A través de la obra Déficit de Atención no existe, Richard Saul alerta sobre la inexistencia de dicha condición mental, hecho que contrasta con la estructura farmacéutica que se ha capitalizado con su diagnóstico.
Ciudad de México.- Una nueva revelación médica fue hecha por el libro ADHD Does Not Exist, escrito por Richard Saul.
En la obra, Saul señala que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) que ‘afecta’ del cinco al diez por ciento de la población infantil y juvenil, no puede definirse por sus síntomas (entre los que han identificado la falta de atención, elevada inquietud, habla rápida, comportamiento repetitivo), por el contrario, afirma que estas son las causas que provocan esta conducta que ha sido estereotipada como condición médica.
Muchos médicos no estaría de acuerdo: Se ha producido un aumento del 40 por ciento de los diagnósticos de TDAH en la última década. Once por ciento de los niños estadounidenses que han recibido el diagnóstico, y la mayoría de ellos reciben prescripción de estimulantes como Adderall o Ritalin, señala el Post en su artículo.
Ante la afirmación de Saul es conveniente recordar toda la estructura médica que existe alrededor de la condición que fue nombrada por el psiquiatra estadounidense Leon Eisenberg, quien a pesar de ser su autor, aprovechó para señalar que se trataba de un diagnóstico artificial, hecho que contrasta con lo real de la industria médica.
Por ejemplo, la agencia RT asegura que existen opiniones que critican que quienes de verdad se benefician de la ‘enfermedad fantasma’ son las compañías farmacéuticas, por lo que mientras que en la última década se ha producido un aumento del 40% de los diagnósticos del déficit de atención e hiperactividad, los médicos siguen prescribiendo recetas para tratar a los niños que supuestamente padecen esta dolencia. Así, en EU el once por ciento de los niños estadounidenses han recibido este diagnóstico, y a la mayoría de ellos le fueron prescritos varios fármacos y estimulantes.
A decir de Saul, existen 20 elementos que pueden realmente valorarse para un diagnóstico acertado sobre dicha condición: trastornos del sueño, problemas de audición o de visión, abuso de sustancias, el síndrome de Tourette, el trastorno obsesivo-compulsivo.