Amigos queridos:
La puesta en escena es con estudiantes del CEA, la escuela de actores de Televisa. Dicho centro es motivo de polémica entre el gremio; por un lado, ser admitido aquí es el sueño de muchos, por la proyección que representa para sus carreras; pero la reputación de la institución en los círculos que se consideran culturales, no es la mejor. Tal vez por este prejuicio, mis expectativas eran bajas y en realidad me sorprendió la energía, frescura y entrega del grupo.
El director es Eric Morales, quién me parece hace una buena labor con los actores, logra perfilar once personajes con características particulares que se sostienen durante toda la obra. El espacio es reducido y parte del juego, estriba en crear un ambiente violento, pero creo que con ese pretexto, deja un trazo sumamente sucio, originando escenas encimadas, que te pierden un poco de la trama.
Es la historia de un equipo mexicano de Lacrosse, que llega a la final internacional de clubes en Hungría. Como lo indica el título, tiene lugar en el vestidor, antes y después de la contienda. Para mi gusto la adaptación se queda coja, bien podría haber sido un equipo argentino lo que no demerita la anécdota… o hubiera realizado los cambios pertinentes a nuestros nombres, colores e idiosincrasia, que aunque parecida no es igual.
El texto me parece interesante, una muestra representativa de la sociedad a través de los miembros de un equipo y su entrenador. Ciertamente es un deporte ajeno a nosotros, aunque es muy claro que se trata de una una cosa ruda, de esas que hacen ver el soccer como un mero baile con balón.
En el vestidor, disfrazada de camaradería, aflora lo peor de la naturaleza humana: los miedos; de los que brotan actitudes como el tráfico de influencias, la traición, prepotencia, trampa, homofobia, bullyng, entre otras. Todo siempre desde un punto de vista mordaz, que aunque dramático, no pierde el toque de comedía.
Logran un ambiente cargado de testosterona que te confronta con la parte animal que a veces nos domina. No estoy de acuerdo con el planteamiento del autor al focalizar dichas actitudes como propias del latino, más bien creo que son de carácter universal.
Tal vez nuestra mala fama se derive del talante con el que infringimos la norma de manera natural, en muchas ocasiones hasta sin malicia, sólo por ser más listos… como una travesura. El peligro estriba en lo cotidiano, aquello que parece no tener consecuencias en prejuicio de los demás. Empiezas por lo inocente… sólo me colé en la fila; después, pasarme un alto no parece tan terrible y de ahí, se viene la escalada que, dependiendo de la ética personal y la circunstancia, va delimitando los alcances individuales. Quizás seamos más cínicos, pero ejemplos de corrupción hay en todo el mundo, así como de altruismo, amor y bondad.
Creo que lo cuestionable no es la naturaleza humana, la cual estoy convencida es bondadosa. Lo verdaderamente cuestionable, es la escala de valores que hemos adoptado, en donde vales por lo que tienes, cuando no importa el medio sino el fin, cuando buscas a toda costa pertenecer a algo o alguien, llámese equipo, grupo social y hasta pareja, para sentirte aceptado sin importar el sacrificio de tu ética personal, etc.
El quid del asunto radica en definir qué tipo de personas queremos ser, esto dará el tipo de sociedad que creemos. En lo personal me sentí pésimo tras escribir esta columna, pues debo confesar que me colé en la fila del teatro.
funciones lunes y martes 20:30
Les mando un fuerte y apretado abrazo,
Claudia