que se enfrascó en una pelea callejera y que, a la postre, resultó acusado de lavado de dinero y fraude.
Emir Garduño, mejor conocido en redes sociales como “Lord Rolls Royce”, se convirtió en un rostro conocido en 2016, cuando una persona grabó con su celular el momento en que el empresario agredió a un policía federal en compañía de sus escoltas en la calle Miguel Hidalgo, en Toluca.
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Garduño se presentaba como en poderoso empresario y manejaba un auto de lujo en el momento de esta agresión, un Rolls Royce, por el que fue bautizado de esa manera en redes sociales. La imagen del déspota y prepotente millonario dio la vuelta al país, fue detenido por agresiones, pero muy pronto salió a la luz su violento pasado.
Y es que en Metepec, Estado de México, Garduño era conocido y temido. Hermano de un regidor de la ciudad, viajaba siempre acompañado por escoltas armados, se paseaba como si fuera un miembro de la mafia a bordo de su lujoso Rolls Royce.
El 6 de junio, ante la presión pública, las autoridades detuvieron al empresario por los delitos de daño en bienes contra terceros y lesiones, aunque sobre el empresario pesaban ya otras cuatro carpetas de investigación entre ellas homicidio, operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Por este caso, Garduño acordó pagar un acuerdo reparatorio por 170 mil pesos con la víctima, Jorge Aurelio Vera Manzanares, policía federal al que golpeó junto con sus escoltas. En las otras causas en su contra, sin embargo, no tendría la misma suerte.
Esta semana fue encontrado culpable y sentenciado a 43 años y nueve meses de prisión por el delito de extorsión. En octubre de 2015, destacan las autoridades, Garduño acudió a una empresa de préstamos en efectivo, allí, exigió que se le entregaran los contratos de varios vehículos que había empeñado, de los cuales no había cubierto los refrendos correspondientes.
Amenazó entonces a uno de los empleados, dijo que le haría daño a él y a su familia, además de que lo mantuvo privado de su libertad a bordo de un automóvil como medida intimidatoria hasta obtener la documentación que pedía.
Con la resolución del Poder Judicial del Estado de México, se le ha fincado una pena de 43 años y 9 meses de prisión, una multa de mil 237 días de salario, equivalentes a 86 mil 713 pesos y una reparación de daño moral por 6 mil pesos.
Con este fallo, Garduño no podrá pagar ninguna fianza, no hay forma de evitar el encarcelamiento, por lo que deberá pagar su pena tras las rejas.