Venezuela goza de una autentica libertad de expresión pues, a pesar de que la mayoría de los medios de comunicación sean rotundamente antichavistas, no ha existido una persecución política hacia el trabajo de los periodistas como si la padecemos hoy con un gobierno que se autoproclama democrático pero que practica la censura tiránica frente personas como Aristegui o Ackerman.
En Ecuador, el gobierno de Rafael Correa surgido de la llamada Revolución Ciudadana, ha mostrado su nobleza y valentía al conceder asilo político a Julian Assange, el periodista más incomodo y perseguido por el crimen de hacer que los secretos a voces se confirmen. Este pequeño país ha salido de la ruina económica y ahora se muestra vigoroso y propositivo en el concierto internacional.
Uruguay posee a un presidente envidiable que ha dedicado su vida a luchar por su país y que dona casi el 90% de su sueldo presidencial para acciones solidarias y al mantenimiento de su partido. Viaja en un Volkswagen modelo 87 y de los 1,500 dolares mensuales que le quedan de su sueldo, él mismo dice que debe alcanzarle bien pues hay uruguayos que viven con menos.
Argentina por su parte, posee un gobierno que es respaldado por la mayoría de sus jóvenes y ha logrado vencer la impunidad llevando a juicio y encarcelando al dictador que los enlutó y sentó las bases para la corrupción que saqueó a esa nación durante más de dos décadas.
Bolivia, el país eternamente desahuciado, creó una constitución sumamente avanzada en términos políticos al refundarse como un Estado Plurinacional y logró declararse país libre el analfabetismo en un lapso de tres años. Hoy posee uno de los mejores índices de crecimiento económico de la región.
En México, la historia es muy distinta. Al gobierno no lo respalda la juventud, no es capaz de erradicar el analfabetismo, se practica la censura autoritaria y el derroche administrativo para gastos suntuosos y cubrir todos los lujos posibles para los altos funcionarios y el crecimiento económico es lamentable. De los países progresistas de América del Sur se puede tener una visión muy crítica, pero sería más productivo para nosotros dejar de hablar de ellos como si fuesen un peligro y aprender de sus aciertos y éxitos. Después de todo, están logrando lo que en México se considera “utópico” o ni siquiera se propone.