Orozco, el de “Los tres grandes“, el del Movimiento Muralista Mexicano que hablaría del México revolucionario y de la lucha de clases, estará representado en la obra literaria de Ernesto Lumbreras.
Ciudad de México (elsmanario.com).- José Clemente Orozco, el muralista de Jalisco, es sin duda uno de los grandes mexicanos del siglo XX. Sus obras son y fueron apreciadas en su tiempo, suerte que no muchos artistas tienen. Recordemos el caso de Van Gogh.
Orozco fue autodidacta y su carrera la comienza con el dibujo y con la caricatura social. Desde 1922, forma parte de Los tres grandes y del Movimiento Muralista Mexicano que hablaría del México revolucionario y de la lucha de clases, junto a Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Se va a Estados Unidos en 1927, país donde también dejaría plasmada su obra en distintos murales institucionales; regresa en 1934, para continuar con su arte, aunque, dicen, sin el fuerte componente político de Rivera y Sequeiros.
El trabajo realizado por Orozco “es una obra que no ha envejecido, sus incendios y denuncias cobran nuevos sentidos en el México actual”, dice Ernesto Lumbreras, quien presentará el libro La mano siniestra de José Clemente Orozco.
El poeta y crítico literario reúne en su obra ensayos en los que pretende examinar lo que nos dejó José Clemente Orozco. La obra girará en torno a la mano del muralista, pero no a la izquierda, pues esa la perdió en 1904 tras un accidente.
El crítico considera que “la mano humana es el arma con la que Orozco crea, destruye y transforma la realidad”, siendo una constante en sus obras.
De este modo, el autor considera la obra y la vida de Orozco como la “columna vertebral de los ensayos” pues
“alrededor de los ensayos propiamente orozquianos incorporé otros personajes que, como el muralista mexicano, también reflexionaron sobre el tema de la mano: músicos, políticos, escritores, neurólogos, magos y antropólogos”.
La obra que contiene ensayos que examinan los productos del muralista de Jalisco, se presenta el domingo 2 de agosto, en la Sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes, misma que, según el autor, se aleja de ser un “libro para especialistas de la pintura de Orozco”.
Por Alberto Cedeño.