Adquirir un auto usado es una buena estrategia financiera si no se quiere hacer un gasto mayor por uno nuevo, o no se tiene el dinero suficiente y se evita así deudas futuras.
Además, también se pueden aprovechar buenas oportunidades con carros que están en muy buen estado y que se pueden conseguir a precios muy accesibles.
En México el mercado de los autos usados ha crecido en este año impulsado por situaciones como el Hoy No Circula y según la Asociación Nacional de Comerciantes en Automóviles y Camiones Nuevos y Usados (Anca), este sector ha tenido un repunte del 10 por ciento.
Pero antes de comprar un auto usado, es necesario hacer un análisis previo de las necesidades que deseamos cubrir, el presupuesto máximo y los modelos que cumplen con estas características.
Así, la compra se puede hacer de particular a particular o con alguna agencia de autos y en este caso, “se tiene la seguridad de que los papeles estén en regla y hay opciones de crédito”, señala El Economista.
De esta manera, los puntos en donde se debe poner atención son básicamente dos: condición legal del auto y estado físico y mecánico.
Cuando hablamos de la situación legal, nos referimos a revisar todos los elementos del carro con los que debe de cumplir.
Es decir, pagos de tenencias y derechos; no adeudo de multas de tránsito, que no tenga ningún reporte de robo; que los números de series coincidan en todos los documentos y que de preferencia este a nombre de la persona que lo vende.
Esto se puede revisar en el Registro Público Vehicular (Repuve) o en los portales de finanzas de los gobiernos locales, para el caso de pagos pendientes.
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Con respecto a la parte mecánica del auto, siempre es bueno hacer una revisión visual del motor, que no tenga fugas evidentes de aceite o fluidos; que no haya mangueras rotas; objetos raros que no corresponden al modelo original o que tenga ruidos raros.
En cuanto a funcionamiento, es necesario acudir con un mecánico de confianza que haga una revisión de fondo, que evalúe el estado del auto haciendo pruebas de manejo y que determine si hay alguna falla importante que comprometa el funcionamiento del vehículo.
En cuanto al estado físico, esto se refiere a la carrocería, la pintura, que no haya rastros evidentes de choques recientes, así como el desgaste de las llantas.
Lo mismo en los interiores. Que las vestiduras estén en buen estado, que no haya rastros de quemaduras, rasgaduras o que la alfombra esté muy desgastada o sobrepuesta.
Todo esto también puede indicar la calidad de uso que ha tenido el carro y mientras más deteriorados estos elementos, menor la seguridad de compra.