De Paseo por Xochimilco

Amigos queridos:

A principios de enero regresó Luis. Como recordarán vive en Aguascalientes y conoce muy poco de la ciudad de México. En esta ocasión quiso conocer Xochimilco, en cuanto lo seleccionó de entre las opciones que le había dado, me arrepentí de haberlo mencionado. La verdad no me entusiasmaba mucho el paseo, no sé porque tenía idea de que el lago estaba muy sucio y tenía mal olor, también recordaba a gente quejándose del abuso en las tarifas, amén de la distancia y mi falta de pericia al volante.

Sin embargo, al ver su entusiasmo no tuve corazón para dar marcha atrás. Decidí investigar un poco en la red, encontré el sitio electrónico de la delegación* que cuenta con información detallada del lugar incluyendo las tarifas oficiales.

La primera sorpresa que me lleve es que hay nueve** embarcaderos y no uno como yo pensaba. El domingo a primera hora nos lanzamos a la aventura, por azares del destino llegamos al Nuevo Nativitas, nada más llegar nos ofrecieron el tradicional paseo en trajinera. (Te recomiendo tomar de las pegadas al canal porque se forma un tráfico terrible y puedes tardar hasta veinte minutos en salir.) Una vez que contratamos a “La Lupita” me di cuenta que hay de dos tamaños las de techo azul para catorce personas y las de techo verde para veinte. Obvio tomamos una verde aparcada al otro extremo de la salida.

Como era temprano aún no había gente, así que salimos de inmediato. A los pocos minutos una mujer ataviada con su traje típico ofreció abordar para narrarnos la historia del lugar, aclarándonos que trabajaba por cooperación voluntaria. Esa mujer se llama Eva Lescas, en un verdadero acto teatral se hinco de espaldas a nosotros y empezó a aletear con su rebozo mientras nos recitaba en náhuatl “Soy una mariposa” de Sergio Cordero. Con un arte maravilloso nos narró los mitos fundacionales de Xochimilco que ahora sé que se pronuncia Chochimilco en su idioma original.

Cuando terminó se quedó platicando con nosotros en lo que encontraba otro cliente con su ojo visor, me sorprendió notar que no lanzó su oferta hasta encontrar al candidato ideal. Fue un encuentro afortunado, vi el lugar a través de su mirada alegre y contagiosa.

Durante el recorrido pude admirar la gran labor de ingeniería que realizaban nuestros antepasados con la construcción de chinampas, extensiones de tierra para cultivo que forman sobre el lago y las sostienen de las raíces del árbol típico del lugar, el ahuejote.

Se trata de un folklórico recorrido durante el cual pequeñas canoas te ofrecen: antojitos, cervezas, recuerditos, fotos, en fin un verdadero comercio flotante; otras de mayor tamaño llevan tríos y mariachis que alegran la marcha.

Me pareció de lo más divertido observar al visitante experimentado. Viajan en nutridos grupos, van cargados de alimentos y bebidas, se instalan en unos cuantos minutos y parece que llevaran toda una vida a bordo de la trajinera, en un santiamén empieza el barullo y la carcajada; de hecho se antoja que te inviten a abordar. De algún modo me recordaron las historietas de Don Gabriel Vargas que leía en la niñez.

Al cabo de la primera mitad fuimos advertidos de la belleza espectacular de los canales que no habíamos recorrido, para acto seguido invitarnos a alargar el paseo o emprender el regreso. Me pareció lindo el lugar, pero decidimos que una hora era suficiente para satisfacer nuestra curiosidad.

Cuando nos bajamos caí en cuenta de que no conocía el lago y no lo digo en sentido figurado, literalmente no lo conocía, nunca había navegado por los canales. Creí que lo había hecho de pequeña. Tal vez pensé conocerlo por la película de Tizoc o por las imágenes televisivas o simplemente porque es un lugar común.

Me escandalizo darme cuenta de que no sólo no lo conocía; sino que tenía prejuicios en su contra. Me pregunto ¿De qué otras experiencias me he privado en la vida por esta causa? Me di cuenta que cada vez que discrimino la que se priva de la vivencia soy yo y me empobrece. El maestro Alfonso Ruíz Soto tiene una frase maravillosa “La vida sólo es rica de una forma, la vida sólo es rica en experiencias” Muy decidida en enriquecerme fuimos a almorzar y explorar un poco más de los alrededores ya les contaré la próxima semana.

*http://www.xochimilco.df.gob.mx/turismo/index.html

**Caltongo, Fernando Celada, Nuevo Nativitas , Salitre, Cuemanco, Zacapa,
Belem y San Cristóbal.

Les mando un largo y apretado abrazo,

Claudia

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