Con el aumento de la obesidad como problema mundial, aumentaron también los medios que prometen un completo control de peso; sin embargo no todos ellos resultan saludables.
Ciudad de México (elsemanario.com).- Uno de los métodos para el control de peso que más se ha popularizado en los últimos años, se trata de la malla adelgazante lingual o como algunos lo llaman la dieta del parche de lengua.
Esta malla esta diseñada de material de uso médico y completamente estéril, es cocida sobre la región medio posterior de la lengua del solicitante y genera un intenso dolor cada vez que se ingieren alimentos por lo que solo pueden ser consumidos líquidos durante las seis semanas que dura la malla dentro de la boca.
La expresión “voy a coserme la boca” no es más solo un motivo de mofa ni una metáfora, miles de personas están probando este método de reducción de peso que no se encuentra avalado ni verificado por la Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios). De acuerdo con Álvaro Pérez Vega, comisionado de la operación sanitaria de la Cofepris, este procedimiento no sigue ningún protocolo de investigación garantizado y su efectividad no esta comprobada, ademas, pone en peligro la salud del paciente.
La malla ha sido ampliamente usada desde hace varios años en países de América del Sur -como Venezuela en dónde una de las participantes del concurso Miss Venezuela comenzó a popularizarlas dentro de su país. Se cree que sus orígenes se remiten a Colombia pero llegó a México hace aproximadamente seis meses y tiene gran popularidad en los estados de Querétaro, Guadalajara, Tijuana y el Distrito Federal.
Con un valor de 5,000 pesos y la promesa de no necesitar ejercicio para perder hasta 12 kilos en un mes, su uso rápidamente cobró fuerza y al parecer el precio que hay que pagar, un intenso dolor en la lengua cada vez que se ingieren alimentos o se daña algún punto, no parece desmotivar a las personas que quieren ser parte de la dieta del parche.
El procedimiento dura un par de horas, se realiza en algunos consultorios con anestesia local y durante las primeras 12 horas el paciente presenta malestares esperados como dolor ligero. Su usuario no sera capaz de ingerir ningún tipo de alimento solido ya que esto generará que la malla actué y lacere terriblemente la lengua, es por esto que la dieta que mantendrá durante las siguientes seis semanas del tratamiento será puramente liquida. Una vez concluido este tiempo, la malla se retira durante una semana para evitar infecciones y se vuelve a colocar tantas veces como sea necesario hasta que el paciente alcance su ‘peso ideal’. Esta dispuesto para ser usado desde los 12 años de edad y se promueve como un milagro de la medicina moderna como la cura al emotional eating gracias a las asociaciones negativas que la mente comienza a hacer con la comida debido al dolor que sienten al ingerirla.
Aun cuando la mayoría de los médicos que realizan este procedimiento afirman que no existen efectos secundarios directos, como irritación, infecciones o algo mas grave; prácticamente no se habla de los efectos secundarios indirectos del uso de esta malla. Durante este periodo el cuerpo reduce aproximadamente de 200 a 300 gramos cada día, generando una increíble descompensación para el organismo, sobre todo si se tiene en cuenta que los nutrientes necesarios para su funcionamiento no están siendo recibidos.
Bajar de peso de forma rápida puede ser un factor para el desgaste muscular, sobre todo para el musculo cardíaco, ademas el cuerpo no logra adaptarse a estos cambios y aunada a la fatiga general comienzan a presentarse problemas en la piel (flacidez). No obstante, a pesar de todo ese dolor, la malla no actúa como un método preciso para la permanente perdida de peso y los pacientes advierten que en cuanto se la quitan caen en terribles atracones; la mayoría de ellos vuelve a recuperar su peso.